Álvaro Guzmán: “Se puede ser negativo en el consumo chino de acero y positivo en Arcelor-Mittal”

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Lupe de la Vallina

AzValor cumple tres meses de vida y, para atender a esa fecha, sus gestores han publicado su primera carta trimestral dirigida a inversores. En ella, Álvaro Guzmán de Lázaro, director de Inversiones, y Fernando Bernad, presidente, recuerdan que “azValor acaba de nacer pero Fernando y yo -la carta está firmada por Guzmán- cumplimos 20 años como inversores en 2016”. Aunque sus fondos comienzan en negativo, arrastrados por las caídas bursátiles, su filosofía de largo plazo siempre les ha dado buen resultado, por lo que aprovechan la carta para repasar algunos de los principales puntos de su mentalidad inversora.

Comprar barato, llevar la contraria al mercado en algo o mirar a un plazo superior al que mira la media de inversores, esto es mirar a largo plazo, y dedicar el 100% de su tiempo al análisis de empresas son las tres claves de su recurrente éxito. Sus históricos buenos resultados llegaron, no obstante, a pesar de haber perdido dinero en 1999 cuando todos lo ganaban invirtiendo en las puntocom, de haber perdido el boom de las inmobiliarias y de la banca en España entre 2004 y 2008 y de haber caído un 60% entre julio de 2007 y marzo de 2009. Si algo tienen claro en azValor es que “aguantar esos momentos duros es la esencia del value investing”.

Su cartera ibérica está compuesta hoy día por 26 compañías, entre las que destacan posiciones como Acerinox, Arcelor-Mittal, Galp y Semapa, todas ellas con pesos entre el 7,4% y el 8,1%. Su cartera internacional, sin embargo, es algo más compleja.

Cuenta con un 37% de exposición directa a compañías de commodities como Antofagasta, Range Resources, ALS o Rio Tint; con un 7% de exposición indirecta a empresas de commodities y con un mayoritario 45% invertido en “negocios mejores aunque no tan baratos” como BMW, Dassault Aviation o Danieli. Todas estas posiciones oscilan entre pesos del 3% y el 6,5%.

En lo que respecta a las primeras, a las compañías de commodities, sobre ellas recae un alto pesimismo por dudas acerca del consumo futuro de China. “Aunque en algún material -por ejemplo, el acero- compartimos esas dudas, nuestra opinión es que el análisis es muchísimo más complejo”, y tiene que incluir los costes de cada uno de los actores, la probabilidad de cierres de capacidad entre quienes pierden dinero, la TIR aproximada a la que accedería la futura capacidad a los precios actuales y una estimación de la oferta y la demanda futura según lo anterior, explica Guzmán, para quien “se puede ser negativo en el consumo chino de acero y positivo en Arcelor-Mittal”. En lo referido a BMW, le sigue pareciendo “la compañía mejor gestionada del sector”.

En general, reconocen, están más cómodos hoy por hoy en negocios que hayan caído mucho desde que empezó la segunda ronda de QE. Si llegara la inflación, consideran que su cartera protegerá su poder adquisitivo y, si finalmente no llega, caerían menos que la media porque aglutinan negocios donde ya se descuentan escenarios muy pesimistas.