“A pesar de la volatilidad, las acciones se presentan como una inversión oportuna”

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¿Acciones o bonos? ¿Con qué quedarse? La favorable evolución mostrada por la renta variable estadounidense en los tres primeros meses del año –periodo que a la postre acabaría siendo el segundo mejor primer trimestre de la última década- se contrapone con el comportamiento prácticamente plano registrado por el mercado de bonos. No obstante, a partir de marzo dicha tendencia se volvió algo más mixta “en medio de lo que supuso un crecimiento de la economía estadounidense más lento y de los tremendos desafíos a los que se enfrenta Europa como consecuencia de la crisis de deuda”.

En un artículo sobre perspectivas elaborado por Edward Perks, gestor de carteras híbridas en Franklin Templeton, el experto asegura que, a pesar de las incertidumbres que todavía existen, “manteniendo la perspectiva, la economía de Estados Unidos ha estado algunos progresos al tiempo que muchas compañías han continuado exhibiendo unos fundamentales muy sólidos en términos de fuertes beneficios y mejoras en sus balances”. En este sentido, Perks reconoce que el mejor comportamiento de las acciones frente a los bonos desde finales de 2011 “nos ha influenciado a la hora de ver con mejores ojos la renta variable”.

Dos han sido, en su opinión, los factores que les han hecho moverse gradualmente desde la renta fija a la bolsa. El primero es la caída de la rentabilidad de los bonos. El segundo que le empujó a reducir la exposición a los bonos, el deseo de los gestores de Franklin Templeton de gestionar de forma proactiva las tasas de riesgo de interés mediante la venta de los activos de renta fija de mayor duración a favor de acciones de compañías con una rentabilidad por dividendo muy elevada. “A pesar de las turbulencias del mercado, los beneficios de las empresas estadounidenses siguen siendo fuertes, lo que en nuestra opinión es un buen presagio de cara al futuro”, asegura el experto.