China, tecnología, y ESG: cómo BlackRock piensa seguir siendo la mayor gestora del mundo

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BlackRock

Más difícil que llegar a ser la mayor gestora de fondos del mundo es mantenerse en la cima. ¿Cómo lograrlo en un contexto de la industria donde los inversores cuestionan cada coste de su ahorro? En su última carta a inversores, Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, reflexiona sobre el futuro de la gestora estadounidense y aporta algunas ideas sobre los pasos que darán para preservar su futuro en el sector.

1. De la selección de productos a la construcción de carteras

La clásica composición de carteras 60-40 en renta variable y renta fija que tan bien funcionó años atrás tiene que evolucionar. “Los marcos tradicionales para la inversión son insuficientes para cumplir con las necesidades de la mayoría de inversores, ya sean individuos ahorrando para su jubilación o fondos de pensiones. Los clientes cada vez tienen más incertidumbre sobre la posible fuente de sus retornos”, explica Fink.

BlackRock quiere tener la respuesta; quiere construir la plataforma de inversión más comprensiva. “Para verdaderamente abordar la construcción de carteras de la manera más agnóstica al producto posible”. En la práctica, esto supondrá reforzarse en “bloques de construcción” como ETF e inversión por factores. Y también significará expandir su gama de alternativos ilíquidos, incluyendo infraestructura. Pero no supone dejar de lado la gestión activa, sino ofrecer aquellas estrategias que aportan valor. Para Fink, eso significa liderar la inversión sostenible.

2- La tecnología en toda la cadena de valor

Como recogíamos en un reciente artículo en FundsPeople, la tecnología está transformando a la industria de la gestión de activos de arriba abajo y a lo largo de toda la cadena de valor. BlackRock precisamente está siendo uno de los líderes en esta revolución silenciosa y piensa seguir siéndolo.

Muestra de ello es el éxito de su herramienta de gestión de riesgos Aladdin, ya en manos de 200 clientes en 50 países distintos. Fink anticipa el Aladdin 2.0: una transformación para aplicar escala a la plataforma. Quieren convertir a la herramienta en “el lenguaje de la construcción de carteras para la banca privada, asesores e inversores individuales”.

Y es una transformación que también están viviendo internamente. Han integrado fuentes de información alternativa y técnicas científicas en su proceso de inversión con el objetivo de generar más alpha. De hecho, han estrechado la relación entre sus equipos de análisis fundamental y systematic active equity en anticipación de lo que para Fink será el futuro de la gestión pasiva.

3. Con el desembarco en China en mente

Resulta curioso que la mayor gestora del mundo hable de planes de expansión. Y aún así Fink defiende seguir invirtiendo en incrementar su penetración en los mercados con mayor potencial de crecimiento. Y lo harán pensando en tener una filosofía local, en entender las particularidades de las ciudades donde sus clientes viven y trabajan.

Latinoamérica es uno de los primeros ejemplos que cita Fink. Recientemente han contratado a su primer responsable de negocio en Brasil para llegar una estrategia a largo plazo en el país. Pero hacia donde verdaderamente mira BlackRock es hacia Asia y, más concretamente, China, donde quieren construir una presencia onshore. Según datos recogidos por Fink, se espera que un 50% del crecimiento de patrimonio de la industria en los próximos cinco años venga de Asia, principalmente aupado por China, donde hay una demanda creciente por soluciones de inversión a largo plazo. “Queremos ser una de las mayores gestoras globales del país”, sentencia.

Un crecimiento sostenible

Y no sería una carta de planes a futuro sin hablar de la sostenibilidad de las inversiones. BlackRock, al igual que la inmensa mayoría de las gestoras, piensa en la responsabilidad que tienen con la sociedad. “Hablamos de invertir para el futuro, pero la realidad es que mucha gente vive de sueldo en sueldo, vulnerable a los shocks e incapaz de establecer unos cimientos financieros seguros, mucho menos planificar para su futuro”, recuerda Fink. La incapacidad de ahorrar –en el sentido más literal de la palabra- no es un problema nacional. Casi la mitad de los hogares estadounidenses no podría cubrir un gasto inesperado de 400 euros sin un préstamo o vender algo.

“Al igual que tenemos la responsabilidad fiduciaria de construir un futuro financiero mejor para nuestros clientes, tenemos la responsabilidad social de ayudar a millones de personas a crear un futuro más seguro para ellos y sus familias”, defiende.