Argumentos a favor de incrementar la exposición a las small caps

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*suika *, Flickr, Creative Commons

No cabe duda de que 2013 fue un año excelente para las empresas de pequeña capitalización, que registraron rentabilidades medias del 32,9% en el año, frente al 27,4% del MSCI World (en términos de dólar). Lo que muchos se preguntan ahora es si las ‘small caps’ serán capaces de mantener esta tendencia en 2014.

En UBS Global Asset Management se muestran muy positivos con la clase de activos: “Las pequeñas empresas tienden a comportarse bien durante el periodo de aceleración del ciclo económico y suelen beneficiarse de la mayor actividad de fusiones y adquisiciones, un entorno que pensamos que se dará en 2014. Por eso, creemos que es un buen momento para que los inversores incrementen sus asignaciones a small caps”, afirma Kevin Barker, especialista de renta variable en la casa suiza.

Como explica Barker, si se compara la evolución de los índices MSCI de pequeñas, medianas y grandes empresas a lo largo de los últimos quince años, las small caps han triplicado su valor mientras que las grandes empresas solo lo han duplicado. En UBS atribuyen este mejor comportamiento a que las empresas de pequeña capitalización crecen más rápido y a que los índices de small caps están menos expuestos a los sectores maduros de menor crecimiento como energía, telecomunicaciones y consumo básico.

“No hay que irse muy lejos para encontrar buenas oportunidades de inversión”, asegura Jim Campbell, cogestor del JPM Europe Dynamic Small Cap en J.P.Morgan Asset Management. “Muchas de las empresas europeas de pequeña capitalización son líderes mundiales. En Europa hay muchos ejemplos. En España, sin ir más lejos, tenemos el caso de Grifols o Bankinter”, ejemplifica. En términos generales, las compañías de pequeña capitalización presentan un crecimiento más fuerte que las ‘large caps’: “Estamos hablando de tasas del 23-24%, frente al 13-14%”, cuantifica Campbell, quien señala además que la falta de cobertura entre los valores de menor capitalización permite explotar las ineficiencias del mercado.

Sin embargo, el buen comportamiento registrado últimamente se ha traducido en menores oportunidades de inversión. En palabras de Charless Anniss, gestor del M&G European Smaller Companies Fund, “las valoraciones eran muy atractivas en 2013 pero ya no lo son tanto en 2014”. Los PER de las pequeñas y medianas empresas europeas están en 15-16 veces, niveles similares a los que registran las grandes empresas pero, como apunta el experto, “las empresas más pequeñas generan beneficios más elevados, por lo que sus valoraciones relativas siguen siendo atractivas”. El gestor de M&G Investments opina que es un entorno ideal para la selección de valores y destaca empresas como Piaggio, Hugo Boss, Jupiter Fund Management o las españolas Indra Sistemas y Técnicas Reunidas, entre otras.

Aunque Europa y España han ganado atractivo últimamente, Estados Unidos fue una de las regiones donde las pequeñas empresas registraron un mejor comportamiento el año pasado. Frank Gannon, codirector de inversiones de Royce&Associates, filial de renta variable estadounidense de pequeña capitalización de Legg Mason Global AM, defiende que “la calidad es un concepto global que trasciende fronteras. Los mismos atributos que exhiben muchas small caps estadounidenses –un balance sólido, unas elevadas rentabilidades sobre el capital invertido o la capacidad de generar flujo de caja libre− se dan también en muchos negocios internacionales”.

Pero no todo son ventajas. “Por su naturaleza, las pequeñas empresas pueden resultar más volátiles y el impacto de una mala inversión puede hacerle mucho daño a la rentabilidad”, explica Barker, quien recuerda además que los valores pequeños son menos líquidos y que las pequeñas empresas están expuestas a un mayor riesgo financiero ya que “tienen peor acceso a los mercados de crédito y generalmente pagan más por su deuda”.

Otra posible amenaza viene del hecho de que las empresas pequeñas suelen estar controladas por la familia fundadora o por los socios principales. “Si los intereses están alineados, esta estructura puede ser muy buena para el negocio”, señala Anniss. “Una empresa familiar gestionada con los intereses de los accionistas en mente puede incrementar el valor fundamental del negocio durante un periodo de tiempo considerable”, concluye el gestor.