Mirova Europe Environmental Equity Fund: buscando el impacto en la Europa verde

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Suzanne Senellart. Foto cedida (Natixis IM)

Buscar el equilibrio entre rendimiento financiero e impacto social y medioambiental. El objetivo del Mirova Europe Environmental Equity Fund es asignar capital a modelos de negocio sostenibles que además generen beneficios sociales o medioambientales. Son empresas que ofrecen una solución a los problemas ASG del mundo. En el caso concreto de este fondo de la afiliada de Natixis IM, el universo se compone de cotizadas europeas (al menos un 80% de la cartera) y se mide frente al MSCI Europe Net Dividends Reinvested Index.

El universo de inversión se mueve en el campo de las energías renovables, la energía de transición, la eficiencia energética y los recursos naturales, como los ciclos de producción agrícola / alimentaria y de agua. El proceso prioriza la inversión en empresas donde los productos en sí son impactantes en lugar del ecosistema que rodea a las empresas.

Proceso de inversion del Mirova Europe Environmental Equity Fund

Este fondo con el Sello FundsPeople 2021 por su calificación de Consistente se define como una estrategia temática. Principalmente, busca captar las tendencias de energía baja en carbono, gestión de recursos naturales, consumo sostenible, construcción de edificios ecológicos y planificación urbana, y movilidad limpia.

Capitaneado por Suzanne Senellart, el proceso de inversión se basa en la selección de valores basada en un análisis fundamental en profundidad de las empresas.  Combina aspectos tanto financieros como ASG. Este análisis debe verificar que la empresa cumple con los siguientes criterios:

  • La capacidad de ofrecer soluciones innovadoras positivas diseñadas para abordar problemas relacionados con los problemas sostenibles identificados.
  • La sostenibilidad del modelo de negocio: posicionamiento competitivo, capacidad de innovación, equipo directivo y capacidad para financiar el crecimiento.
  • La calidad general de sus prácticas ASG; centrado también en compañías con perspectivas de crecimiento a largo plazo y una valoración atractiva a medio plazo.

Un enfoque sofisticado y preciso de la ISR es su escudo frente a los potenciales riesgos de sostenibilidad de la cartera. El equipo se cuida de medir constantemente la calidad ASG de la cartera frente a la del índice. El objetivo es asegurar que sea siempre significativamente superior.

Para ello, el fondo se sirve del expertise de la boutique Mirova en análisis de sostenibilidad para cada inversión. Este análisis cubre todo el ciclo de vida del desarrollo del fondo. Desde la extracción de materias primas hasta el uso y eliminación por parte del consumidor, y se centra en los aspectos más relevantes de cada inversión. También evalúan cada inversión contra una métrica de carbono físico, midiendo tanto los riesgos como las oportunidades asociados con la transición energética.

Actualización del Mirova Europe Environmental Equity Fund

“La transición ambiental es un tema estructural importante que perdurará durante varias décadas. Apenas hemos visto solo las fronteras”, afirma Senellart. Así, a la gestora no le preocupa que el fondo se haya quedado rezagado frente al MSCI Europe. Reconoce que varias de las subtemáticas han sufrido por la recogida de beneficios. Tanto entre las de pequeña capitalización (Solaria, Encavis, Alfen, Voltalia, Ceres Power) como en las de gran capitalización (Orsted, Vestas, Siemens Gamesa, Sunrun).

No obstante, defiende que las perspectivas de crecimiento de la energía verde siguen siendo excelentes. “La visibilidad mejoró en el primer trimestre gracias al plan de reducción de emisiones de Biden. El crecimiento secular de las tecnologías verdes se ha reforzado desde principios de año”, sentencia. De hecho, han aprovechado la corrección para entrar en valores demasiado castigados.

Al cierre de marzo, la estructura de la cartera es la siguiente: las tecnologías disruptivas representan el 33,4% de la cartera, la eficiencia energética el 25,3%, la gestión de recursos el 29,1%. La exposición de la cartera a ecoactividades se situó en el 87,8% y los títulos de alta calidad alcanzaron el 48,7%. La cartera se mantiene alineada con una trayectoria de calentamiento global de 1,5 °C.