Javier Estrada, profesor de finanzas en el IESE Business School, ha descubierto cómo mejorar el consejo que el gurú dio a su mujer sobre invertir el 90% de su legado en un ETF sobre el S&P 500 y el 10% en bonos del Tesoro a corto plazo.
En su carta a los accionistas de 2013 Warren Buffett indica que en su testamento figura la voluntad de que el patrimonio de su mujer se invirtiera de la siguiente forma: 90% en un fondo índice referenciado al S&P 500 y 10% en bonos del Tesoro a muy corto plazo. Javier Estrada, profesor de finanzas en el IESE Business School, lo ha tratado de mejorar. En un artículo publicado en el Journal of Wealth Management (Buffett’s Asset Allocation Advice: Take it …with a twist), que recoge Morningstar en un artículo publicado en su página web, el experto ha tratado de valorar esta afirmación.
Para ello ha realizado un estudio en el que ha analizado los datos del mercado americano desde el año 1900 hasta el año 2015 en periodos de 30 años, considerando una tasa de reembolso del 4% (al principio de cada año y teniendo en cuenta la inflación –en total hay 86 periodos de 30 años); al inicio de cada año la cartera se reequilibra para mantener la distribución de activos. Se supone también que el dinero retirado se hace respetando la distribución de activos; es decir, para la cartera 90% renta variable/10% renta fija se retira un 90% del dinero invertido en acciones y un 10% del dinero invertido en bonos.
Lo que estudió Estrada es lo que podríamos llamar la tasa de quiebra, que mide el porcentaje de veces que la cartera se viene a cero antes de los 30 años, porcentaje que correspondería a la probabilidad de quiebra de la cartera. En un primer momento Estrada ha analizado las carteras con distribución de activo fija, como la que propone Warren Buffet para su mujer. Los cálculos son los que figuran en la tabla adjunta. Se aprecia que carteras con un 30% o menos de acciones presentan una probabilidad de quiebra superior al 10% (la mayoría de asesores consideran que una tasa de quiebra por debajo del 5% es aceptable).
Estrada concluye diciendo que la distribución de activos sugerida por Buffett tiene una tasa de quiebra muy baja (aunque no la más baja), un potencial de revalorización muy alto (aunque no el más alto) y proporciona una buena protección a la baja (aunque no la mejor). La estrategia que ofrece la mayor revalorización es la de 100 acciones/0% renta fija y las que proporcionan la mejor protección de caída son las de 60/40 y 70/30. En definitiva, la propuesta de Buffett es sensata y simple de aplicar por parte de los jubilados.
Mejorando la estrategia de Buffett
Estrada, en su estudio, propone dos pequeñas modificaciones a la estrategia de Buffett. La primera (T1 en la tabla adjunta) tiene que ver con la tasa de rescate y, más concretamente, de qué parte de la cartera retira el inversor su dinero. Propone lo siguiente: si el año anterior el mercado de acciones ha subido, el inversor retira el dinero de la parte de renta variable y si el mercado de acciones ha bajado el dinero se retira de la parte de renta fija.
La segunda modificación (T2 en la tabla adjunta) tiene que ver con el comportamiento relativo de las acciones frente a los bonos. Si la rentabilidad de las acciones ha sido superior a la de los bonos, entonces el inversor retira el dinero de la parte de renta variable y reequilibra la cartera; por el contrario, si son los bonos los que han superado en rentabilidad a las acciones, entonces el inversor retira el dinero de la parte de renta variable, pero, en este caso, no rebalancea su cartera. Lo que pretenden estas dos modificaciones es evitar que el inversor retire dinero de la parte de renta variable cuando los mercados de acciones han caído o cuando lo han hecho peor que los bonos.
La tabla siguiente muestra los resultados de estas dos estrategias y vemos que ambas baten a la estrategia 90/10 en cuanto al potencial de revalorización, pero también en lo que respecta a la protección en las caídas. Estas estrategias, indica Estrada, no obligan a los inversores a recolectar grandes cantidades de información o a emitir un juicio de valoración sobre los mercados, sino que simplemente requieren observar el comportamiento de la bolsa frente a los bonos, una información, sin duda, fácilmente asequible.