Brett Olson (BlackRock): “El debate ha pasado de activo versus pasivo a ser activo con tus inversiones pasivas”

Brett Olson (BlackRock)
Foto cedida

Los ETF de renta fija se han convertido en los últimos años en instrumentos apreciados y demandados por los inversores institucionales. El incremento del patrimonio es la mejor muestra de su evolución; los ETF de renta fija domiciliados en Europa y comercializados por BlackRock hoy suman un patrimonio de 100.000 millones de dólares. “Si retrocedemos hasta 2013, en BlackRock teníamos alrededor de 43.000 millones de dólares en ETF de renta fija en nuestra gama europea”, comenta Brett Olson, responsable de renta fija para EMEA de iShares.

Olson explica que la gestora tomó por aquel entonces una decisión que ha sido crucial para la evolución del negocio en Europa: “Decidimos centrarnos en hacer crecer esos fondos para que fueran más grandes por motivos de escala. Lo que aprendimos de los mercados estadounidenses es que, a medida que incrementas el tamaño de los fondos, añades liquidez adicional al estar haciendo trading con un volumen mayor”.

¿Cómo usan los ETF los institucionales?

El responsable puntualiza que en 2017 la firma está registrando unos flujos más equilibrados entre ETF de renta variable y renta fija: “El año pasado gran parte de los flujos se dirigieron a la renta fija. Este año, debido a las dinámicas del mercado y a las expectativas, hay un equilibrio mayor”. A lo largo de este año se ha detectado un incremento de exposiciones de riesgo en EE.UU. – como respuesta a las subidas de tipos de la Fed- y menor atención al riesgo en euros. Concretamente, se han observado flujos hacia mercados emergentes, como respuesta a la búsqueda de rentabilidad, pero también un incremento de los flujos hacia ETF de renta fija de corta duración, para la construcción de un posicionamiento más defensivo.

Los fondos cotizados de renta fija siguen siendo usados en el lado institucional europeo predominantemente por gestores de carteras discrecionales y gestores de multiactivos. “Lo que queríamos hacer era asegurarnos de desarrollar otros segmentos: inversores minoristas e inversores institucionales centrados en la compra directa de bonos”, comenta Olson. Éste aclara que “probablemente para el inversor minorista la liquidez sea un factor menos importante a la hora de usar ETF, pero para los inversores institucionales compradores de bonos es muy importante”. Hace unos tres años la plataforma de gestión pasiva de BlackRock, iShares, empezó a preguntarle a estos compradores de bonos cómo podrían empezar a usar más ETF con un uso similar al que daban a derivados y futuros. Estas conversaciones han formado parte de un gran esfuerzo pedagógico por parte de la firma: “Mucha de la labor que estamos haciendo gira en torno a la educación de los clientes, y en realidad sirve para guiarlos y que estos usen más ETF, con mayor diversidad de usos”.

De hecho, Olson afirma que iShares alcanzó un punto de inflexión hace unos doce meses: “Sentimos que el esfuerzo que habíamos estado haciendo en educación empezada a dar sus frutos. Descubrimos que, de todos los flujos de entrada hacia ETF de renta fija en Europa, BlackRock había atraído 20.000 millones de dólares, y eso teniendo en cuenta la volatilidad que habían generado diversos acontecimientos geopolíticos”.

A partir de esta labor de educación, Olson enumera varios factores que explican el impulso al crecimiento del uso de ETF de renta fija: como una herramienta para mejorar el perfil de liquidez de las inversiones, para una asignación táctica de activos y para mitigar parte de los riesgos idiosincráticos que pueden ocurrir cuando inviertes a través de un único bono. “Cuanto más tiempo pasa, y más inversores disponen de mayores conocimientos sobre los ETF, cada vez más institucionales incluyen ETF en sus carteras. Hablar y educar sobre ETF ha contribuido a un cambio de mentalidad en nuestros clientes”, declara el experto.

El cambio de mentalidad ha llevado de forma natural a un cambio en el diálogo que mantiene iShares con sus clientes: “Antes solíamos escuchar las dudas entre inversión activa versus inversión pasiva. Ahora el debate ha cambiado y nos preguntan cómo deber ser un inversor activo a través de la gestión pasiva, es decir, tomar una decisión activa sobre la utilización de un instrumento pasivo. Es un gran paso en la forma en que los inversores están pensando en sus decisiones de asignación de activos a nivel institucional, como una herramienta de liquidez o como un bloque core de la cartera”.

Amén de la labor didáctica, otro de los frentes en los que ha trabajado la firma en los últimos años ha sido en la forma en que los bróker y los creadores de mercado operan con sus instrumentos: “Hemos visto sobre todo en los últimos doce a dieciocho meses que los bancos de inversión están dividiendo sus mesas de negociación entre renta fija y renta variable o directamente asignando los ETF de renta fija a sus mesas de renta fija”, explica Olson.

También ha sido importante el esfuerzo de racionalización de la gama: “No queremos alentar una proliferación masiva de nuevos productos. Ya tenemos más de 85 productos de renta fija en la gama europea de ETF y estamos evaluando constantemente qué productos funcionan y cuáles no”, indica el responsable. Aquí vuelve a entrar en juego la noción de escala: “Uno de los grandes temas a los que hemos estado prestando atención este año es a cómo conseguir que tengamos más ETF que superen la barrera  de los mil millones en activos bajo gestión”.

En términos de innovación, el grupo ha dedicado tiempo y capacidades a dotar a sus ETF de clases de acciones que permitan elegir entre clases de acumulación y de distribución, así como efectuar coberturas a otras divisas. El responsable comenta al respecto que ya se han conseguido desarrollar siete clases de acciones con opción de acumulación en renta fija “y a partir del tercer trimestre vamos a prestar atención al desarrollo de las clases cubiertas por divisas”.

El prededente de Third Avenue

Muchos han visto el cierre del fondo de high yield ejecutado por Third Avenue en 2015 – por un incremento del estrés en este mercado y la consecuente caída de liquidez- como una prueba de fuego para esta clase de instrumentos. “En aquel momento, los proveedores de ETF de renta fija llevábamos tiempo hablando de cómo los ETF añaden liquidez a las carteras”, narra el responsable. Por entonces, el ETF estandarte de high yield estadounidense de BlackRock estaba teniendo unos volúmenes diarios de 710 millones de dólares y pasó a 4.000 millones tras el cierre del fondo de  Third Avenue.

El experto afirma que “el ETF se convirtió en el instrumento que permitía a la gente hacerse una idea de dónde estaba el mercado y actuó como una herramienta para el descubrimiento de precios con la que en realidad podías operar en mercado”. Esto tuvo una consecuencia fenomenal para iShares: “Los clientes que nunca habían llamado para preguntar por los usos de los ETF de renta fija empezaron a llamar. Para nosotros fue un gran paso hacia el cambio, al ganar la aceptación de los inversores institucionales que invertían sólo en bonos y que querían enterarse de qué estaba pasando en el mercado”.

Olson pone como otro ejemplo más reciente del uso de ETF de renta fija la situación que se produjo a principios del 2016, cuando Mario Draghi anunció que el BCE compraría bonos corporativos con grado de inversión en el marco de su QE: “El mercado en diciembre había estado en modo risk off y de repente llega Draghi y anuncia un evento risk on que tuvo un efecto colateral sobre el high yield y la deuda emergente”, detalla.