Balance de los ocho años de Draghi: el legado del salvador del euro

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Mario Draghi, en la firma oficial del billete el 21 de noviembre de 2011

Con una profunda división interna en el consejo, unos tipos de interés anclados en negativo y una inflación dormida, Mario Draghi pone fin a su etapa al frente del Banco Central Europeo. Se despide como el primer banquero central incapaz de subir tipos en todo su mandato, pero también como el artífice del discurso que evitó el colapso de la zona euro

“No fue perfecto, pero sí lo mejor que tuvimos”, defiende Jim Leaviss, jefe de renta fija de M&G. Mientras que su predecesor pasó a la historia como el responsable del mayor error en la política monetaria del BCE (Jean-Claude subió tipos en plena crisis financiera), Mario Draghi dejará un recuerdo grato. “En un mundo en el que los políticos se negaron a salvar la unión monetaria a través de la redistribución presupuestaria, hizo lo que era necesario”, afirma Leaviss.

Ciertamente el contexto en el que tuvo que actuar no fue el más agradable. Y no solo por la grave crisis económica. Las primeras medidas de relajación cuantitativa – el QE- y demás medidas excepcionales se presentaron ante el mercado con una gran oposición política. Especialmente por países como Alemania. “Esencialmente apagó el fuego que amenazaba con destruir la Unión Monetaria Europea”, asegura Francis Scotland, responsable global de estrategia macroeconómica de Brandywine Global, filial de Legg Mason. “Cuando los burócratas de Europa estaban sacando sangre a través de la austeridad y algunos de sus colegas estaban obsesionados con los fantasmas de la inflación, las políticas de Draghi salvaron la economía. Ha salvado miles de puestos de trabajo y creado miles más”, sentencia.

Una reticencia similar a la que le acompaña en su última reunión al frente del BCE. “Deja el cargo con profundas divisiones entre los miembros que forman su consejo. Las últimas medidas de estímulo anunciadas no fueron respaldadas por todos y de ello se han hecho eco los medios”, cuenta Juan Ramón Casanovas, responsable de Private Portfolio Management de Bank Degroof Petercam Spain. Didier Saint-Georges, Managing Director y miembro del Comité Estratégico de Inversión de Carmignac, también lo ve como una mancha en su legado: “La mayor frustración de Draghi debe ser que nunca llegó a convencer a Europa para realizar las suficientes reformas, ni en el plano económico ni en el institucional”.

Pero aunque su último QE se haya recibido con opiniones mixtas, para Esty Dwek, responsable de estrategia global en Dynamic Solutions (Natixis IM), su legado será uno de federación y apoyo. Philipp Vorndran, estratega de Flossbach von Storch, coincide: “Ha logrado lo que los políticos fueron incapaces en su momento, dar confianza a los inversores y mantener unida a la zona euro.

Ocho años de creatividad monetaria

Mario Draghi, efectivamente, hizo lo que fue necesario para preservar el euro. Y quienes confiaron en su defensa de que sería suficiente han cosechado años de bonanza en los mercados. Para Gabriel Ximénez de Embún, responsable de inversiones en Credit Suisse Gestión, uno de los principales motivos de su éxito ha sido la forma en la que ha comunicado sus mensajes. Pero como recuerda Mondher Bettaieb, director de crédito de Vontobel AM, “solo fueron el principio de la obra”.

La primera medida de su mandato fue el programa Outright Monetary Transactions (OMT) que permitía la compra de bonos soberanos para permitir que los gobiernos de los países que habían pedido ayuda a través del Fondo Europeo de Estabilidad pudieran financiarse. “Sólo por este acto, su Presidencia debe considerarse un éxito”, afirma Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments. Luego siguieron los programas LTRO, una de las decisiones más importantes de Draghi, en opinión de Bettaieb, ya que garantizó que los bancos pudieran refinanciarse a tipos realmente bajos, algo muy positivo para el sistema financiero y los bancos europeos.

Y hay que recordar el contexto en el que tomó todas estas medidas. En 2011 Europa estaba pagando los excesos de alargar la fiesta en el inmobiliario, la banca y las finanzas. El crecimiento se desplomaba a la vez que los países ponían en marcha una batería de dolorosas medidas de austeridad.

“Su legado es la supervivencia del euro en su prueba más dura hasta la fecha gracias al uso de medidas hasta el momento un anatema para un banco central empapado en las tradiciones del Bundesbank”, afirma Nick Wall, gestor de Merian Global Investors. Es una de las hazañas de Draghi que menos se recuerdan. La de capitanear un giro en la manera de entender la política monetaria en el BCE. “Él heredó un banco central influenciado por la aproximación disciplinaria de los 80 y 90 y lo acercó al modelo de la Fed. Eliminó esos tics intelectuales y trajo claridad a la política”, explica Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers.

No todos son halagos para la figura del banquero italiano. Su política monetaria laxa, tan necesaria para los mercados, también ha generado graves efectos secundarios. Como recuerda William J. Adams, CIO de Renta Fija de MFS Investment Management, los ahorradores y jubilados se asoman al abismo de unos planes de ahorro inasumibles y la presión crece con los desequilibrios en la riqueza.

Pero cuánta de esa responsabilidad cae sobre Draghi es debatible. “Él ha comprado a los gobiernos el tiempo necesario para iniciar reformas dolorosas pero estructurales. El hecho de que los gobiernos no lo utilizaran no es su culpa”, asevera Wall. Su mandato en el BCE fue bueno; el de los políticos no. "Mario Draghi será recordado como un gran economista, un gran europeo y una gran figura histórica italiana. Ahora es el momento de Christine Lagarde", concluye Sebastien Galy, responsable senior de estrategia macroeconómica en Nordea AM.