Consejos para reincorporarse al mercado después de las vacaciones

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imagen cedida

Agosto suele ser el mes de desconexión por excelencia entre los participantes del mercado. Este año, la actividad inversora ha sido inesperadamente baja, dado el escenario de Brexit que se desencadenó el 23 de junio. Los expertos de gestoras internacionales proporcionan algunos consejos para encarar el último trimestre del año.

En primer lugar, un repaso para los recién llegados: este agosto, el Banco de Inglaterra ha lanzado un agresivo paquete de medidas de estímulos para conjurar al riesgo de recesión, y la Reserva Federal ha cambiado de discurso para preparar al mercado para otra subida de los tipos de interés. China ha anunciado detalles sobre la conexión de las bolsas de Shenzen y Hong Kong, e India ha aprobado una reforma histórica sobre su sistema impositivo. Entre tanto, el S&P 500 ha vuelto a marcar máximos históricos, el oro ha protagonizado un rally y el petróleo ha vuelto a entrar en una espiral bajista.

Nick Peters, gestor de Fidelity, recuerda que el largo plazo debe ser siempre la brújula con la que guiarse para invertir: “Si analizamos la diversidad que muestran las rentabilidades de las diferentes clases de activos, vemos que puede haber grandes oscilaciones. La diferencia media entre la mejor y la peor clase de activos desde 2000 es del 13%, y la mayor brecha se dio en 2008, cuando las materias primas perdieron un 18% y la deuda de los mercados emergentes avanzó un 2%”. El gestor recuerda a los inversores un principio de la inversión que no se debe descuidar en la vuelta de las vacaciones: “Del mismo modo que uno no se va de vacaciones y mete solo el bañador en la maleta, conviene preparar las carteras de inversión para diferentes escenarios”.

Baja actividad… ¿alta volatilidad?

Desde Neuberger Berman, el gestor Joseph Amato indica que el S&P 500 encadenó las 34 sesiones previas a la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole sin ninguna oscilación diaria del 1%, y con oscilaciones de más del 0,5% en seis ocasiones. “Esto supone los 30 días menos volátiles en más de 20 años”, afirma Amato.

A ojos del experto, “los inversores parecen creer que estas condiciones persistirán por algún tiempo”, dado que el VIX ha caído desde el Brexit y, según Bank of America Merrill Lynch, hay un nivel récord de cortos sobre los futuros del VIX. Para Amato, la conclusión más preocupante es que los inversores se han vuelto complacientes, en vista de la sucesión de los acontecimientos: “El Brexit resultó no ser el fin del mundo. Los datos sobre el mercado laboral de EE.UU. han recuperado el pulso; los datos económicos en Europa siguen mejorando; la rentabilidad de los bonos ha caído y los beneficios corporativos han decepcionado, pero las acciones siguen subiendo. Se siguen posponiendo las subidas de tipos, y los sondeos de opinión han empezado a favorecer al candidato más predecible a la presidencia de EE.UU.”.

La recomendación del gestor es no sumergirse en esta complacencia: “En los mercados financieros, la complacencia en sí misma puede generar peligros, incrementando la vulnerabilidad a cambios inesperados en las condiciones”. En definitiva, controlar las emociones: “A medida que parece disminuir el riesgo, los inversores añaden apalancamiento o toman apuestas más grandes para emplear sus presupuestos de riesgos. Se vuelven menos inclinados a cubrirse contra el riesgo de pérdidas, incluso aunque la prima por hacerlo se abarate”.

Los inversores deben recordar, señala Amato, que la volatilidad tiende a revertirse hacia su media, y que al hacerlo puede atacarlos precisamente cuando son más vulnerables: “Incluso teniendo esto en cuenta, los periodos de volatilidad inusualmente baja han precedido con frecuencia episodios de volatilidad inusualmente elevada”.   

¿Qué esperar en septiembre?

 “Las incertidumbres, sobre todo en el ámbito político, seguirá causando volatilidad en los mercados en las próximas semanas y meses”, afirma desde Natixis Global AM Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore. Para ella, “la clave para los inversores es que busquen el apoyo de gestores activos y con probada experiencia en entornos difíciles, que les ayuden a controlar sus emociones y a construir carteras duraderas sólidas, que optimicen la gestión del riesgo”. La experta hace hincapié en que “para superar las turbulencias del mercado, lo más importante a la hora de invertir es eliminar emociones a la hora de invertir, definir objetivos de inversión personalizados y a largo plazo y permanecer invertido”.

Del Campo aporta cinco pautas para construir una cartera duradera, una iniciativa sobre la que Natixis Global AM lleva años realizando pedagogía. Para empezar, recomienda poner el riesgo como primer factor a la hora de construir la cartera. Para conseguirlo, detalla, “el objetivo de las carteras debe ser en rango de riesgo consistente, y no un rango de rentabilidad potencial, incorporando las inversiones en función de su perfil de riesgo”.

En segundo lugar, recomienda aumentar la diversificación, recurriendo al uso más amplio posible de gamas de clases de activos y estrategias de inversión. “Es necesario combinar clases de activos tradicionales y alternativos con correlaciones bajas y con un nivel de riesgo definido”, puntualiza.

La tercera recomendación consiste en hacer un uso más inteligente de los activos tradicionales, en referencia a las estrategias de smart beta, para aprovechar el potencial de largo plazo de acciones y bonos: “Incluso en el entorno de inversión actual, estas clases de activos aún tienen su sitio en la cartera. Sin embargo, los asesores e inversores deben comprender las fortalezas y debilidades de cada clase de activo en el contexto del control del riesgo general de la cartera y la generación de retornos potenciales”, explican desde la firma.

Del Campo recomienda en cuarto lugar incluir en la cartera inversiones en activos alternativos “para reducir la correlación, moderar la volatilidad y perseguir nuevas fuentes de alfa”. Esto incluye estrategias como coberturas, ventas en corto y exposiciones largas o cortas a materias primas, divisas o activos inmobiliarios.

El último consejo es ser consistentes a lo largo del tiempo: “El proceso de construcción de carteras y ejecución por parte de los inversores debe ser consistente y centrarse en objetivos a largo plazo, con independencia de las fluctuaciones diarias del mercado”.