Algunas reflexiones sobre Europa

Kamil Molendys, Unsplash

La renta variable europea tuvo una entrada muy sólida en 2014. Hasta finales de febrero, el índice MSCI Europe subió aproximadamente un 3%, mejorando la referencia con Estados Unidos y los mercados emergentes. Los inversores parecen reconocer, por tanto, que el crecimiento en la zona euro está ganando impulso.

Además, prevemos una mejora del crecimiento en 2014 y en 2015, gracias a un menor lastre fiscal, un mejor comportamiento de las exportaciones y una menor necesidad de las familias de sanear sus finanzas tras años de intensa complejidad. Esta mejora del crecimiento no se limita a las economías centrales; por ejemplo, en España, el índice PMI creció un punto, hasta situarse en 54,8 en enero de este año, en lo que ha sido su valor más alto desde mediados de 2007. Por su parte, el índice PMI de Italia ganó 1,3 puntos en ese mismo mes, lo que constituye un cambio de sentido respecto a la reducción registrada con el cambio de año.

Asimismo, los riesgos también están disminuyendo. Esto es básicamente una consecuencia de la mejora del crecimiento, pero también porque la percepción del riesgo se ha reducido conforme la periferia europea ha realizado avances en el saneamiento de sus balances, en la reforma de los mercados de trabajo y ha empezado a ganar en competitividad. El éxito de la reciente subasta de bonos irlandeses así como la reducción general de los diferenciales en Europa son indicadores de un sentimiento de mejora del riesgo.

Por todo ello, el actual entorno macroeconómico debiera sostener el buen comportamiento de los mercados, y la mejora vista en los indicadores adelantados podría desembocar en un crecimiento de los beneficios de dos dígitos en 2014. Como ya hemos visto, la mejora en los beneficios de las empresas será la que estimule mejores comportamientos en las bolsas de la zona.

Además es importante ser selectivo. La cotización no es el único elemento en el comportamiento de las acciones. Es incluso más importante que una empresa pueda generar en el tiempo un crecimiento de los beneficios superior a la media, bien gracias a factores de crecimiento estructural o bien a un impulso positivo de los beneficios.

Algunas empresas de vocación exportadora y que presentan un crecimiento estructural están luchando en estos momentos con la volatilidad de las divisas en determinados mercados emergentes. No obstante, los valores financieros presentan un impulso en sus beneficios, gracias a sus vínculos con la mejora en el cuadro macroeconómico. Y esto es especialmente cierto en el sector bancario de la periferia. Por eso, y a diferencia del pasado año, muchos actores del mercado se están centrando en compañías cíclicas que ofrecen una exposición doméstica.

Queda por ver si esta recuperación de los datos macroeconómicos sigue ganando impulso. De cara al futuro, la flexibilidad en la selección de títulos en los mercados de la eurozona seguirá siendo un factor clave.