Bill Gross: “Haya vacuna o no, hay poco dinero que ganar en casi ninguna parte del mundo”

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Bill Gross. Foto cedida (PIMCO)

Bill Gross lo ve complicado. “Haya vacuna para el COVID-19 o no, hay poco dinero que ganar en casi ninguna parte del mundo”, sentencia el mítico gurú de la renta fija en su última carta de previsiones. Al igual que su hijo Nick (a quien dedica una extensa crítica a su pasión por los tatuajes), el mundo ha sido marcado por un virus invisible. Pero a diferencia del tatuaje en el labio de prole, las consecuencias son muy visibles. La vida para más de 7.500 millones de personas ha cambiado en maneras inimaginables. “Los inversores se han preguntado si la cosas alguna vez volverán a ser las mismas. Y ante la contestación de probablemente no, ha empezado la carrera por encontrar a los supuestos ganadores y perdedores”, afirma Gross.

Ya en su anterior Investment Outlook Gross analizó los tipos de intereses reales entre Estados Unidos y Europa como motor de esa disparidad en el comportamiento de los activos cotizados a favor del primero. Porque recuerda que si bien el Nasdaq y el S&P 500 suben del 5 al 25% en el año, índices europeos como el Dax, Cac o FTSE aún caen de media un 5-15%. Pero no todo se achaca a los tipos, en su opinión. “La economía de Estados Unidos ha recibido un estímulo fiscal mayor que en cualquier otra parte del mundo. Las tasas de ahorro personal en el país nunca llegaron a caer y de hecho ha crecido un 12% anual. Alemania y otras economías europeas decidieron inyectaron estímulo más ligero directamente a las corporaciones, mientras que el Tesoro y la Fed directamente han dado dinero helicóptero a través de beneficios por desempleo y otras garantías para poner dinero directamente en los bolsillos de los trabajadores”, analiza.

Ahora bien, Gross invita a pensar en si Estados Unidos será capaz de mantener esa ventaja en el futuro. El ex gestor se muestra dubitativo: “Mi opinión es que la mayoría, si no todo, el estímulo fiscal en EE.UU. se ha acabado. Seguir impulsando la economía en años futuros requeriría no un déficit de 4 billones de dólares sino uno de 5 o 6 billones de dólares. Y para reducir el déficit a 3 o 2 billones tendríamos que pasar por lo que los economistas llaman el lastre fiscal" y se tendría que compensar con un crecimiento anual del 6-7% durante años y años en el sector privado. Un sueño Trumpiano o Bideniano, supongo, pero no realista”.

En su opinión, un inversor debería jugar a la defensiva. ¿Refugiarse en bonos? Al contrario. Gross se refiere a apostar por aquellos sectores repudiados: el tabaco, la banca. “Sí, incluso en compañías cotizadas en Europa que no se han disparado con sueños de una prosperidad económica empujada por unos tipos de interés artificialmente bajos”, insiste.