América Latina muestra capacidad de resistencia, pero los riesgos crecen

Kamil Molendys, Unsplash

“Los temores de que se registren una desaceleración mundial y un deterioro de la confianza han empezado a hacerse sentir en los mercados financieros de la región. Las acciones y, últimamente, las monedas, se están viendo duramente castigadas”, dijo Eyzaguirre en una rueda de prensa celebrada durante las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial.

Hasta el momento, sin embargo, en comparación con episodios anteriores de turbulencia financiera, las presiones de balanza de pagos y financiamiento están relativamente contenidas, dijo Eyzaguirre a los periodistas. Ahora bien, la situación es incierta y los riesgos son altos.

Al mismo tiempo, los precios de las materias primas, un factor externo fundamental para la región, se mantienen altos con respecto a los niveles históricos, pero están mostrando síntomas de tensión.

En este marco, la región de América Latina y el Caribe debería preservar o aumentar su margen de maniobra en materia de política económica para amortiguar el efecto de los importantes riesgos de deterioro de la situación, si estos se hicieran realidad, dijo Eyzaguirre.

Los riesgos de una débil recuperación mundial

Actualmente, según las proyecciones del FMI, el crecimiento en América Latina y el Caribe será ligeramente más débil de lo que se preveía hace seis meses y se ubicará en un 4,5% este año y un 4% el año que viene. La fuerte demanda interna seguirá impulsando el crecimiento, y los países de América del Sur exportadores de materias primas encabezarán el proceso.

Pero Eyzaguirre, ex Ministro de Hacienda de Chile, advirtió que las proyecciones del FMI para la región “están sujetas a serios riesgos de deterioro que inevitablemente desacelerarían el crecimiento regional”.

En las economías avanzadas, incluido Estados Unidos, el crecimiento se está estancando. En su último pronóstico el FMI señaló que se prevé que en 2011–12 el crecimiento económico de Estados Unidos, principal socio comercial y fuente de remesas de muchos países de América Latina y el Caribe, se sitúe en un promedio de 1,5 % a 1,75%.

Al mismo tiempo, si los problemas de los balances de los gobiernos y los bancos europeos no se solucionan de manera decisiva, la confianza y las condiciones crediticias mundiales podrían deteriorarse más aún, lo que tendría consecuencias muy negativas para la región, advirtió Eyzaguirre.

Asimismo, si las economías emergentes de Asia registraran una fuerte desaceleración debido, por ejemplo, a una recesión en las economías avanzadas, los precios de las materias primas podrían verse afectados, lo que tendría efectos colaterales sobre los exportadores de materias primas de la región.

Políticas complementarias

Ante esta coyuntura, Eyzaguirre dijo que la región de América Latina y el Caribe debería evitar políticas que exacerben las vulnerabilidades y seguir recomponiendo los mecanismos de amortiguación utilizados durante la crisis financiera mundial de 2008–09. Afirmó además que, al mismo tiempo, los países de la región deberían estar preparados para alterar su rumbo si cambiaran los vientos mundiales, y empezar por la política monetaria.

“En las economías de América del Sur, en las que el producto se sitúa por encima de su potencial y la demanda interna aún es fuerte, los riesgos de sobrecalentamiento siguen siendo relevantes”, señaló Eyzaguirre. En los países donde las presiones inflacionarias se han atenuado, se podría hacer una pausa en el proceso de contracción monetaria hasta que la incertidumbre mundial se desvanezca. Añadió que, entretanto, la consolidación fiscal debería continuar tal como estaba previsto.

Los países con vínculos reales fuertes con Estados Unidos, como México y gran parte de América Central, se enfrentan a perspectivas más precarias, recalcó Eyzaguirre.

De todas maneras, dado que sus presupuestos están más exigidos, las prioridades deberían centrarse en reducir la deuda pública a los niveles previos a la crisis. La política monetaria puede desempeñar una función más decisiva en la gestión de la economía en países con metas de inflación creíbles, como México.

Eyzaguirre dijo también que los países del Caribe necesitan mostrar una mayor determinación para reducir los elevados niveles de deuda, mientras hacen frente a las vulnerabilidades del sector financiero.