El pasado 31 de julio, Walter Scott & Partners, una de las gestoras especializadas en renta variable de BNY Mellon AM, asumió la gestión del BNY Mellon US Equity, un producto de renta variable estadounidense. Dos de los miembros del nuevo equipo de inversión, Tom Duff y Yuanli Chen, pasaron por Madrid para explicar su estrategia, que ha conseguido batir a su índice de referencia a uno, tres, cinco, diez y quince años. El Walter Scott USA Equities, de hecho, gana un 14,7% anualizado en 15 años, frente al 7,1% del MSCI World USA. En diez años, la cartera gana un 12% frente a una pérdida del 0,9% del índice. Los gestores aseguran que los buenos resultados se deben a su apuesta por compañías de muy alta calidad y con capacidad de generar riqueza en el largo plazo. “Nuestro objetivo es conseguir una rentabilidad real anualizada de entre 7% y 10% en el largo plazo. La rentabilidad real es muy importante para muchos de nuestros principales clientes, como planes de pensiones y compañías de seguros”, comenta Duff. Walter Scott es una gestora fundada en 1983 y con sede en Edimburgo. Su actividad principal es la inversión en renta variable global, aunque gestiona unos 6.000 millones de dólares en renta variable de Estados Unidos. La entidad fue adquirida hace dos años BNY Mellon AM y gestiona también el BNY Mellon Long-Term Global Equity. Los gestores mantienen una cartera concentrada de entre 40 y 50 valores. Invierten en compañías en las que tienen una gran convicción y se preocupan poco del tracking error. “La cartera se parece muy poco al índice. No se nos paga para replicar un índice, sino para encontrar las mejores compañías. Nuestro tracking error suele ser elevado y el cliente debe esperar una diferencia importante de los resultados del fondo con respecto al índice”, señala Chen. En la cartera, de hecho, no hay ni una sola compañía del sector financiero y tienen una alta sobreponderación en sectores como energía, sanidad y tecnologías de la información. Eso sí, la composición sectorial se deriva por completo de la elección de valores. “Buscamos compañías con capacidad de crecer por encima del 20% en su BPA o ROE. Nos interesan empresas con sólidos balances, poco endeudadas, con una posición de liderazgo en su mercado, con capacidad de generar flujo de caja y mantener sus márgenes en el largo plazo”, explica Duff. Entre las mayores apuestas del equipo en la actualidad destacan empresas con una alta exposición a los mercados internacionales, para aprovechar el crecimiento de las economías emergentes. La rotación de la cartera es muy baja, típicamente de sólo un 15% al año, aunque actualmente se sitúa en el 25% debido a la gran cantidad de oportunidades que han encontrado los gestores para elevar la calidad total de la cartera en los últimos meses. El periodo medio de permanencia de una posición dentro de la cartera es de entre cinco y siete años. Los gestores llegan a esperar años antes de invertir en un título que les gusta si consideran que el precio que se paga en el mercado es excesivo. Se fijan en múltiplos como el PER y sobre todo el PEG antes de invertir, no suelen comprar valores con un PEG superior a 1, aunque el precio no es su mayor obsesión. “Compramos compañías de crecimiento, pero no esperamos pagar un precio ridículo por ellas”, dice Chen. El equipo de renta variable estadounidense de Walter Scott está compuesto por seis profesionales, que están en constante comunicación con el resto de gestores de la compañía. Los gestores realizan unas cuatro visitas anuales a Estados Unidos, en cada una de ellas tienen ocasión de visitar unas 30 compañías. La elección de valores se realiza a partir del análisis interno que realiza el equipo. “Al centrarnos en compañías de alta calidad, tenemos una cartera con resultados más estables y una menor volatilidad. Esto implica que en mercados alcistas no llegamos a capturar el total de las subidas, pero que la cartera ofrece una protección mucho mayor en momentos de caídas”, explica Chen. El PER de la cartera suele ser mayor que el del mercado. Sin embargo, tras el rally de los últimos meses, es ahora más bajo. “Han subido más las compañías de menor calidad, ha sido algo un poco artificial. En el largo plazo, hay que esperar que el PER de nuestra cartera vuelva a ser mayor que el del mercado”, comenta Chen. A pesar de tener una cartera concentrada, el equipo controla que el peso máximo de una compañía nunca supere el 5% del total del fondo. La cartera está siempre completamente invertida en el mercado, el peso del efectivo es muy reducido y nunca se utilizan coberturas con derivados.
Claves del BNY Mellon US Equity Fund

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