Los sectores de tecnología y de salud han salido reforzados tras el paso por el mundo del coronavirus. Ellos son los ganadores más claros desde el punto de vista económico y financiero; pero no son los únicos. Y frente a estos triunfadores están los muchos que han salido perdiendo, los chivos expiatorios de esta crisis. Sobre esos ‘otros’ sectores y empresas que son ahora más fuertes que antes del COVID-19 y los que lo son menos reflexionan varios selectores de fondos en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por AllianceBernstein.
Jorge González, director de Análisis de Tressis SV, parte del creciente empuje de la inversión ASG, y más concretamente de la S de los criterios sociales, para concluir que “las empresas que estaban apostando por la conciliación familiar y el teletrabajo se han adaptado más fácilmente a la situación actual y también lo van a tener más fácil para salir de esta situación, por lo que pueden salir como grandes ganadoras”.
Explica que en el caso de dos compañías del mismo sector, “aquella que ha podido seguir trabajando con normalidad gracias a tener políticas sociales hacia sus trabajadores se ha adaptado mejor y va a salir con más fuerza. Es clave que cuando hablemos de ISR apostemos de manera específica este año por los factores sociales, cuando todo apuntaba al principio del ejercicio a que el tema fundamental sería el medioambiental, sobre todo tras la celebración en Madrid de la Cumbre del Clima (COP25)”. En el lado de los perdedores, destaca que el sector industrial va a tener que replantearse el futuro, pero también otros, “como la banca, energía y materiales, que tienen que darse cuenta de que vivimos en un mundo completamente diferente al de hace 10 años.
En la tendencia a la desglobalización o globalización negativa se centra Enrique Castro, director de Inversiones de Abanca, para identificar a los perdedores. “Ese movimiento ha tenido impactos y hay perdedores, que no sé si son todos los que tienen que estar, o veremos todavía efectos de segundo y tercer orden”. Pone como ejemplo el mercado del petróleo, al que hemos visto con precios negativos, algo impensable no hace tanto tiempo. También destaca las caídas de las compañías de cruceros o la quiebra de alguna aerolíneas, “y de nuevo vuelve a sobrevolar alrededor del mercado el riesgo de los rescates”, apunta. Estos son los grandes perdedores a corto plazo, pero se muestra optimista y confía en que “esa pirámide la iremos reconstruyendo poco a poco; lo hemos hecho antes y lo volveremos a hacer ahora”.
Por otro lado están los cambios de modelo de negocio que se están produciendo: “La presencia física frente a la digital es un ejemplo claro, actividades grupales versus individuales, centros deportivos, gimnasios…, tendremos que ver cómo evoluciona esa reconversión”. La clave para identificar a ganadores y perdedores es, a su juicio, estar muy atentos a cómo se comporta el consumidor: “Hay que saber leer muy bien el cambio de comportamiento”.
Antonia Conde, responsable de Gestión de Activos de Renta 4, también busca los perdedores en las consecuencias del cambio drástico que se ha producido en los hábitos de consumo, una transformación que aún no sabemos cuánto tiempo perdurará. Considera que todo lo relacionado con producto físico (consumo retail) va a sufrir: “No somos tan consumistas, no tenemos tantas necesidades ahora como hace tres meses. Probablemente esto esté marcando una tendencia: quizá a futuro no consumamos tantos productos a nivel internacional”.
Si lo físico pierde, lo digital gana: “Todo lo digital o relacionado con servicios que se pueden consumir sin intercambio físico de producto saldrá ganador”. Aunque también matiza que desde el punto de vista bursátil, “habrá que mirar precios, porque el precio importa”. Además, incluye otro nombre en la lista de ganadores, el sector de infraestructuras “porque en algún momento los estados quizá tengan que empezar a poner dinero sobre la mesa para emplear a gente”. Considera que es una opción interesante a la hora de analizar algo distinto: “En un contexto en el que los gobiernos se tienen que seguir endeudando puede tener sentido a futuro”.
En el golpe que esta crisis ha propinado en la línea de flotación de la globalización insiste Miguel Luzárraga, director de AllianceBernstein en España. “El coronavirus ha generado desconfianza entre la gente a la hora de moverse y acercarse, lo vemos en los supermercados, y lo veremos en los restaurantes, cines, teatros, aviones…, y eso solo lo cura el tiempo. Hasta que no se recupere esa confianza el distanciamiento social va a afectar mucho”. Destaca, por ejemplo, que el producto chino va a sufrir como consecuencia de todo ello: “Vamos a analizar más detalladamente lo que compramos, no solo el producto en sí, sino de dónde viene, dónde se ha creado y producido”.
Explica que esa concienciación y actitud va a beneficiar al producto local; y a nuestra salud. Considera que otra tendencia es el consumo de productos más sanos y ecológicos. En resumen: “El perdedor es la globalización y el ganador, nuestra salud”.
