Claves para que los inversores de renta fija se sientan igual de seguros en renta variable

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Eric.schnell, Flickr, Creative Commons

La búsqueda incesante de liquidez en un entorno de incertidumbre ha llevado a la renta fija a protagonizar un rally en los últimos diez años. La cuestión es que muchas áreas del mercado de la deuda se han vuelto caras y además ahora también presentan riesgo de duración ante una posible subida de los tipos de interés en Estados Unidos… por lo que muchos inversores conservadores que veían a la renta fija como el activo donde se sentían más cómodos ahora están siendo forzados a invertir en activos de mayor riesgo si quieren protegerse de la inflación y lograr ganancias. Así lo detecta Gino Boffa, gestor de Nordea, en el caso de fondos de pensiones que están deshaciendo sus posiciones en deuda para irse a la renta variable.

Desde la gestora nórdica han desarrollado un nuevo concepto y estilo de inversión enfocado precisamente a este tipo de inversores para que puedan invertir en bolsa con el objetivo de mejorar el índice de referencia durante el ciclo completo de inversión y de caer menos que el índice en momentos de ventas. Hablamos de las acciones estables o acciones con bajo riesgo, “la perfecta unión entre el entorno actual del mercado y las necesidades de los inversores”, según Nordea.

No se trata únicamente de invertir en valores con beta baja o de proteger la cartera del fondo, sino que va más allá, como explicó Boffa en un evento celebrado por la gestora el 3 de septiembre en Madrid. El gestor parte de la explicación de que efectivamente los valores con beta más baja suelen comportarse mejor que los mercados, pero considera que en muchos casos se está pagando caro tener ciertos valores en cartera.

Por tanto, las acciones estables son valores con menor volatilidad… pero a un precio más asequible. Para definir si están correctamente valorados, desde la gestora explotan las ineficiencias del mercado para encontrar valores que cumplan con una serie de criterios tanto desde la parte cuantitativa como la cualitativa (dividendos, ebitda, PER, precio objetivo, ganancias, cash flow…), con una buena ecuación de rentabilidad riesgo y fijándose en el comportamiento del valor en términos absolutos, no relativos al índice de referencia. 

Algunos valores resultados de esta selección son la eléctrica estadounidense Southern Company, Pepsico, Novartis, Vinci o IBM. Todas comparten las siguientes características: modelo de negocio estable, beneficios estables, equipo de gestión estable, altos dividendos y riesgo a la baja limitado. 

Otros estilos alternativos

El de acciones estables no es el único concepto que ha acuñado Nordea recientemente. Al otro se refiere como VARG, acrónimo (en inglés) del lema “Valor y crecimiento razonable”. Gaëtan Lepinois, analista de la compañía, considera que las acciones estadounidenses aún no están caras con respecto a su media histórica (y mucho menos respecto a los bonos), pero habla de otro problema presente actualmente en el mercado: muchas compañías que cotizan baratas es porque sus fundamentales no son buenos, y las compañías con buenos fundamentales suelen estar caras. 

En un momento de mercado tan favorable para la renta variable, el acercamiento VARG consiste en la búsqueda de compañías con fundamentales decentes y a un precio razonable (lo que se traduce en la combinación de acciones con "value" y perspectiva de "growth"). En el análisis que realiza Lepinois se parte del Russell 3000 como índice de referencia y además de los filtros value y growth se realiza un análisis fundamental de las compañías para la construcción de una cartera de alta convicción con diversificación en los diferentes sectores y capitalización del mercado. Home Depot  es un ejemplo de valores resultantes de esta criba, mientras que el experto pone a Bank of America como ejemplo de valores que se deberían evitar. Esto es debido a que, aunque su valor no es elevado, sus fundamentales son poco convincentes.