¿Cómo puede afectar el descenso de la tasa de paro en EE.UU. a las economías latinoamericanas?

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Foto cedida

La caída de la tasa de desempleo en Estados Unidos no es una noticia buena exclusivamente para los residentes en el país. Es la tesis que defiende Claudia Calich, gestora de M&G Investments de origen brasileño que está especializada en renta fija emergente. Ésta adelanta que el cumplimiento del objetivo que se había impuesto la Reserva Federal de que la tasa de parados cayera por debajo del 6% ha reavivado el debate sobre una subida de tipos en Estados Unidos, algo que a priori es negativo para el mundo emergente. 

¿Cómo pueden las subidas de los tipos de interés en EE.UU. afectar de forma concreta a economías en vías de desarrollo? Calich indica que la correa de transmisión más obvia es a través de las divisas, más débiles que el dólar. El segundo mecanismo de transmisión del impacto de una subida del precio del dinero es a través de un repunte de los tipos de los bonos del Tesoro americano. La gestora habla de una tercera vía de transmisión relacionada con la mejora del mercado laboral: las remesas de divisas.

“Las remesas de trabajadores en Estados Unidos a sus familias en sus países de origen están altamente correlacionadas con la actividad económica en EE.UU. y puede beneficiar desproporcionadamente a unos pocos países” (ver gráfico). En particular, Calich indica que “la tasa de empleo de la población latina en EE.UU. está mejorando a un ritmo todavía más rápido que toda la fuerza laboral del país, que a su vez está recuperándose a un ritmo sólido”. Para la experta, esta mejora en parte es debida a que los latinos tienen una presencia superior a la de otros colectivos o minorías en industrias cíclicas como la construcción. 

La experta de M&G observa, basándose en un informe publicado recientemente por el FMI, que las remesas de divisas “contribuyen a una menor volatilidad en el crecimiento del país destinatario”. Enumera otros dos efectos positivos sobre algunas economías emergentes: “Sirve como una red de seguridad social, al tener generalmente los países receptores niveles muy bajos de ingresos y ahorro y, con frecuencia, una escasa disponibilidad de servicios básicos como salud o educación”, indica en primer lugar. En segundo lugar, afirma que el dinero que los inmigrantes latinoamericanos mandan a sus países de procedencia “reduce el déficit por cuenta corriente y los requisitos de financiación externa, lo que es un factor de apoyo si se redujeran los flujos de capital hacia países emergentes”.