Nuevo capítulo en la historia de Grecia. El jueves, el país fue capaz de afrontar un pago de 3.200 millones de euros al BCE, gracias a la concesión del primer tramo del rescate firmado en el tercer Memorándum de Entendimiento (MoU por sus siglas en inglés) entre el país y sus acreedores. Horas más tarde, Alexis Tsipras presentaba su dimisión como primer ministro del país, convocando elecciones anticipadas para el 20 de septiembre, en coincidencia con la entrada en vigor del tercer rescate.
“La decisión del primer ministro Tsipras de dimitir deja a Grecia afrontando unas repentinas elecciones generales para el 20 de septiembre. La decisión no fue una gran sorpresa; se entendió ampliamente que la ambición del régimen actual era sólo conseguir que se aprobara el tercer rescate, y se necesitaría una coalición más sostenible para implementar las difíciles reformas que están por delante”, indica Paul O’Connor, co-responsable del área de Multi-Activos en Henderson.
Tras una evaluación sobre lo que dicen ahora mismo los sondeos, O’Connor interpreta que “las elecciones deberían dar a Tsipras la oportunidad para capitalizar su elevada popularidad y conseguir un gobierno más estable y orientado a las reformas que el actual”. Siguiendo esta tesis, el gestor cree que el nuevo gobierno resultante de la cita de septiembre - coincide con el primer día de aplicación del tercer rescate- probablemente “tomaría la forma de Syriza -sin su ala más extremista de izquierda- en una coalición centrista junto con otro socio”. Además, cree que sería la opción más sensata: “Grecia necesita este tipo de gobierno para tener alguna oportunidad de implementar las reformas que han pedido los acreedores. Sólo el tiempo dirá si han tenido la voluntad y la habilidad para satisfacer de forma coherente las demandas de los acreedores”.
Sobre la posibilidad de que una nueva Syriza emerja de las urnas, el director de riesgo soberano de IHS Global Insight, Jan Randolph, comenta que Alexis Tsipras ha convocado elecciones “para conseguir apoyo democrático de la gente sobre el tercer rescate”. En opinión de Randolph, “no va a ser un referéndum a favor del sí o el no, sino un apoyo a Tsipras y su gobierno”.
Las probabilidades de éxito pueden ser elevadas, bajo su punto de vista: “Es probable que Tsipras consiga lo que quiere: el retorno de un nuevo gobierno de Syriza menos los viejos intransigentes de Syriza. A pesar de los juicios, las tribulaciones y las vueltas de campana con las autoridades de la eurozona y el FMI de los últimos meses, los griegos todavía confían en él como el mejor para serviles lo mejor que pueda, inmaculado de corrupción personal o del anterior partido y preparado para llevar las banderas del populismo de izquierdas”.
Más pesimista es Tanguy Le Saout, gestor de Pioneer Investments, sobre este giro de los acontecimientos: “De alguna forma, los inversores europeos saben que la situación griega no se ha arreglado para siempre y que tarde o temprano volverá a aparecer. Pero todos habían tenido la esperanza de que no fuera tan temprano. Parecía que podríamos haber tenido un respiro de esta crisis, y ahora vuelve a las portadas. Es muy fácil extrapolarla entonces a la eurozona en general, donde Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo) declaró que no hemos estado tan cercanos a un momento como el de 1968 (en referencia a mayo del 68) como hoy”.
El experto coincide en que las nuevas elecciones son “un paso necesario al ser Syriza un partido dividido, y que los votos necesarios en el parlamento (para aprobar el tercer rescate) se consiguieron gracias al apoyo de la oposición”. Le Saout opina que los resultados de los comicios puedan ser positivos si dan como resultado un ejecutivo más estable, “pero en el corto plazo crean incertidumbre, y esta incertidumbre llega después de un periodo de debilidad en otros mercados (renta fija, materias primas), por lo que tiene sentido que se ensanchen los diferenciales”.
Le Saout también habla abiertamente de la posibilidad de contagio: “Muchos inversores no tienen deuda griega, pero todos tenemos deuda periférica y en general el mercado está bastante largo en exposición a la periferia”. Adicionalmente, el gestor advierte de no bajar la guardia tras las elecciones de septiembre en Grecia, pues “nos recuerdan que en noviembre hay elecciones en España y Podemos podría marear la perdiz. Por tanto, es normal que algunos inversores piensen en librarse de algo de su exposición periférica, teniendo todo esto en mente”.
Aumenta la probabilidad real de Grexit
“Al continuar los principales partidos de la oposición apoyando al rescate, el nuevo programa de ajuste disfruta de un apoyo abrumador por parte del Parlamento. Sin embargo, la dimisión del gobierno actual y los preparativos para las elecciones plantean un riesgo significativo para la implementación a corto plazo del programa. No sería una gran sorpresa si Grecia ya incumpliera sus nuevos objetivos impuestos por el rescate en la revisión de octubre”, comenta Jan von Gerich, jefe de estrategia de Nordea Markets. Sin embargo, cree que “incumplir ese vencimiento probablemente no destruiría el programa, asumiendo que hubiese algo de progreso y una puesta al día más adelante. Después de todo, el fracaso al cumplir las condiciones de una revisión ha significado casi siempre que se retrasará el siguiente pago”. Por ello, el experto concluye que “es improbable que el rescate esté en peligro en el corto plazo”, aunque indica que “en el largo plazo parece mucho más incierto”.
El estratega considera que las próximas elecciones serán muy diferentes de las vistas con anterioridad: “Esta vez, va a haber una alternativa real. Antes, las promesas de Syriza para deshacerse del rescate y permanecer en el euro nunca fueron creíbles. Esta vez, la campaña antirrescate probablemente será también una campaña abiertamente a favor de la salida del euro, lo que al menos hace que el resultado sea más imaginable”. En los últimos días, tras la dimisión de Tsipras, ha trascendido que el ala más radical de Syriza se escindirá para crear una nueva formación política, llamada Unidad Popular, y previsiblemente hará campaña en contra del rescate y del pago de la deuda e incluso a favor de una salida del euro. Teniendo en cuenta que a raíz del tercer rescate algunas autoridades alemanas han mostrado más disposición para plantear la posibilidad de un Grexit, von Gerich concluye que “la posibilidad de que un país se salga del euro se ha vuelto mucho más real”.
En cuanto a los efectos económicos, el representante de Nordea Markets recuerda que “la implementación del rescate será muy dolorosa, y cualquier recuperación económica se ha pospuesto hasta avanzado 2016 en el mejor de los casos”. Además, considera que la incertidumbre generada por la nueva cita electoral también será negativa para la economía helena, que seguirá sufriendo durante el segundo semestre. Esto a su vez “podría incrementar fácilmente el sentimiento anti rescate, y hacer al mismo tiempo que el próximo gobierno lo tenga más difícil para implementar las medidas”. De cumplirse este escenario, el experto concluye que “otros países de la zona euro siempre pueden ofrecer más concesiones a los términos del programa, pero si los griegos llegan a estar en algún momento lo suficientemente hartos como para apoyar la campaña anti euro y anti rescate, no se podrá evitar un Grexit”.
¿Profecía autocumplida?
Han sido numerosas las ocasiones en que las gestoras internacionales han advertido en los últimos tres meses de la elevada posibilidad de que el gobierno de Syriza no llegara a cumplir un año de vida. Por ejemplo, el pasado 23 de julio (cuando las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo alcanzaron una fase crítica) Funds People publicaba los tres escenarios con los que estaban trabajando los expertos de Amundi. El segundo de dichos escenarios contemplaba la posibilidad de que se convocase un referéndum o se adelantaran elecciones. En tal entorno, desde la gestora francesa creían hace dos meses que el BCE seguiría inyectando liquidez a los bancos helenos "siempre que las conversaciones entre Grecia y sus acreedores no se rompan”. Por su parte, desde J.P.Morgan AM declaraban en el mismo artículo que veían más probable “un cambio de gobierno en Grecia que un cambio de divisa” (leer más).
En un artículo publicado el 30 de julio, con el referéndum puesto sobre la mesa pero aún no ejecutado, desde Vontobel AM afirmaban que “sería difícil imaginar un gobierno impulsado por Syriza que implemente las reformas que han denunciado fieramente”. Los expertos de la firma suiza consideraban igual de improbable la composición de un gobierno de coalición alternativo dado que los partidos pro europeos griegos sólo cuentan con 106 de los 300 escaños del parlamento griego, concluyendo que existían altas probabilidades de que se convocasen nuevas elecciones (leer más).
Los últimos en pronunciarse, con una clarividencia notable, fueron los economistas de UBS Global AM, el pasado 15 de julio. “Todas las reformas que contempla el acuerdo van en contra del resultado del referéndum del 5 de julio, así como en contra del manifiesto de Syriza, por lo que es probable que gran parte de Syriza vote en contra”, comentaban entonces los expertos de la firma. “Aunque prácticamente todos los partidos de la oposición ya han anunciado que respaldarán el acuerdo, es difícil saber cuánto tiempo podrá sobrevivir un gobierno que depende de la oposición para aprobar legislación en contra de la voluntad del partido gobernante”, concluían (leer más).