Amundi quiere entrar en el top 5 mundial: así planea conseguirlo

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Alexandre Guirkinger

Ya ha pasado un año desde la fusión entre Amundi y Pioneer, y después de un largo proceso de integración, la firma francesa ya está lista para dar el siguiente paso para evolucionar su negocio, con una ambiciosa agenda que ha expuesto Yves Perrier, consejero delegado de Amundi, en el foro anual de profesionales de la inversión que organiza la gestora en París, el Amundi World Investment Forum.

Con 1,45 billones de euros en activos bajo gestión a nivel mundial, Amundi es actualmente la única gestora europea que se encuentra en el top 10 a nivel mundial, según datos publicados por IPE en su informe sobre las 400 gestoras de fondos de mayor tamaño del mundo. Yves Perrier detalló que, gracias a la adquisición de Pioneer, ahora la firma dispone de una oferta de producto mucho más completa, al haber añadido capacidades de inversión en renta fija estadounidense, mercados emergentes y multiactivos, y al haber incrementado sus capacidades de distribución, especialmente en Europa  EE.UU.

 El consejero delegado ha destacado especialmente el papel dominante de Amundi en la industria del Viejo Continente: “Somos un líder europeo por tamaño, rentabilidad y capitalización de mercado. Somos número uno en Francia y número dos en los mercados de Italia, Alemania, Austria y República Checa”. La firma también ha conseguido hacer crecer sus capacidades de negocio en Asia, de manera que ya aporta un volumen de 200 .000 millones de dólares al negocio total, y el objetivo es incrementarlo a 300.000 millones. Pero no es el único objetivo de crecimiento.

“Tenemos un plan ambicioso. Queremos llegar al top 5 mundial”, declaraba Perrier en el Forum. ¿Cómo pretende conseguirlo? A través de tres líneas maestras: “Aportando calidad en nuestra experiencia de inversión y en el servicio al cliente; mediante el desarrollo de estrategias dinámicas y a través de nuestro compromiso con la inversión responsable”. “Nuestro enfoque es el pensamiento a largo plazo, más allá de las limitaciones en el corto plazo”, añadía el consejero delegado.

Desafíos del futuro

El máximo representante de Amundi también ha hablado de los numerosos retos que va a afrontar la firma para conseguir su propósito en los próximos años, en el contexto de un entorno de mercado que está experimentando cambios estructurales, como el paso de la hegemonía de EE.UU. a un mundo que Perrier ha definido como “multipolar”, marcado por la creciente influencia a nivel mundial de países como China o India, frente al viraje proteccionista de EE.UU. y los problemas que plantean en Europa los populismos y la necesidad de redefinición de un proyecto en común. “Vivimos en un mundo multipolar, en el que el centro de gravedad se va a desplazar desde Occidente hasta Oriente. Es un mundo más fragmentado, con dinámicas que serán más difíciles de predecir”, ha declarado el consejero delegado.

¿Cómo se está preparando Amundi para avanzar por este terreno ignoto? “Apelamos a la fortaleza de Amundi como organización para dar respuesta a estos desafíos”, continúa Perrier. Una de las decisiones ha sido abrir centros neurálgicos para la firma en ciudades clave del mundo: París, Londres, Boston, Dublín pero también Tokio o Hong Kong.

El segundo desafío tiene que ver con el hecho de que los inversores tendrán que tomar decisiones sobre su dinero en un mundo más endeudado que el anterior a la crisis financiera de 2008: si paradójicamente la crisis comenzó por un exceso de deuda, que suponía un 240% del PIB mundial, hoy el endeudamiento asciende al 270% y los países más afectados son los de la esfera desarrollada. “Este régimen no puede durar siempre, actúa como una espada de Damocles sobre las valoraciones”, afirma el experto.

La otra visión macro clave de Amundi es que no esperan un regreso agresivo de la inflación en el largo plazo, más bien una caída estructural de la tasa media de inflación como reflejo del impacto deflacionista de la tecnología (con procesos como la robotización o la digitalización de la economía), o el envejecimiento de la población mundial. La conclusión general es que, como resultado de estas y otras dinámicas, los tipos de interés se mantendrán en niveles bajos, y estando las valoraciones donde están, obligan más que nunca a los inversores a diversificar sus carteras.

“La diversificación es clave, pero se puede hacer de muchas maneras. Se puede hacer través de activos tradicionales, aunque puede que no funcione en momentos de crisis al alterarse las correlaciones, o mediante activos alternativos que ofrezcan cobertura frente a la inflación, como el smart beta, la inversión factorial o jugando la disrupción o megatendencias. Pensamos que la ISR también es una de las respuestas”, detalla Perrier.

Unos apuntes sobre sostenibilidad

Éste realizó un apunte importante sobre el uso de estrategias socialmente responsables para diversificar carteras: “La ISR no es una estrategia de marketing, forma parte de la misión de Amundi y de su responsabilidad para con la sociedad. Debemos crear valor para los accionistas, pero también para la sociedad en conjunto”, ha declarado Perrier.

Éste ha añadido que la apuesta por la sostenibilidad también es ambiciosa dentro de los objetivos de la firma, y probablemente influirá sobre su innovación de producto en el futuro: "No vemos una contradicción en el largo plazo entre la ESG y la rentabilidad financiera, y por eso creemos que la diferenciación entre productos ESG y no ESG cada vez es menos importante, pero la marca es cada vez más importante, porque refleja el poder del consumidor para elegir. Por ello, para los inversores el análisis ESG no es algo que agrada tener en cartera, es algo que se está volviendo tan necesario tan necesaria como el análisis económico tradicional”, ha sentenciado el consejero delegado.