Cómo gestionar renta variable europea y dormir bien por la noche: claves sobre dos propuestas value de BMO

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Foto cedida

BMO Global AM es una de las últimas gestoras internacionales que ha decidido abrir una oficina en España, cuyo equipo está integrado por Luis Martín y Rogerio Arndt. El veterano Serge Pepin, especialista de producto de renta variable de la firma con casi 30 años de experiencia, se encarga de explicar dos de las apuestas de la gestora canadiense para los inversores españoles: el F&C European Small Cap Fund y el F&C European Growth & Income. Son dos productos situados en ambos casos en el primer cuartil por rentabilidad a tres y cinco años, y se encuentran en el segundo cuartil de rentabilidad en lo que va de año.   

Gestionamos el fondo de grandes capitalizadas y el de pequeñas capitalizadas con la misma filosofía, el mismo acercamiento de inversión y el mismo equipo. La clave está en invertir en empresas de calidad y con ventajas competitivas”, anticipa Pepin. El equipo gestor que se encarga de ambos fondos está compuesto por once personas. Desde la gestora se alienta el trabajo colaborativo, que todo el mundo participe en la generación e intercambio de ideas a través de varias reuniones semanales.  

Somos value, trabajamos con el mismo estilo que Warren Buffett. El margen de seguridad es crucial para nosotros, analizamos el riesgo de caídas ante todo”, señala el especialista. El margen de seguridad varía valor por valor, pero siguiendo siempre la filosofía value de comprar activos por debajo del valor intrínseco y lo suficientemente baratos – medido por el descuento sobre cash flows- como para compensar el riesgo de pérdidas. Los expertos de BMO también se declaran inversores pacientes, aunque obviamente menos que Buffett: “Los fondos tienen carteras muy concentradas, de unos 50 valores, y el porcentaje de rotación en cartera es muy bajo, en torno al 20%”. 

Para evitar las trampas de valor, Pepin indica que el equipo gestor trata de comprender la posición del mercado, la valoración y el margen de seguridad de las compañías: “Aplicamos el mismo análisis de forma consistente para evitar estas trampas y, si estamos en una, tratamos de reconocerla lo más rápido posible para retirarla de la cartera”, añade. 

Europa, el sitio donde invertir

Ambos fondos siguen un proceso de selección bottom up que les puede llevar a compartir ideas de inversión, pero en todo caso son nombres que han sido analizados previamente de una forma muy exhaustiva: “Analizamos las compañías hasta la muerte, tenemos un modelo de análisis propio y nos puede llevar hasta tres meses estudiar a la compañía antes de comprar, nos gusta asegurarnos de que conocemos todos los detalles”, afirma el experto. 

Algunos de los aspectos que tienen en cuenta estos análisis – cuya extensión puede alcanzar las 10 ó 15 páginas- son por ejemplo el segmento de mercado, la historia de la compañía, la capacidad del equipo directivo o la percepción que tienen otros actores del mercado sobre la firma. “Nuestro enfoque es muy conservador, permite dormir bien de noche. Sabemos que hay riesgos, pero los minimizamos al máximo”, insiste Pepin.

“Nos diferenciamos en que vigilamos los ciclos del mercado, porque son un gran indicador de qué tipo de compañías se van a beneficiar en cada fase. Nuestro punto de vista es que los ciclos siempre son iguales, oscilan entre el máximo pesimismo y el máximo optimismo. La diferencia es la duración de cada ciclo”, continúa el especialista. “Creemos que ahora se está saliendo de una fase de excesivo pesimismo en Europa. La corrección del verano provocada por las preocupaciones en torno a Grecia y China ha sido una buena oportunidad para comprar valores muy infravalorados” añade, indicando que, a veces, el equipo gestor puede identificar ideas que sean muy contrarian. “Cuando lleguemos a un exceso de optimismo será cuando se produzca una gran consolidación de precios y rotaremos las carteras hacia un sesgo más defensivo. En realidad siempre es el mismo estilo de cartera, lo que cambian son las sobreponderaciones e infraponderaciones”, concluye al respecto.

El otro factor diferencial de ambos fondos es que los dos están estructuralmente infraponderados en los sectores de energía y materias primas. Esta decisión responde a varias razones, siendo la primera que en el proceso de selección se pone énfasis siempre en las compañías que son capaces de generar retornos para los accionistas y que son amistosas con los minoritarios, que es una práctica poco común en los sectores mencionados. Otra de las razones dentrás de esta postura es por la correlación entre los precios de las materias primas y los beneficios corporativos: dado que la especialidad del equipo de BMO es la renta variable europea no las commodities, prefieren evitar este tipo de compañías.

Pepin defiende la idoneidad de ambos productos en el momento actual del mercado: “Le estamos diciendo a los inversores que Europa es ahora el sitio donde invertir. Creemos que Europa ha sido una oportunidad durante algún tiempo, pero que no se había reconocido hasta ahora. Los fundamentales son muy fuertes, y creemos que el QE del BCE marcará la diferencia y que seguirá un patrón similar a los QE de EE.UU., lo que representa una tendencia de largo plazo para nosotros. Pensamos que la recuperación europea va a ser muy gradual pero sostenible gracias al apoyo del BCE”. 

Además, el representante de BMO justifica la presencia de drivers que van a seguir alimentando el potencial alcista de las acciones europeas: “Hemos llegado a un punto del mercado en que se ha alcanzado una completa valoración de los activos, pero creemos que las compañías que hemos elegido van a seguir beneficiándose de la expansión económica. Además, a pesar de la expansión de múltiplos de los últimos dos años, la zona euro todavía cotiza con descuento, por lo que todavía hay margen alcista. No van a impedir que sigamos invirtiendo en buenas compañías”