Actualización de las Abenomics: ¿sigue teniendo atractivo la renta variable japonesa?

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Cola21, Flickr, Creative Commons

¿Siguen teniendo validez las Abenomics cuatro años después de su lanzamiento? El primer paso para responder esta pregunta es poner en contexto la última decisión del Banco de Japón. El equipo de renta variable nipona de Man recuerda que el BoJ lleva desde finales de 2012 comprando agresivamente bonos nipones, vendidos a su vez por los bancos y fondos de pensiones japoneses. “La idea era que los bancos hubieran usado los ingresos procedentes de la venta de bonos japoneses para rotar hacia activos de más riesgo, por ejemplo préstamos o REITs, y esto habría estimulado la economía y ayudado a crear inflación”, explican desde la firma. 

Sin embargo, observan que los bancos se limitaron a depositar las ganancias en la ventanilla del BoJ, lo que explicaría la decisión de penalizarles mediante tipos negativos (hasta el -0,1%). Paralelamente, afirman que “a los bancos les encantaría prestar, pero no quiere pedir prestado la gente suficiente”, en alusión a que las grandes compañías siguen teniendo mucho efectivo en sus balances y a que el envejecimiento de la población está afectando a la demanda de préstamos hipotecarios. “De hecho, la concesión de crédito ha estado al alza en Japón en los últimos años, al recuperarse la economía del shock de Lehman y del terremoto, pero ahora está mostrando signos de extinguirse”, concluyen.  

Desde Man cuantifican en un 1% el impacto a corto plazo de los tipos negativos sobre la banca, pero creen que el daño a largo plazo podría ser importante, pues el sector bancario nipón dispone de mucho efectivo – calculan que 250 billones de yenes- y “una vez que se cruza este Rubicón tan particular es muy difícil ver dónde va a parar”. El punto de vista de los expertos de Man es que, al presumir el sistema bancario nipón de fortaleza, liquidez y capacidad para satisfacer la demanda, el último movimiento del BoJ se habría enfocado simple y llanamente a “debilitar el yen y/o fortalecer al Nikkei”. 

El equipo de expertos de Man comenta sobre el impacto de los efectos de los tipos negativos sobre los bancos japoneses que “el colapso de la rentabilidad de los bonos nipones a lo largo de la curva recortará más los márgenes de interés de aquí en adelante”. Adicionalmente, al ofrecer los depósitos bancarios una rentabilidad cercana al cero, creen que “hay poco margen para compensar la caída de la rentabilidad de los préstamos con menores costes de financiación”, aunque descartan que estos depósitos entren a su vez en terreno negativo. “Los márgenes caerán a un ritmo más rápido, y parece improbable que los volúmenes lo compensen de repente”, concluyen. El diagnóstico de la firma es que “se necesita una oleada de fusiones y adquisiciones y una reducción del número de bancos (hay 87 en el sector) y en el capital empleado”, para así compensar la sobrecapacidad en el sistema bancario. 

Tomando el pulso a la renta variable

Tras acabar 2015 como uno de los mercados más rentables, la renta variable nipona no ha sido inmune al castigo bajista en las primeras semanas del año. Frente a estos números rojos, varios gestores insisten en las oportunidades presentes en esta clase de activo. “La renta variable nipona todavía supone casi un 9% del índice MSCI World. Estos mercados también parecen ofrecer beneficios sustanciales por la diversificación para inversores globales: en una comparación realizada en 2014 entre las bolsas de 16 países desarrollados, Japón era el menos correlacionado con el resto de mercados mundiales”, comentan desde BNY Mellon IM los expertos Simon Cox y Miyuki Kashima. 

Desde BLI, Steve Glod sostiene que las reformas estructurales impulsadas por Shinzo Abe benefician a las compañías de calidad (con abundantes flujos de caja y ventajas competitivas clara), que selecciona para el BLI- Equities Japan: “Actualmente, el mercado laboral japonés se caracteriza por una tasa de desempleo sumamente baja, mientras que la mentalidad de los trabajadores también está cambiando: hasta ahora estos eran fieles de por vida a su empresa, mientras que actualmente los contratos temporales van cobrando peso. Esta mejora del entorno estructural y el tipo de cambio actualmente bajo del yen benefician especialmente a las empresas de calidad –como son las exportadoras–, por lo que en 2016 se esperan unos beneficios récord”, explica. Las empresas exportadoras suponen el 50% de la cartera del fondo, y el otro 50% se asigna a las empresas domésticas. La selección realizada incluye empresas exportadoras con ventajas tecnológicas, así como por ejemplo empresas que se benefician del envejecimiento de la población. La otra temática indicada es la mejora del gobierno corporativo: “Las empresas japonesas están descubriendo ahora al accionista. Este cambio de tendencia nos complace, pues son sobre todo las empresas de calidad las que implementan estas mejoras”. 

Desde Capital Group, el gestor Seung Kwak declara que “a medida que crezcan las raíces de una mentalidad inflacionaria, las empresas, los hogares y los inversores institucionales repensarán cómo gestionar sus activos”. Señala que la tasa de ahorro corporativo ha caído desde un máximo histórico y ahora está cercana a cero, lo que “refleja la confianza empresarial en la actividad futura, al incrementar las compañías sus inversiones y repuntar el gasto sobre el capital”. Considera igualmente positivas medidas gubernamentales para alentar la incorporación de la mujer al mundo laboral o la mejora del gobierno corporativo, así como la creación de cuentas ahorro libres de impuestos, que han permitido que muchos inversores individuales hayan cambiado su dinero en efectivo por acciones. 

Kwak opina que los riesgos son principalmente externos: el impacto de la subida de tipos en EE.UU., la ralentización del crecimiento en China y la dirección del precio del petróleo. “Sin embargo, hay margen para el optimismo. EE.UU. subió los tipos porque se ha reavivado. Esto es bueno para los negocios japoneses, muchos de los cuales tienen una elevada exposición a la economía estadounidense. Los exportadores también podrían beneficiarse si la subida de tipos impulsa la debilidad del yen”, puntualiza. 

La temática que resalta Kwak es el impacto del turismo chino sobre la economía nipona. Por un lado, constata que las reformas estructurales acometidas en China están alentando la creación de una clase media emergente con mayor poder adquisitivo y más disposición a viajar al exterior. Por otro, observa que una serie de países hayan relajado sus normas para la utilización de tarjetas visa. “La administración Abe ha hecho más que simplemente relajar las restricciones de uso de la visa: también ha permitido más visitas de cruceros e incrementado los vuelos entre China y Japón, particularmente en los servicios low-cost”, puntualiza. Paralelamente, Kwak ha identificado un cambio en las prioridades de los viajeros chinos: cada vez viajan más tiempo, más lejos y están más abiertos a conocer culturas distintas. “La seguridad y el cambio de divisa se han vuelto también más importantes para los turistas. Japón es un beneficiario claro de este ajuste”, afirma. Para reflejar esta temática en cartera, Kwak ha seleccionado empresas con negocios hoteleros y compañías que venden a visitantes extranjeros propiedades inmobiliarias en ciudades niponas.