Actualización sobre emergentes: aspectos positivos y negativos a tener en cuenta en los próximos meses

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Tom Raftery, flickr, creative commons

Los mercados llevan teniendo claro, especialmente desde 2013, que cualquier movimiento de la Reserva Federal de EE.UU. va a afectar especialmente al universo emergente. En los últimos meses se ha sumado un nuevo foco de noticias macro negativas, las procedentes de China en sus esfuerzos por cambiar de modelo económico a marchas forzadas. No obstante, existen más problemas en torno a este universo, pero también noticias positivas que desde Standard Life Investments consideran que no se están poniendo en precio. Desde la entidad, cuatro expertos han efectuado en unas jornadas de prensa celebradas recientemente en Edimburgo una evaluación de daños y señalan las oportunidades en este universo.

El vaso medio vacío…

“Los emergentes afrontan problemas estructurales y persistentes, tendrán que efectuar varios ajustes que durarán varios años”, declara Jeremy Lawson, economista jefe de SLI. “China ha dominado las conversaciones sobre emergentes, porque sus problemas pueden ser catalizadores de otros problemas para los países emergentes, aunque no la única fuente de problemas”, añade. 

Para Lawson, la clave para entender la evolución de los países en vías de desarrollo en los últimos años tiene que ver con la caída de sus tasas de crecimiento frente a la mejoría del mundo desarrollado: “Se está produciendo una convergencia de ambas tendencias”. No obstante, el economista jefe alerta de un fuerte sesgo psicológico; el pesimismo de los inversores, “no sólo porque se haya ralentizado el ritmo de crecimiento, sino porque la gente sigue pensando en las tasas de 2007 y 2008, que fueron históricamente inusuales; antes de esa fecha, los emergentes presentaban un comportamiento similar al de ahora”.

“Históricamente, una manera de mejorar la calidad de vida en países emergentes ha sido a través de los avances tecnológicos y de las exportaciones. Por cada 1% que crece el PIB mundial, se produce un crecimiento del 2% en el comercio internacional. En los últimos seis meses, el comercio ha crecido a un ritmo menor que el crecimiento, que es algo inusual y suele coincidir con periodos de recesión. No creemos todavía que se haya alcanzado el punto de recesión, porque con la globalización se ha producido una ruptura en la cadena de valor, pero sí pensamos que los emergentes deberían emprender tácticas domésticas o políticas para incrementar el crecimiento doméstico y así compensar la falta de comercio”, evalúa el experto. Lawson aporta otra advertencia: “Las relaciones comerciales son la correa de transmisión más importante para el contagio de países emergentes a los desarrollados. Hay que vigilar el estrés financiero, ha estado por encima de su media histórica en los últimos tres o cuatro meses”.

No obstante, para Lawson el principal problema del universo emergente es de productividad, que se traduce en una pérdida de competitividad, por lo que insiste en la necesidad de ejecutar reformas. “Son procesos que pueden llevar años, pues combinan política y reformas, pero si no se emprenden la situación puede empeorar. Por ejemplo, entre 2013 y 2015 varios países han efectuado ajustes en distintos grados, pero que han servido para demostrar la inutilidad de la etiqueta “los cinco frágiles” como forma de pensar en emergentes”, detalla. Destaca entre los países que han realizado más avances a India y naciones de Europa del Este, mientras que afirma que “Brasil, Turquía o Malasia presentan bastante riesgo”. 

Alex Wolf, economista especializado en emergentes, centra su análisis en lo que está sucediendo en China. Comenta que “es muy complicada” la transición que está realizando el país, desde un modelo de producción manufacturera a otro basado en el consumo doméstico. Además, está llena de desequilibrios: “Existe exceso de capacidad en el sector residencial y varios sectores tradicionales más, mientras que el crecimiento y la concesión de crédito se están ralentizando”. 

Wolf realiza una curiosa observación que pocos han tenido en cuenta: “Los líderes actuales de China nunca habían tenido que afrontar un crecimiento bajo, están usando un modelo que apenas ha cambiado en los últimos 20 años. Ha habido burbujas en el pasado, pero esta es la primera que tienen que afrontar y han tomado decisiones erróneas”. La previsión actual de SLI es que China crezca entre el 5% y el 6%. “No es una ralentización cíclica, sino de largo plazo”, aclara Wolf. Éste considera que “con reformas, el descenso sería gradual y permitiría una asignación más eficiente de capital. Debería impulsar la inversión en infraestructuras para compensar la ralentización de otros sectores”.

Al igual que Lawson, este economista se fija en el fuerte componente psicológico del castigo bajista al país: “Nos preguntamos por qué muchos resultaron sorprendidos por los datos de crecimiento, si estos no eran muy confiables. Creemos que es porque las expectativas eran demasiado altas: en 2013, el consenso esperaba que China creciera un 8,5% en 2015”. 

… y el vaso medio lleno

Alistair Way y Sal Kirshna Tampi, ambos directores de inversiones y, en el caso de Krishna, también responsable de India, presentan una opinión divergente, al fijarse en los aspectos positivos que brindan las naciones en vías de industrialización. No obstante, insisten en la necesidad de adoptar un acercamiento pragmático y realizar un stock picking muy activo: “La historia de los emergentes antes iba sobre la apreciación de capital, ahora es una historia de dividendos, de mejoría de los equipos directivos y de mayor eficiencia”, indica Way. “Incluso en los mercados frontera han cambiado las fuentes de riesgo y volatilidad. En regiones que nos gustan, como Oriente Medio o Europa del Este, han mejorado los fundamentales”, añade.  

También destaca la aparición de nuevos sectores contribuidores a estas economías, como el de tecnología: “Presenta potencial para hacer crecer la base de clientes minoristas para negocios como Alibaba u otros basados en el comercio electrónico, las redes sociales o pagos a través de teléfonos móviles”. Pone a China como caso práctico: “Los chinos pueden tener acceso a información restringida, y esta les permite emplear mejor su poder adquisitivo. La gente quiere subir peldaños en la cadena de valor para acceder a productos de más calidad y a servicios sanitarios. Este cambio potencial ha sido infravalorado debido a las malas noticias macro”. 

Es por esta clase de oportunidades, junto con unas valoraciones más bajas y a una capacidad para introducir cambios con mayor rapidez que Way declara que “hay oportunidades de inversión más emocionantes en los países emergentes que en los desarrollados”

Sobre el caso de India, Sal Kirshna Tampi comienza afirmando que “el país todavía es pobre en recursos de capital y esto representa una oportunidad, porque hay una base de población muy grande con potencial para crecer e incrementar su poder adquisitivo, lo que va a suponer un incremento del PIB indio, que puede superar al crecimiento de China”. Según sus cálculos, India podría ser la quinta economía de mayor tamaño del mundo en 2019. 

“Es la hora de invertir en India, porque sus valoraciones están por debajo de la media histórica y los beneficios en la parte más baja del ciclo. Esperamos una recuperación de los beneficios de entre el 18% y el 19% (en rupias) en los próximos tres a cuatro años”, afirma el experto. Éste comenta sobre las peculiaridades del mercado de renta variable indio que recientemente se ha visto una transformación en su estructura accionarial: “La mayor parte de la renta variable india está en manos de inversores extranjeros, pero hemos visto recientemente flujos de inversores locales muy fuertes. Los fondos de pensiones indios han empezado a invertir en renta variable, lo que va a conducir a un mayor equilibrio entre los inversores extranjeros y los locales en los próximos años. Los indios tradicionalmente han sido grandes ahorradores, pero han invertido en renta fija o en activos inmobiliarios y ahora están empezando a comprar acciones”, concluye.