China: así están ahora las cosas en el gigante asiático en el plano político y económico

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Foto: Alex Mao, Unsplash

Los últimos datos macroeconómicos de China han sido débiles. Los PMI retrocedieron notablemente, las exportaciones (-0,3% interanual), las importaciones (-0,7% interanual) y las ventas al por menor (-0,5% interanual) se contrajeron, mientras que el crecimiento de la producción industrial volvió a caer al 5% interanual. La inversión se redujo al 5,8% interanual, apoyada por la inversión en infraestructuras, pero el sector inmobiliario siguió contrayéndose rápidamente. El Banco Popular de China (PBoC) y el China Banking and Insurance Regulatory Commission (CBIRC) emitieron un aviso a las instituciones financieras a mediados de noviembre, donde establecían un plan de 16 puntos para apoyar el acceso del sector inmobiliario a la financiación. Esto incluye crédito para la finalización de proyectos, así como préstamos para la vivienda.

Según Christoph Siepmann, economista senior en Generali Investments, las medidas deberían contribuir a la mejora del sector (especialmente a la finalización de proyectos), pero los problemas demográficos fundamentales seguirán existiendo. El PBoC también decidió relajar en general la liquidez mediante un recorte del coeficiente de reservas obligatorias (RRR) de 25 puntos básicos (análogo al cierre de Shanghái). Mientras tanto, el crecimiento de la financiación social total se ralentizó en octubre y el impulso monetario se redujo.

Previsible reducción de los tipos de interés

“Dados los vientos en contra de la economía, es probable una ligera reducción (10 puntos básicos) de los tipos de interés, seguida de otro recorte del RRR (coeficiente de reservas obligatorias por sus siglas en inglés) en 25 puntos básicos a principios del próximo año. La economía real seguirá siendo inestable en el primer trimestre”, explica el experto. Teniendo en cuenta la perspectiva de bloqueos generalizados, en la gestora han recortado su previsión de crecimiento para 2022 del 3,2% al 2,6%, aunque mantienen la de 2023 en el 4,8%. Al menos, por el momento.

Las exportaciones chinas cayeron un 8,7% en un año, lo que indica la debilidad de la demanda global, pero también las perturbaciones en las fábricas chinas debidas a las restricciones del COVID-19. Las importaciones se desplomaron un 10,6% en un año debido a la caída de los precios de las materias primas y las menores importaciones de carbón. Las importaciones de petróleo, sin embargo, aumentaron en volumen. La noticia alentadora es que el índice compuesto de Shanghai repuntó con fuerza desde mínimos de 13 años, ante la esperanza de que la reapertura de China sea más rápida de lo previsto.

“Los valores tecnológicos lideraron la subida. Las restricciones sanitarias volvieron a suavizarse en Pekín y Shanghai, una medida que podría impulsar un repunte de la actividad tras un nuevo mínimo en el PMI de servicios Caixin de noviembre. El Consejo de Estado también afirmó que era esencial acelerar las vacunaciones contra el COVID-19 para los más mayores; su protección había sido el principal freno a la reapertura. La relajación de las restricciones también debería hacer más eficaces los estímulos presupuestarios y monetarios”, explican desde Edmond de Rothschild AM.

Plano político

En el plano político, Xi Jinping inició su tercer mandato como secretario general del Partido Comunista Chino y también se anunciaron los miembros del Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano de gobierno que tomará las decisiones más importantes para el país, con Li Qiang como nuevo primer ministro en sustitución de Li Keqiang en marzo de 2023. Una palabra clave en el Congreso del Partido Comunista Chino fue prosperidad común. “Esto es preocupante porque en este marco se produjeron los castigos a los gigantes tecnológicos por los monopolios y las restricciones de liquidez que ahogaron a los promotores privados en 2021. Y Xi Jinping volvió a mencionarla”, recuerda Yanxiu Gu.

De acuerdo con la especialista en productos de renta variable china en Oddo BHF AM, el objetivo nunca fue minar ningún sector, sino limitar la brecha de riqueza entre las clases sociales, ampliando el tamaño y el poder de la clase media e impulsando el consumo del conjunto de la sociedad. “La alternancia de flexibilización y endurecimiento de las políticas y normativas se inscribe en este marco”, afirma. Las ambiciones y políticas de China bajo la dirección de Xi Jinping parecen difíciles de entender para los inversores extranjeros. “La preocupación aumentó cuando el gobierno chino tomó duras medidas contra el sector privado el año pasado y se intensificó cuando se aplicó un cierre total en Shanghái durante los meses de abril y mayo bajo estrictas políticas de COVID cero”. Esto parecía no tener ningún sentido económico.

Un poco de historia

Sin embargo, si nos fijamos en las palabras utilizadas en los medios de comunicación del partido y en el informe de trabajo del gobierno, queda totalmente claro que durante los primeros 10 meses de 2022 se hizo hincapié en la estabilización política y que no era la primera vez en la historia de la República Popular China que el líder del partido daba prioridad a la estabilidad política sobre el desarrollo económico.

“La reforma económica china comenzó en 1992, marcando el inicio de los 30 años de desarrollo económico mágico de China. El líder del partido que dirigió la reforma, Deng Xiaoping, había liderado las actividades contra la "liberalización burguesa", un término utilizado por el Partido Comunista Chino para referirse a la ideología opuesta al socialismo chino en aquella época. Sabemos por la historia que es completamente natural que un líder del PCCh dé prioridad a la estabilidad política e ideológica sobre el desarrollo económico en determinados años. En el período previo al XX Congreso, la estabilidad política y social es sin duda lo primero”, analiza Gu.