ASEAFI renueva su junta directiva y se centra en la comunicación

La mayor asociación de EAFI de España, ASEAFI, cuenta ya con 31 miembros, algo más de la mitad de las 59 figuras que han sido aprobadas por CNMV, y otros tantos están a punto de incorporarse. Su presidente, Javier Kessler, asegura que si antes tenían que preocuparse por buscarlos, ahora la organización se autolimenta por sí sola y son las propias EAFI las que buscan unirse al grupo por un coste de 50 euros mensuales, una vez se van demostrando las sinergias. “Algunas tienen aún muy poco recorrido y han de ver sus necesidades”, comenta. ASEAFI acaba de celebrar su asamblea y, tras renovar los dos cargos del órgano de gobierno y su junta directiva, ha establecido por unanimidad las pautas en torno a las que girará su actividad en 2011, que se resumen en una mayor labor de comunicación y también la búsqueda de apoyo institucional.

 

 

De los 9 miembros que conformaban dicha junta anteriormente, ha salido la EAFI Prosper Lamothe (tras su reestructuración ante la marcha de Zunzunegui y Zárate y su conversión en LF Castañeda EAFI) y han entrado tres nuevos miembros: 360 Alfa Partners Advisors, Arcano Wealth Advisors, y la valenciana Etica Patrimonios. Los miembros que componen la junta son actualmente 11: además de los tres nuevos, Abante Consejeros Financieros Independientes, Diverinvest Asesoramiento, Wealth Solutions, Valor Óptimo (de Vitoria), Quantica Empresa de Asesoramiento Independiente, Dracon Partners, Afinet Global y Kessler & Casadevall.

“En 2010 se han levantado las persianas, con el establecimiento, la organización de la asociación y los primeros pasos dados en temas como la comunicación, la legislación, las consultas con la CNMV y en relación con los problemas diarios, las relaciones con los proveedores externos y la creación de la web, y ahora hay que ponerse a trabajar”, asegura Kessler, convencido de que han pasado de ser “un grupo de amigos a un grupo de trabajo”.

Entre sus planes más inmediatos destaca el fomento de la comunicación, a través de los contenidos web –“fomentando la participación, la transparencia y la neutralidad en un espacio abierto y un lugar de encuentro no sólo para las EAFI sino también para otros actores financieros”- , las redes sociales, los eventos –tanto internos como participación en externos- y la prensa; algo que incluye la contratación de una persona dedicada a ello para institucionalizar esas tareas. “Queremos tener más presencia en defensa del interés de las EAFI, descartando además las malas prácticas, y con la comunicación lograremos más respeto, participación y la transmisión de nuestra profesionalización, que garantiza la protección del inversor tal y como establece MiFid”, asegura.

El experto cree que se trata de un área de negocio con cierta estabilidad, en la medida que está calando y el cliente está reconociendo su valor con su disposición a pagar por ello. Sin embargo, hay que seguir realizando tareas de educación financiera y también es necesario el apoyo institucional, que tratarán de buscar este año utilizando como arma “la gran calidad de las empresas de asesoramiento independiente, que ya han pasado un filtro importante”. Kessler cree que es importante que cada entidad “sepa dónde está su función”, dice que las que no entienden ese modelo financiero no tendrán futuro y critica la negativa a cumplir las reglas argumentando problemas como la burocracia. “Si quieren cambiar algo han de hacerlo desde dentro, no desde fuera”, apostilla. Para el experto, el mercado está muy abierto y descolocado y los inversores han de entender que los asesores independientes “saben controlar el riesgo y han de ser pagados por ello”.

Con respecto al modelo de negocio, reconoce que la tendencia se dirige a la eliminación de las retrocesiones, pero que ello exige una revisión completa del sistema financiero. “Mi empresa apuesta por el cobro directo pero doy la razón a otros modelos más asentados en el tiempo que han pasado de ser agentes a ser EAFI y a los que esta prohibición puede distorsionar su negocio”, afirma. “Ahora es válido este modelo de negocio, pues lo importante es la transparencia, pero si en el futuro se prohíben serán necesarios cambios en toda la industria, como por ejemplo el compromiso de los bancos de devolver las retrocesiones al cliente, la bajada de comisiones por parte de las gestoras o un sistema fiscal más favorable, es decir, una política seria que impida que la mitad de la industria desaparezca”, asegura. De hecho, Kessler cree que no tiene sentido un sistema que exime del IVA a las actividades del agente o representante financiero, así como a los intermediarios, pero no a las EAFI.