CFA Institute repasa la actualidad regulatoria de la Europa financiera

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Imagen cedida

El director de Políticas de Mercados de Capitales y la directora de Políticas Regulatorias de CFA Institute, Mirzha de Manuel Aramendía y Josina Kamerling, son partidarios de que, antes de intervenir limitando la distribución de productos y servicios financieros, es preferible, como primer paso, la autorregulación por parte de las entidades comercializadoras y asesoras. Y, también, las medidas estructurales que reduzcan los conflictos de interés en la creación y distribución de productos.

En su paso por Madrid, donde se han encontrado con los reguladores y supervisores, han reflexionado sobre el estado de la distribución de productos financieros en España, la legislación existente y los cambios que se avecinan, con la introducción de MiFID II y otras medidas a nivel europeo, llamadas a homogeneizar las normas aplicables para todos los diferentes canales y productos, en particular la regulación PRIP (para Productos Empaquetados de Inversión Minorista).

Si MiFID, la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros, no ha funcionado “tan bien” como se perseguía es, a juicio de Kamerling, “por la dificultad para supervisarla”. Además, añade Aramendía, “contaba con unas provisiones legales a veces poco claras y complejas”. Ahora, con la nueva directiva, MiFID II, llamando a las puertas con el objetivo de una mayor convergencia –ya finalizado el acuerdo político, será votado formalmente en las próximas semanas en Bruselas-, creen en CFA Institute que la interacción entre ESMA (la Autoridad Europea de los Mercados de Valores) y los supervisores nacionales será “más estrecha” y estructurada, con nuevos poderes que, se espera, posibiliten una supervisión más eficaz. Se trata, además, explican estos expertos, de que los reguladores en Europa “hablen más entre sí y homogeneicen buenas prácticas”.

Para Aramendía y Kamerling, dos de los aspectos más provechosos que va a traer consigo MiFID II son la focalización en la cualificación profesional continua de los asesores financieros y la concreción del grupo inversor al que se dirige la entidad cuando lanza un producto financiero al mercado.

Respecto a este segundo punto, habrá que tener en cuenta los riesgos de liquidez, el horizonte de inversión o el nivel de riesgo y complejidad que los inversores son capaces de asumir. “Con MiFID no se hacía un asesoramiento correcto del perfil”, opinan. Ahora, como anticipan los dos directores de Mercados de Capitales y Políticas Regulatorias de CFA Institute, el supervisor tendrá una “capacidad mayor para limitar la distribución en ciertos casos”. Eso sí, puntualizan, serán en primera instancia las propias entidades quienes “tendrán que pensar y explicar a quién se dirige su producto y los beneficios que generará al cliente”.

Se espera que, dependiendo del colectivo inversor y de la complejidad del producto, cada entidad escoja entre dos opciones de venta: sin necesidad de asesoramiento, por un lado, o con asesoramiento obligatorio, por otro. Al fin y al cabo, mientras que los inversores institucionales disponen de una mayor capacidad de discernir, gracias a su mayor formación financiera, los inversores minoristas sufren de una gran “asimetría de información” con las entidades, como la denomina Aramendía, por lo que “necesitan más protección”.

Las EAFI en España

Kamerling reflexiona sobre la estructura tan cerrada de distribución que existe en España, donde a pesar del voluminoso tamaño del mercado, existe un número tan reducido de EAFI. Sería beneficioso, apunta, avanzar hacia una situación más similar a la de países vecinos como Reino Unido, Alemania o Francia, puesto que fomentaría una mayor competencia, transparencia y accesibilidad para los inversores.

Respecto a la futura MiFID II, la directora de Políticas Regulatorias de CFA Institute lanza un aviso a navegantes: “No será posible proclamarse asesor financiero independiente si solamente se trabaja con una gama muy estrecha de productos”, comenta. El uso de la palabra “independiente” estará, además, reservado para aquellas EAFI que trabajen sin incentivos de los originadores.

Una posible revisión de UCITS

Dentro del Viejo Continente, hay rincones donde, últimamente, preocupa el cierto nivel de complejidad de algunos fondos de inversión UCITS, en especial aquéllos conocidos como “hedge funds UCITS” o “newcits”. “Es probable que, en los próximos años, haya una revisión de UCITS, en conjunto y sintonía con MiFID II”, estima Aramendía, actualización en la que se distinga más claramente entre “UCITS simples” y “UCITS complejos”. Además, como resalta el director de Políticas de Mercados de Capitales de CFA Institute, el hecho de que haya entrado en vigor hace algo más de medio año AIFMD, la Directiva sobre Gestores de Fondos de Inversión Alternativa, reduciría las potenciales consecuencias adversas para las gestoras, puesto que la directiva establece un mercado único para todo tipo de fondos, incluidos aquéllos que pudieran dejar de caber dentro del formato UCITS.

“Se intenta consolidar de una forma más lógica y comprensible para los inversores minoristas lo que es un UCITS. Se espera que, en uno o dos años, los criterios serán más homogéneos”, prevé Aramendía. No obstante, urge precaución para que una revisión de UCITS no afecte al potencial comercial internacional de la marca.