Carmignac: "China ha emitido una fuerte señal política de que existe control sobre el mercado"

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Foto cedida

La inversión en China, Hong Kong y Taiwán representa ya un 10% de las carteras de Carmignac Gestion (entre 4.000 y 5.000 millones de euros). El grupo quiere asegurarse de tener una ventaja competitiva en este mercado mediante el conocimiento local y una presencia pionera (ha sido de las primeras gestoras internacionales en obtener la licencia RQFII). El fichaje más destacado que ha realizado en esta área es el de Haiyan Li-Labbé, que se incorporó a la firma en 2011 en calidad de analista del mercado chino. 

Li-Labbé tiene vastos conocimientos sobre el funcionamiento del mercado y la cultura china, y sus respuestas siempre reflejan este doble acercamiento de una forma muy completa. En primer lugar, la analista afirma que “la caída del 7,7% que experimentaron las acciones chinas de clase A (las que cotizan en Shanghai) el 19 de enero por la limitación del Gobierno a las operaciones de financiación con reposición del margen es un indicio de mercado alcista, según nuestro análisis cuantitativo". 

Su interpretación es la que sigue: “Muchos inversores minoristas estaban usando operaciones de financiación con reposición del margen para invertir y algunas instituciones financieras no respetaron la ratio de apalancamiento legal. Las operaciones de financiación con reposición del margen alcanzaron el 10% del free float de toda la bolsa y el 20% del volumen diario. Lo que quiere el Gobierno es un mercado alcista firme, no una burbuja como la de 2007. Estaban muy preocupados por el incremento de estas operaciones de trading y querían que todos respetaran las reglas del mercado, por eso decidieron castigar a esos brokers y esto dio miedo al resto”. Así, ella interpreta positivamente la caída porque la percibe como “una fuerte señal política de que existe control sobre el mercado”. Además, en su opinión esta corrección provocó un buen momento de compra. 

Estamos estructuralmente positivos en renta variable china, especialmente en las acciones de clase H. Respecto a las acciones chinas negociadas en ambos mercados, las acciones de clase H cotizan con un 30% de descuento que no es sostenible y que veremos cómo se disuelve en los próximos uno o dos años”, afirma tajantemente. Para que estos descuentos se diluyan, cree que es necesario primero que se establezca un arbitraje entre las bolsas de Shanghai y Hong Kong; su ausencia explica por qué el mercado chino equivale a unos cuatro billones de dólares, pero su valor en bolsa apenas alcance un tercio de esa cantidad. Para que el inversor pueda hacerse una idea de qué debería buscar en cada mercado, la experta señala brevemente que la Bolsa de Hong Kong  (acciones clase H) es terreno de stock pickers, que pueden encontrar oportunidades para generar alfa, mientras que la Bolsa de Shanghai es más pequeña, pero más barata.

No obstante, que las acciones estén baratas no debería ser el único motivo para comprar. Li-Labbé es consciente de ello y sabe cuál es la otra razón que está detrás del interés del gobierno de Xi Jinping por crear un mercado saludablemente alcista. Actualmente, la deuda china equivale a un 220% del PIB; de esta tasa, un 120% pertenece al sector privado y sólo un 60% es estatal. Por tanto, la analista asegura que “las compañías necesitan tener valoraciones superiores para solucionar este problema y que el mercado sea alcista”. Se muestra contundente, al declarar que “no hay manera de que China no solucione sus problemas con la deuda”.

El auténtico PIB chino

Li-Labbé es de la opinión de que no se puede comparar el PIB futuro de China con las tasas de doble dígito que había logrado en el pasado, puesto que el crecimiento futuro va a ser de mayor calidad: “Antes había más corrupción y despilfarro estatal y de las compañías. Ahora hay más eficiencia y se generan más retornos sobre el capital invertido”, indica. La analista declara no tener en cuenta los datos oficiales. Para poder realizar un pronóstico sobre el crecimiento, ha dedicado mucho de su tiempo a reunirse con los directivos de compañías privadas de electricidad para obtener una aproximación real del rumbo de la economía, máxime porque hasta un pasado muy reciente las propias compañías tendían a inflar sus números antes de comunicarlos al gobierno

A Li-Labbé no le preocupa el efecto que pueda causar una subida de los tipos de interés en Estados Unidos sobre la economía china, puesto que el precio oficial del dinero es superior en el gigante asiático. Además, el renmimbi está sujeto a una banda de cotización que de momento se va a mantener. “Podría verse una depreciación de hasta el 3% en 2015, pero no mucho más porque China está promoviendo la internacionalización de la divisa y está cerrando contratos swap con varios países”. Por otra parte, recuerda que el país cuenta con superávit por cuenta corriente y una gran reserva de divisas, lo que le sitúa “en una posición más cómoda que la de Brasil, México o Turquía”.

No obstante, prevé que el Banco Popular de China recorte próximamente los tipos de interés, puesto que los niveles actuales de los tipos reales “están dañando a la economía real y a las pequeñas y medianas empresas”. Li-Labbé opina que el país se enfrenta a un enorme riesgo de deflación; es probable que la inflación haya caído por debajo del 1% en enero, y por eso cree que el Banco Popular de China debería seguir recortando los tipos de interés. La analista en particular espera que en 2015 se produzcan dos recortes en los tipos de interés y medidas de alivio cuantitativo.

Reformas cruciales en 2015

La analista tiene varias razones para confiar en la fortaleza de China y en el éxito de las reformas que van a cambiar su modelo económico: “China ha dejado de preocuparse por ser el número 1 de exportación textil y ahora quiere crecimiento de más calidad”. El actual presidente y su voluntad de reformar el sistema es clave para ella, aunque matiza que cree que se ha cometido un error de cálculo que podría explicar la lenta puesta en marcha de las reformas: “Fue un error que el Gobierno anunciase reformas estructurales y de lucha contra la corrupción a la vez, porque ahora los oficiales tienen miedo y no quieren reformar. La anticorrupción era más importante para el Gobierno y por eso se hicieron pocas reformas hasta septiembre de 2014”. 

Para Li-Labbé, 2014 ha sido un año de transición, y ahora en 2015 debería verse una aceleración de las reformas. Entre todo lo que queda por hacer, considera prioritarias las reformas del censo (Hukou, con el que se equipararán los derechos de la población rural con la urbana), de la tierra, del sistema sanitario y las reformas fiscales.