Tal como lo anuncio el Fondo Monetario Internacional “la economía global se encuentra en una peligrosa nueva fase. La actividad global se ha debilitado y transformado en más desigual, la confianza ha caído recientemente y los riesgos de un deterioro aumentan” y añadía que la única manera de esperar una recuperación más fuerte es si los Gobiernos actuaban de manera más decisiva sobre su política fiscal, el sector financiero y la balanza de pagos.
Tal como lo ha demostrado China recientemente, a pesar de las reducciones en el crecimiento que ha previsto el FMI para años venideros, vemos que los países emergentes a pesar de sus altos niveles de inflación tienen mejores proyecciones de crecimiento vs los países desarrollados, por la solidez de sus datos macroeconómicos y la eficiente gestión que llevan estos países.
China como mencionaba, ha dado muestras de una excelente capacidad de gestión, pese a sus problemas inflacionarios y de mercado inmobiliario que presenta, reporto para este tercer trimestre un crecimiento del 9.1%.
Las medidas adoptadas desde diciembre del 2009 para frenar al sector inmobiliario han tenido efecto: el volumen de transacciones es la mitad que en el 2009, los indicadores de precios parecen que van a caer en breve y han aumentado considerablemente el ratio de inventario-ventas en las principales ciudades.
El sector inmobiliario representa un 27% de la inversión en capital, que a su vez es un 47% del PIB chino, de ahí la importancia del sector y el riesgo que supone una crisis como la sufrida en Europa o Estados Unidos. Como contrapunto, los programas de vivienda pública siguen a pleno rendimiento, con 10 millones de viviendas en construcción a septiembre de este año.
Y si a esto le sumamos la reciente medida tomada por las autoridades chinas de reducir en 50pb a los tipos exigidos a las reservas bancarias para impulsar el crédito ante los riesgos de un enfriamiento excesivo de la economía han hecho que esta economía continúe presentado señales de recuperación y se situé hoy como uno de los motores principales para impulsar a la economía global hacia una recuperación. Recuperación que solo será viable con una acción concertada y decida por parte de las autoridades monetarias y de los jefes de gobierno.