Lejos parecen quedar en la mente de los inversores los miedos bursátiles acaecidos durante las Spring & Jasmin Revolutions. Egipto, para celebrar el primer aniversario de las mismas, no sólo ha ofrecido al mundo una serie de manifestaciones pacíficas, sino también una subida en Bolsa de su índice de referencia, el HERMES Index, de más de un 30% en lo que va de año y todavía con margen de subir un 100% antes de volver a alcanzar la zona de máximos.
Egipto aguarda las elecciones de Junio que, finalmente, serán convocadas en Abril con el borrador de la nueva constitución ya aprobado y con un marco estable de selección de candidatos. Se mantienen los requisitos de ser mayor de 40 años y tener el respaldo de al menos 30 parlamentarios o 30.000 ciudadanos. La Hermandad Musulmana, tras su victoria en las elecciones parlamentarias, presenta a Khairat Al-Shater, hombre de negocios encarcelado por Mubarak que se enfrentará al intento de coalición que está liderando el partido de la Justicia y la Libertad. También Kenia volverá a las urnas en 2012, tras 5 años de bicefalia gubernamental entre Odinga y Kibaki y en plena implantación del nuevo marco constitucional.
Las Bolsas han empezado a recoger esta ligera mejora democrática y vuelven a resurgir los tradicionales argumentos para la inversión africana. El Fondo Monetario Internacional estima crecimientos superiores al 6% para el continente africano en 2012 y la palabra mágica a la hora de invertir en renta variable de este continente sigue siendo: China. Es interesante observar de cara al futuro que lo que exporta África es lo que necesita la futura primera economía mundial. Desde 2005 las relaciones con más de 15 países africanos, en lo que a importaciones y exportaciones se refiere, son muy importantes y buena prueba de ello son los ambiciosos planes de infraestructuras financiados por el gobierno de Pekín. La gran esperanza y motivo de inversión, particularmente en el África Sub Sahariana a través de compañías listadas en la bolsa de Londres y Canadá, reside en que en 2015 el 78% del Platino, el 60% del Cobalto y 57% del Manganeso de todo el mundo serán producidos en esta región. Además, el 22% del Oro, el 21% del Uranio o el 57% de la producción de diamantes también tendrán análoga procedencia, con lo que África se convertirá, económicamente hablando, en piedra clave del crecimiento chino. Además, países como Marruecos están haciendo su agosto con la exportación de fosfatos (+39%) y lo mejor de todo es que la oportunidad de inversión africana no es siempre sinónimo de materias primas. La reciente subida de la bolsa egipcia la han liderado las telecos y las empresas de construcción. Más de un 60% de las oportunidades residen en un emergente sector de telecomunicaciones, en servicios financieros y en un consumo básico proveniente de una emergente clase media baja que se va incrementando paulatinamente. El "dividendo demográfico" que juega a su favor.
Es curioso constatar que, aunque mediáticamente parece lo contrario, en términos de PIB per capital, no hay tantas diferencias entre India y África. Tampoco en lo que a corrupción se refiere, la situación en Egipto, Ghana, Senegal o Madagascar no es mucho mejor ni peor que en México, Argentina, Rusia o Kazajstán. El continente africano tiene que lidiar con tasas de inflación de dos dígitos y Egipto es un buen ejemplo, pero tampoco éste es un mal desconocido en otras economías emergentes.
La liquidez es el gran problema que hay en la mente de los inversores después del cierre de las Bolsas durante las pasadas revoluciones sociales. A pesar de haber mercados negociados (en Marruecos, Ghana, Nigeria, Kenia, Zimbabwe, Sudáfrica y Egipto) y existir unos 500 títulos cotizados, la iliquidez es un riesgo a tener en cuenta. Los fondos africanos han incorporado un mayor peso en valores sudafricanos (a pesar del aumento de la correlación con el resto de países emergentes que ello supone) o en títulos del África Sub Sahariana cotizados en mercados desarrollados para ser capaces de doblar las condiciones de liquidez que tenían estos productos antes de la crisis. Está claro que el riesgo existe y potenciales rentabilidades de un 100% obviamente lo exige, pero es ahora cuando los inversores especuladores han salido corriendo cuando este problema es menor. Si comparamos la rentabilidad potencial, ponderado por niveles de liquidez, África sale mucho mejor parado que el High Yield Europeo o la gran mayoría de bolsas emergentes y con un potencial de descorrelación aceptable. No es para volverse locos pero la oportunidad es real y estamos a tiempo.