Análisis sobre el impacto que tendrán las sanciones de la comunidad internacional sobre Rusia

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World Economic Forum, Flickr, Creative Commons

A pesar de que EE.UU y la UE han impuesto a Rusia las sanciones más duras desde el final de la guerra fría –entre ellas, la prohibición a los bancos rusos de financiarse en mercados europeos y estadounidenses vía emisiones de acciones o deuda-, los expertos de Pictet AM consideran que la economía del país no sufrirá daños irreparables. También a pesar de la drástica y sorpresiva subida de los tipos de interés del banco central de Rusia, desde el 0,5% hasta el 8%.

“Las sanciones parecen draconianas, pero es poco probable que causen un daño importante a la economía rusa, aunque sí aumentará el coste de financiación y afectarán a la ya anémica tasa de crecimiento del PIB”, explican los expertos de la gestora. Éstos añaden que “una de las medidas, impuesta por la propia Rusia al prohibir algunas importaciones de alimentos, impactará en la inflación este año”. Por otra parte, evalúan que “los bancos rusos están bien financiados, con importantes reservas de divisas y la deuda del gobierno es escasa”. “Además, la salida de capitales de Rusia es síntoma de que se mantiene abierta la cuenta de capital”, añaden.

En cuanto a los beneficios corporativos, desde Pictet constatan que “es posible que los beneficios de algunas empresas nacionales se vean afectados, pero no esperamos un cambio drástico”. Argumentan que “para las empresas rusas el impacto a largo plazo puede ser negativo, pero a uno o dos años vista el mercado seguirá dominado por exportadores, con el precio del petróleo alto y rublo débil, un entorno operativo muy sólido para muchas compañías rusas”. Desde la firma consideran que “el verdadero shock sería que la comunidad internacional sancionase el sector ruso de exportación de energía, poco probable por ser un exportador tan grande”

Dada esta evaluación sobre el entorno económico del país, la conclusión del equipo de Pictet es que, de momento, los fundamentales siguen reflejando comodidad “aunque la situación en Ucrania oriental hace difícil ver la vuelta de un estado de ánimo positivo”. “La mayoría de inversores que querían salir del mercado ruso ya lo han hecho y este mercado sigue estando muy poco comprado y con un descuento extremo”, añaden. En todo caso, el equipo de renta variable emergente de la gestora suiza viajará a Moscú a finales de agosto para obtener una evaluación sobre el tono de la economía de Rusia sobre el terreno. Sería su segundo viaje. En el primer trimestre ya realizaron otro, extrayendo sus conclusiones.

Precaución con la renta fija rusa

Distinto es el panorama que ofrece la renta fija rusa, un mercado que volvió a funcionar en 2010, doce años después del colapso del rublo, y que no fue liberalizado hasta 2012. El equipo de deuda emergente de Pictet ha optado por infraponderarla, manteniendo una posición defensiva en deuda rusa en dólares y manteniendo asimismo una amplia infraponderación en bonos denominados en moneda local.

Los expertos consideran que, dados los riesgos geopolíticos, es probable que el rublo se vea bajo mayor presión mientras que, debido a la alta inflación, el banco central no puede apoyar la economía con política monetaria.  La otra estrategia implementada ha pasado por concentrar la exposición a deuda rusa en empresas de importancia estratégica para el gobierno de Putin y con más probabilidades de recibir apoyo del Estado si se deterioran las condiciones económicas y financieras, evitando la exposición a empresas afectadas por sanciones.