… y que esperar para la segunda mitad del año. El equipo del BlackRock Investment Institute contrasta el comportamiento actual de la clase de activo con los tres últimos años y comparte sus previsiones.
Tras varios años en los que las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales han llevado las tires de la deuda gubernamental a mínimos históricos o, incluso, a terreno negativo, el fin del QE estadounidense en octubre del año pasado abrió la puerta a que la Reserva Federal (Fed) empezase a subir sus tipos de interés por primera vez en nueve años.
En los últimos meses, la pregunta de cómo reaccionarán los mercados de bonos a esta primera subida de tipos –que el consenso sitúa ahora entre septiembre y diciembre de este año– ha estado detrás del repunte de la volatilidad del mercado de renta fija. “Probablemente, una subida de tipos en septiembre afectará a los bonos con vencimientos cortos”, apuntan los expertos del equipo de análisis de BlackRock Investment Institute (BBI), entre los que se cuenta Russ Koesterich, director global de estrategias de inversión de BlackRock, en su última actualización de perspectivas para la segunda mitad del año (leer más). “No obstante, cualquier subida de los tipos largos debería verse atenuada por la avidez de rentabilidad de los inversores”. Y es que, según sus cálculos, la demanda no cubierta de bonos de alta calidad rondará los 5,8 billones de dólares en 2015 y 2016.
Esto explica que las tires de activos como el bund alemán a 10 años o la deuda estadounidense con grado de inversión se sitúen en niveles inferiores a la media de los tres últimos años (ver gráfico). “Pese a que los tipos de interés de los bonos globales se dispararon en el segundo trimestre, siguen pareciéndonos bajos (sobre todo los alemanes), incluso si los comparamos con los últimos tres años”, explican.
No obstante, la volatilidad podría persistir durante la segunda mitad del año, si nos atenemos a lo que indican los mercados de opciones (columnas de la derecha). “Vemos riesgo alcista para el dólar y los bonos del Tesoro estadounidense y un rango más estrecho para los diferenciales de crédito de Estados Unidos”. Aunque quizás el mayor riesgo sea una posible ampliación de la prima de riesgo temporal (term premium), es decir, la compensación por el riesgo de que los tipos de interés aumenten más de lo esperado ya que, como nos recuerdan desde BBI, “la prima actual, del 0,4%, es muy inferior a su media histórica de largo plazo, del 1,6%. Y cuando la prima ha rebotado desde niveles bajos en el pasado, lo ha hecho rápida y bruscamente”.