La inversión sostenible está provocando una reasignación fundamental del capital. Y BlackRock quiere preparar al mercado para ello

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Larry Fink, consejero delegado de BlackRock. Foto cedida

Si el año pasado en su carta anual Larry Fink hablaba de cómo el riesgo climático constituye un riesgo de inversión, hoy defiende que la transición climática presenta una oportunidad de inversión histórica. Por segundo año consecutivo ha dedicado su carta anual a inversores y consejeros delegados a la inversión sostenible. El consejero delegado de la mayor gestora del mundo tiene un claro mensaje para las compañías cotizadas: prepárense para un mundo con cero emisiones netas de carbono.

La inversión socialmente responsable provocará una reasignación fundamental del capital, que solo se haría más fuerte a medida que los mercados a descontar el riesgo climático en la valoración de los títulos. Fue el gran mensaje de cambio que trajo la carta del año pasado. Apenas meses después, cuando estalló la pandemia, el consenso apuntaba a que la crisis desviaría la atención del cambio climático. Pero ocurrió precisamente lo contrario. Ese cambio en la demanda del capital se aceleró incluso a mayor velocidad de la que el propio Fink esperaba.

Por poner cifras a la magnitud de lo que ha vivido la ISR: Desde enero hasta noviembre de 2020, los inversores en fondos de inversión y ETFs invirtieron 288.000 millones de dólares a escala mundial en activos sostenibles, lo que representa un incremento del 96% frente a la totalidad de 2019. “Nos encontramos en los albores de una transición larga pero que presenta una rápida aceleración y que podría abarcar muchos años y reconfigurar los precios de los activos de todo tipo. Sabemos que el riesgo climático constituye un riesgo de inversión, pero también creemos que la transición climática presenta una oportunidad de inversión histórica”, sentencia Fink. En su opinión, la creciente disponibilidad y asequibilidad de las opciones de inversión sostenible ha sido un componente esencial de esta transición.

Y ahora vaticina que nos encontramos en la antesala de otra transformación. Cuantos más inversores quieran orientar sus inversiones hacia la sostenibilidad, más se acelerará esa transición de gran calado. Y la realidad es que las mejoras en la tecnología están permitiendo que las gestoras ofrezcan acceso a productos a un grupo de personas mucho mayor. “El cambio climático es, a todas luces, el principal asunto en la lista de prioridades de nuestros clientes. Nos preguntan sobre ello prácticamente todos los días”, afirma.

Esto tiene implicaciones directas para las compañías cotizadas. “Dado que ello ejercerá un drástico efecto en la forma de asignar el capital, todos los equipos directivos y consejos deberán plantearse cómo afectará a las acciones de su compañía”, alerta.

Y BlackRock tiene una petición concreta. “No existe ninguna compañía cuyo modelo de negocio no vaya a verse profundamente afectado por esta transición a una economía con cero emisiones netas de carbono. Las empresas que no se están preparando con la suficiente celeridad sufrirán una penalización en sus negocios y valoraciones”, adelanta Fink. Así, en su carta a consejeros delegados, solicitan a las empresas que presenten un plan sobre en qué medida su modelo de negocio será compatible con una economía con unas emisiones netas de carbono nulas. Una en la que el aumento de la temperatura mundial esté limitado a un nivel muy inferior a 2 °C, en línea con el objetivo mundial de lograr unas emisiones netas de gases de efecto invernadero nulas para 2050.

Pero la cruzada sostenible de BlackRock no solo tiene una vertiente medioambiental. También insta a las empresas a que cuando publique sus informes de sostenibilidad la información sobre la estrategia de recursos humanos refleje exhaustivamente sus planes a largo plazo para mejorar las cuestiones de diversidad, equidad e inclusión, según corresponda en cada región.

Medidas concretas adoptadas por BlackRock

Como compañía cotizada, BlackRock también tomará medidas para adaptar su negocio. Un cambio en su modelo que arrancó el año pasado. En 2020 lograron su objetivo de que el 100 % de sus carteras de gestión activa y asesoramiento integrasen los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. También lanzaron Aladdin Climate con el fin de establecer un nuevo estándar para los datos y análisis relativos al clima.

Ahora, para 2021 ha anunciado una serie de nuevos objetivos relacionados con la inversión sostenible:

  • Implementar un modelo de análisis optimizado en sus carteras de gestión activa a modo de marco para la gestión de títulos que presenten un riesgo climático significativo.
  • Lanzar productos de inversión con objetivos explícitos de alineación con la meta de limitar el aumento de la temperatura, incluidos productos orientados a la transición a una economía con cero emisiones netas de carbono.
  • Participar en las votaciones de las propuestas de los accionistas, que desempeña un papel cada vez más importante en el marco de sus esfuerzos en materia de inversión responsable centrados en la sostenibilidad.
  • Anunciar un objetivo provisional sobre la proporción de sus activos que cumplirán el objetivo de unas emisiones netas de carbono nulas para 2030.
  • Publicación de un parámetro sobre la alineación de las posiciones con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura en todos sus fondos cotizados de renta variable y renta fija.