Bonos de tipos flotantes versus high yield: ¿dónde estarán las oportunidades en los próximos 12 meses?

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Tim Gouw, Unsplash

Ha tocado cambiar la hoja del calendario para inaugurar un nuevo año, pero las motivaciones de los inversores siguen siendo las mismas: comparar las distintas clases de activos y determinar cuáles ofrecen más atractivo. En el contexto de esta búsqueda, el gestor de M&G Investments James Tomlins ha hecho una comparativa entre dos de los segmentos de renta fija que se perfilan como más estratégicos de cara a 2018: la deuda high yield y los bonos de tipos flotantes o floating rate notes, en este caso también con grado especulativo.

El último punto de inflexión para el comportamiento de ambos tipos de bonos ha sido la última subida de los tipos de interés ejecutada por la Reserva Federal en diciembre. Teniendo en cuenta que la Fed ha señalizado otras tres subidas de tipos en 2018, y que debería esperarse una postura menos acomodaticia del BCE, Tomlins se pregunta si la deuda de tipo flotante con grado especulativo será capaz de batir en rentabilidad a la deuda high yield. “La respuesta corta es “probablemente sí” para un inversor en euros, y un quizá poco satisfactorio “puede” para un inversor en dólares”, resume el gestor.

Tomlins ha realizado una simulación con dos carteras modelo en dólares (una que invierte en bonos flotantes y la otra en bonos high yield) para calcular cuáles podrían ser los retornos totales a un año vista. Dichos bonos pondrían en precio un diferencial de 250 puntos básicos para normalizar el impacto relativo de los retornos, teniendo en cuenta el impacto de esas tres subidas de tipos señalizadas por la Fed y su influencia sobre la curva de tipos. En cambio, el experto aclara que no ha incluido en sus cálculos el impacto relativo de un movimiento de los diferenciales de crédito o de las tasas de impago, que son igualmente relevantes para el comportamiento del high yield.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, Tomlins afirma: “Yo esperaría que la rentabilidad de los bonos flotantes bata a la de la deuda high yield en un escenario de corrección del crédito que cause un ensanchamiento de los diferenciales, o si viéramos un repunte de las tasas de impago (los bonos flotantes tienden a tener menos duración del diferencial y están sesgados más fuertemente hacia instrumentos de deuda sénior) y viceversa” (ver tabla).

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En base a estos cálculos, el experto sentencia que “el mercado necesitaría ver un movimiento moderadamente al alza en los rendimientos de los bonos de EE.UU. antes de que los bonos flotantes high yield batieran a los bonos high yield”. Así, Tomlins calcula que, para este caso, el nivel de breakeven sería de 34 puntos básicos.

En realidad, la curva de tipos ya está reflejando el impacto de algunas de esas subidas de tipos, al registrar un aplanamiento por la subida del rendimiento de la parte corta, Tomlins lo interpreta como que “los inversores ya están siendo compensados en cierta medida por el hecho de que la Fed mantenga su postura ortodoxa”. Por tanto, considera que los bonos flotantes con grado especulativo “estarían mejor posicionados para batir en rentabilidad a los bonos high yield si viéramos más de tres subidas o si se pusiera en precio en el mercado de bonos una postura más ortodoxa”.

En cuanto a los inversores en euros, el gestor ha realizado el mismo ejercicio: ha creado dos carteras modelo denominadas en esa divisa, una que invierta en deuda high yield convencional y otra que invierta en bonos flotantes con calificación high yield. En este caso, incluye en sus estimaciones un escenario en el que el Euribor se mantendría en el -0,39%, es decir, que no prevé ninguna subida de tipos por parte del BCE, aunque sí prevé cambios en la curva de tipos. Tomlins considera en este segundo supuesto que el aspecto más interesante es el hecho de que "el aplanamiento de la curva de tipos de la deuda soberana va en contra de los inversores en renta fija”. Se refiere a que “los bonos soberanos europeos tendrían que corregir tan sólo 8 puntos básicos para que la deuda flotante high yield batiera en rentabilidad a su contraparte”.

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En este escenario, concluye el gestor, cualquier revisión y puesta en precio por parte de los mercados de una postura más ortodoxa por parte del BCE “implicaría que los inversores estarían mucho mejor invertidos en bonos flotantes, no sólo porque se benefician de unos cupones más altos a medida que suban los tipos, sino porque tienen sensibilidad casi cero a los movimientos de los mercados de deuda soberana”.