Artículo escrito por Ana Guzmán, directora de impacto de Portocolom AV.
El mercado de deuda sostenible se ha convertido en quizá la alternativa más atractiva para las empresas y gobiernos a la hora de obtener financiación. Esto es debido a multitud de factores, entre ellos la demanda por parte de los inversores y el apoyo recibido por parte de reguladores, gobiernos e incluso Bancos Centrales como el europeo, el cual, en palabras de su presidenta Christine Lagarde quiere jugar un papel clave en la lucha contra el cambio climático.
Debido a este interés y al desarrollo del sector, cada vez vemos nuevas alternativas de financiación que se unen a los más veteranos bonos verdes: bonos sociales, bonos de transición, bonos ligados a objetivos sostenibles etc. Esta última categoría, denominada en inglés Sustainability Linked Bonds (SLB, también conocidos como KPI- Linked Bonds o SDG Linked Bonds) fue una de las que más creció en volumen emitido en 2019 (100 billones de dóares de nuevas emisiones, alcanzando el mercado los 465 billones de dólares y doblando la cifra emitida en 2018) y ha sido la última en ser admitida como colateral por el BCE.
¿Cuáles son las similitudes y diferencias con los bonos verdes? Según la International Capital Markets Association (ICMA), los SLB son cualquier tipo de instrumento de renta fija cuyas características financieras estén ligadas a la consecución de unos objetivos de sostenibilidad predefinidos. Además ICMA define cinco características fundamentales que toda emisión de bonos ligados a sostenibilidad debe tener: selección de indicadores que evaluarán el desempeño en sostenibilidad (Key Performance Indicators), objetivos para dichos indicadores (Sustainability Performance Targets), características del bono, cómo se realizará el reporte, y verificación externa de la consecución de los objetivos. Los bonos verdes (y sostenibles y sociales) son bonos cuyos fondos se aplicarán exclusivamente a financiar o refinanciar una combinación de proyectos verdes o sociales calificados como eligibles. A continuación, vemos algunas diferencias entre ambos:
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Bonos verdes |
Bonos ligados a la sostenibilidad |
Propósito |
Invertir en proyectos específicos relacionados con determinadas categorías relacionadas con cambio climático.. |
Establecimiento de métricas ESG/ODS genéricas a cumplir en un horizonte temporal. |
Uso de los fondos |
Acotado a proyectos verdes establecidos de antemano |
General |
Tipos de interés |
Independientes de la evolución del proyecto |
Vinculados a la consecución de los objetivos. |
Principales industrias emisoras |
Principalmente entidades financieras, utilities, real estate y gobiernos |
Varias |
Beneficios para el emisor |
Diversificación fuentes de financiación, reputación “verde”. |
Potencial reducción de margen de financiación si se cumplen los objetivos. |
Beneficios para el comprador |
Aumento posicionamiento verde y social |
Potencial incremento de rentabilidad si no se cumplen los objetivos. |
En cuanto a países, hay 60 países a nivel mundial en los que la emisión de bonos verdes es activa, situándose Francia, Alemania y España a la cabeza.