¿A mayor alfa, mayores comisiones? No necesariamente

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SalFalko, Flickr, Creative Commons

Según la teoría clásica del mercado eficiente, cualquier agente capaz de generar más valor que su competencia de forma consistente podría exigir una mayor remuneración por sus servicios. Sin embargo, no parece que el mundo de la gestión de activos se rija por esta norma, o al menos no en el caso del mercado institucional.

Un reciente estudio de bfinance, firma independiente de servicios financieros con sede en Londres, constata que, contrariamente a lo que pudiese pensarse, las gestoras que obtienen los mejores resultados no son siempre las que cobran las mayores comisiones. Más bien al contrario: aquellas que obtienen los mejores resultados de forma consistente suelen aplicar comisiones ligeramente inferiores a la media.

Elaborado a partir de una muestra de más de cien solicitudes de ofertas (RFP) para los tipos de activos más comunes en las carteras de los inversores institucionales, que recibieron casi 3.200 respuestas de más de 650 gestoras de inversiones, el estudio ofrece una imagen realista de las comisiones que se aplican en el mercado institucional para las diferentes clases de activo.

Comisión media y mediana propuesta por las gestoras antes de la negociación

La importancia de la negociación

Una de las principales conclusiones del estudio es que los inversores institucionales disfrutan de un amplio margen de negociación. Los datos analizados revelan que, en media, las comisiones propuestas inicialmente suelen reducirse en un 20% durante el proceso de negociación, por lo que recomienda a los inversores que se concentren en seleccionar a las gestoras con los mejores resultados antes de pasar a negociar las comisiones.

Además, las dinámicas que dictan las comisiones que aplican las gestoras dependen de muchos factores que no tienen nada que ver con el funcionamiento de un mercado competitivo. Por ejemplo, cuando se trata de un fondo o de una estrategia nueva o cuando la gestora está inmersa en un proceso de expansión geográfica o de diversificación de su base de clientes, es muy posible que los inversores puedan negociar condiciones económicas más favorables.

El tamaño del mandato y las economías de escala también juegan un papel relevante, ya que las comisiones se reducen significativamente conforme aumenta el volumen de activos gestionados. En el caso de las principales clases de activo de gestión activa long-only, los datos señalan que las comisiones de los mandatos de 400 millones de euros son inferiores en un 15% a las de los mandatos de 100 millones.

Por último, desde bfinance destacan dos ideas más. La primera, que a excepción de las estrategias de baja volatilidad –donde las comisiones se han reducido por la proliferación de nuevos productos– las comisiones a inversores institucionales no han variado mucho desde el último estudio, realizado hace tres años. La segunda es la presencia, cada vez más habitual, de métodos de remuneración alternativos basados en comisiones por rentabilidad, sobre todo en renta variable. En este sentido, desde la firma británica observan que este tipo de remuneración está cada vez más alineada con los intereses de los inversores: por primera vez, casi un tercio de las gestoras (32%) propone una estructura de comisiones en la que la comisión de rentabilidad solo se aplicaría si el fondo consigue batir al índice, al menos, en un 2%.