“Cobrar a los bancos por la facilidad de depósito podría tener consecuencias no deseadas”

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Rjek, Flickr, Creative Commons

El pasado mes de julio, el BCE dejó en el 0% el tipo de interés de la facilidad de depósito y ahora se plantea que los bancos paguen por el privilegio de depositar su exceso de reservas en la 'caja fuerte' de la institución europea. “Para entender por qué el BCE podría adoptar esta medida, primero hay que entender la relación entre el banco central y los bancos”. Según explican los expertos de UBS Global AM en su último informe Economist Insights, “los bancos toman prestado dinero del BCE, por el que deben pagar el tipo repo (o de recompra) porque piensan que pueden sacarle más rentabilidad prestándolo o invirtiéndolo. Ese dinero acaba volviendo a la institución en forma de exceso de reservas después de pasar por varias transacciones y recibe (o paga) el tipo de interés de la facilidad de depósito”.

La diferencia entre el tipo repo y el tipo de depósito representa el coste efectivo para los bancos de recurrir a la liquidez del banco central. Para ampliar esa banda de tipos de interés sin elevar el tipo repo (que podría asfixiar aún más la débil economía europea), el BCE tendría que llevar el tipo de depósito a cifras negativas. “La idea es que, al incrementar el coste de la facilidad de depósito, los bancos decidan prestar o invertir el exceso de liquidez, lo que estimularía la economía y contribuiría a la recuperación”.

“Sin embargo −advierten desde la gestora−, existe el riesgo de que los bancos no reaccionen como espera el BCE y que simplemente decidan reducir los préstamos del banco central, lo que a su vez reduciría la oferta monetaria y perjudicaría la actividad económica. Los bancos también podrían decidir repercutir los costes a sus clientes incrementando los tipos de interés de los préstamos, rebajando la remuneración a los ahorradores o incluso cobrando por los depósitos. Además, también existe el riesgo de que se lleven esa liquidez fuera de la eurozona para evitar pagar el tipo de depósito, algo que en la práctica equivaldría a una contracción monetaria pero que, por otra parte, ejercería una presión bajista sobre el euro positiva para el crecimiento”.

El núcleo frente a la periferia

La política monetaria no escapa a las divergencias habituales entre los países de la eurozona. “Los bancos de la periferia, que han sufrido por los posibles pánicos bancarios y por el deterioro de su base de depositantes, han tomado prestadas grandes cantidades de liquidez del BCE pero prácticamente no tienen exceso de reservas, por lo que un tipo de depósito negativo no les afectaría. Por el contrario, los bancos del núcleo han requerido menos financiación del BCE pero acumulan exceso de reservas, por lo que podrían reaccionar negativamente ante una medida de este tipo. Por eso, no resulta sorprendente que los bancos alemanes estén presionando al Bundesbank para que evite la aplicación de un tipo de depósito negativo”.