El acuerdo histórico entre Argentina y sus acreedores permitirá al país incrementar sus reservas de divisas, emitir deuda soberana y abrir camino para que las empresas argentinas puedan financiarse.
Continúan las reacciones positivas al giro de 180 grados que está dando el Ejecutivo de Mauricio Macri a Argentina. Claudia Calich, especialista en mercados emergentes de M&G Investments y gestora del M&G Emerging Markets Bond se centra en el acuerdo que ha alcanzado el país con sus acreedores, 15 años después del “corralito”.
“El acuerdo es un paso positivo para la normalización de las relaciones financieras de Argentina con los mercados internacionales, y pavimenta el camino para la emisión de entre 12.000 y 15.000 millones de dólares en deuda soberana argentina”, afirma Calich. Ésta es consciente de que puede tratarse de una gran cantidad de deuda como para ser digerida en el corto plazo, pero cree que “una vez que los bonos sean absorbidos por los inversores, representará una interesante inversión de medio plazo y también permitirá a algunas provincias y empresas emitir deuda en el futuro”. La experta considera que la apertura de esta nueva ventana de oportunidad permitirá asimismo al país incrementar sus reservas divisas, actualmente en niveles que califica como “precariamente bajos”.
La experta señala que la economía podría entrar en un ciclo virtuoso, pero pone la condición de que “la inversión extranjera directa repunte, como resultado de esta normalización de las relaciones financieras. Esto llevaría a su vez a un crecimiento superior, que es clave para la popularidad y la gobernabilidad de Macri”. A su vez, Calich espera que un mayor crecimiento ayude a mejorar el balance fiscal, “abriendo el camino para la mejora de los rating crediticios hacia la nota B”.
Sin embargo, la experta considera que este acuerdo tendrá una influencia limitada sobre el conjunto del universo emergente, debido al tamaño inferior de la economía argentina en comparación con los BRICS y a sus escasos lazos comerciales y financieros. Dicho esto, Calich detalla un último efecto positivo del acuerdo con los acreedores: “Argentina es uno de los pocos países emergentes que está mostrando un momento positivo de reformas en este momento, incluyendo la mejora de las relaciones con Occidente y el movimiento hacia políticas económicas más ortodoxas, por lo que tiene un impacto sobre las políticas regionales de Latinoamérica al dar pistas sobre el equilibrio hacia la ortodoxia y dejar las políticas poco ortodoxas concentradas en unos pocos países, siendo el más notable Venezuela”.