Serge Pizem, gestor del AXA WF Optimal Income y responsable global de multiactivos de AXA IM, da las razones por las que este año también se muestra optimista sobre la evolución del mercado de renta variable europeo.
El AXA WF Optimal Income cumple en 2014 diez años bajo el timón de Serge Pizem, su gestor y responsable global de inversiones multiactivos en AXA IM. Pizem, conocido por su tono directo a la hora de exponer su visión de mercado y las tesis que guían sus inversiones, ha estado recientemente de visita en Madrid, donde ha dado las claves para poder posicionarse estratégicamente. Su primera consideración tiene que ver con la actividad de los bancos centrales, ya que el experto considera que cada vez es más necesario “contar con un especialista de mercado cuya única misión sea interpretar el mensaje de los bancos centrales”.
Pizem mantiene que la mejor forma de anticipar qué impacto van a tener las políticas monetarias sobre los mercados mundiales consiste en vigilar los balances. Actualmente, el balance de la Reserva Federal asciende a 2,5 billones de dólares (para hacerse una idea, el PIB de Francia equivale a 2 billones), mientras que el del BCE ronda los dos billones de dólares. “La diferencia entre ambos bancos es que la Fed ha sido más agresiva ayudando a la economía, el BCE va más rezagado y actuará sólo si hay riesgo de deflación”, resume el responsable de AXA IM.
“Hoy, el mercado te está diciendo que comprar bonos españoles a cinco años tiene el mismo riesgo que comprar bonos del Tesoro estadounidense a cinco años. Es el gran logro de Draghi”, apostilla el experto, que predice que habrá algo de volatilidad tanto en el “papel” español como en el italiano estos días posteriores a las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.
En qué hay que fijarse en Europa
El experto muestra una actitud constructiva hacia la recuperación en Europa, donde observa que ya están repuntando la actividad industrial y de servicios, quedando sólo por revivir la construcción aunque en este punto advierte que todavía habrá que esperar. Por países, observa signos de estabilización en Italia y Francia y mejoría en España, aunque en este último caso se debe al recorte agresivo de los costes laborales, que ha vuelto a atraer a nuestro país a empresas deseosas de localizar en él sus fábricas. Pizem se declara alcista con la renta variable europea. Ya lo era el año pasado, atendiendo a lo atractivo de las valoraciones, y este año apoya su argumento en la previsión de que se expandan los márgenes de beneficio. En particular, su expectativa es que registren un crecimiento gradual hasta converger con los estadounidenses, lo que implica un repunte del 14%.
Pizem también constata la enorme dispersión de resultados que se vio en 2013: “El año pasado las compañías que mejor funcionaron fueron las que estaban en peores condiciones y que cotizaban muy baratas, pero también las de más calidad que parecían caras. No creo que esto vuelva a suceder”, afirma. Para él, para que este año se produzca una diferenciación más racional tiene que haber un crecimiento de los beneficios corporativos. Prevé un crecimiento en torno al 10% que considera crucial, después de la fuerte expansión de múltiplos que se vivió el año pasado. “Ahora el PER de la bolsa europea está en torno a las 15 veces, un poco por debajo de la media, pero los beneficios están muy deprimidos y eso es lo que indica por qué están más baratas las compañías”, indica.
El gestor recalca que las compañías que selecciona para su fondo son negocios líderes y con herramientas para seguir manteniendo ese liderazgo, haciendo crecer sus ventas de forma constante. Y además, deben cotizar a precios que considere razonables. “Cuando todo el mundo está enamorado de una compañía significa que ya ha alcanzado su precio objetivo”, comenta.
Repaso macro
Aunque Europa es la parte central de su discurso, Pizem también realiza un breve repaso de las otras grandes economías del mundo. Para empezar, el panorama que pinta para EE.UU. es más positivo. Después de haber experimentado un auténtico colapso, prevé la completa recuperación del mercado de la vivienda. Asimismo, prevé un repunte de la inversión sobre capital, especialmente la inversión en nuevas tecnologías para conseguir unos costes más eficientes. Sin embargo, Pizem da un aviso: “La tasa de crecimiento en EE.UU. va a ser más lenta que antes, del 4% al que se crecía previamente a la crisis ahora se crecerá un 2,5%”.
“Si va a haber un problema este año o el que viene, va a ser China”, afirma rotundamente. El gestor descarta que la ralentización se pueda achacar exclusivamente al incipiente desarrollo de las reformas aprobadas el año pasado: “El cambio de modelo de exportación a importación va a ser lento y complejo, pero los PMI indican que la economía no va muy bien, aunque las expectativas de negocio sean positivas”. Para el responsable de AXA IM, China tiene tres graves problemas que ha de afrontar: la burbuja inmobiliaria, la banca paralela o banca en la sombra y la burbuja del capex.
También está negativo con Japón, donde considera que “el repunte de los beneficios sólo se pueden atribuir a la depreciación del yen”. A juicio de Pizem, Hay tres reformas estructurales a las que el Gobierno capitaneado por Shinzo Abe no debe dar la espalda: la reforma sobre inmigración, para relajar los requisitos de entrada a extranjeros en el país, la incorporación de la mujer al mundo laboral y disminuir el proteccionismo gubernamental en sectores como la agricultura. “Si no hay reformas fuertes, Japón no cambiará mucho”, sentencia.