Consideraciones a tener en cuenta a la hora de invertir en renta fija

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Sergis Blog, Flickr, Creative Commons

Invertir en renta fija no se limita a especificar una duración o un vencimiento objetivo; las consideraciones adicionales incluyen, entre otras, el uso adecuado de estrategias de divisas, el posicionamiento en sectores de diferencial y la elección de herramientas para gestionar riesgo y rendimiento. Los tipos de interés de los mercados desarrollados han subido desde mínimos históricos, pero todavía permanecen muy por debajo de sus medias a largo plazo debido a la fuerte intervención de los bancos centrales. Fuera del G-10, los tipos han registrado subidas más significativas, y algunos países ofrecen oportunidades estructuralmente más interesantes.

En un informe publicado por Standish, la especialista en renta fija de BNY Mellon en el que se analizan los instrumentos de renta fija disponibles y donde están ellos encontrando oportunidades explican que más allá de la exposición a los emisores soberanos, ciertos sectores de diferencial ofrecen oportunidades a aquellas gestoras capaces de llevar a cabo una labor adecuada de análisis y de diligencia debida. “A medida que se relajan las restricciones y se permite el uso de más herramientas, creemos que los gestores de renta fija deberían ser capaces de mejorar su rendimiento para cada nivel de riesgo. Las carteras con el universo de inversión más amplio y con mayor flexibilidad para invertir han generado mejores rentabilidades ajustadas al riesgo”.

Deuda soberana de mercados desarrollados y emergentes

Las curvas de rendimientos tienden a mostrar pendientes positivas debido a la prima por plazo existente en los mercados de deuda pública, que compensa al inversor por la incertidumbre que conlleva prestar dinero durante más tiempo. “Al invertir en renta fija, una de las cosas que debe hacer el inversor es determinar si esta prima remunera suficientemente los riesgos asociados con un mercado determinado. De ser así, podría ser preferible invertir a más largo plazo, aunque esto puede variar considerablemente por país y por tramos de vencimiento en la curva. Además, también puede variar por tipo de curva, real o nominal”.

Aunque las curvas de rendimientos de los países desarrollados (G-10) subieron de  forma agregada en el segundo trimestre de 2013, todavía se hallan muy por debajo de sus medias históricas y cerca de sus mínimos absolutos. “Además, el compromiso de los bancos centrales de muchos países con el mantenimiento de tipos de interés bajos ha conducido a curvas con una pendiente inusualmente elevada, que ofrecen a los inversores con horizontes a medio plazo la oportunidad de beneficiarse mediante roll-down en ciertos vencimientos, asumiendo que las rentabilidades no suban de forma significativa en poco tiempo”, señalan.

Fuera del G-10, la reciente caída de los mercados ha sido más pronunciada y ha conducido a curvas más cercanas a sus medias históricas, muy por encima de los bajos niveles de los últimos meses. “Esto se ha hecho patente sobre todo en los vencimientos de medios a largos, y nuestros modelos indican que muchos títulos locales emergentes presentan rentabilidades atractivas de medio a largo plazo. No obstante, la significativa dispersión de una curva a otra en estos mercados convierte a la selección de países en un aspecto crítico a la hora de invertir”.

En la firma revelan que la demanda de protección frente a la inflación a largo plazo ha aumentado, debido en parte a la preocupación en torno al impacto de la expansión de los balances de los bancos centrales como respuesta a la crisis económica. “El crecimiento anémico en los mercados desarrollados ha llevado a las autoridades monetarias a aplicar medidas de estímulo cada vez más agresivas y experimentales. Ideas como la búsqueda de crecimiento del PIB nominal, la elevación de los objetivos de inflación y la vinculación de la relajación monetaria a variables económicas específicas se han convertido en algo normal para los bancos centrales. Los bonos indexados son títulos con características de rendimiento diseñadas para proteger al inversor de los efectos de la inflación en el largo plazo”.

La mayor parte de estos instrumentos son emitidos por gobiernos, y tanto su capital principal como sus intereses crecen o disminuyen en función de la evolución de un índice de precios especificado. “En nuestra opinión, una consideración básica a la hora de decidir entre invertir en la deuda indexada de un país o en su deuda nominal es la tasa break-even, el diferencial de rentabilidad entre el bono nominal y el bono indexado de duración similar. Esta diferencia representa el nivel de inflación futura al que a un inversor le daría igual invertir en deuda nominal o en deuda indexada. Por consiguiente, si la tasa de inflación registrada es mayor que la implícita según esta tasa, el inversor lograría una rentabilidad superior invirtiendo en deuda indexada”.

A diferencia de las rentabilidades nominales en los mercados de deuda pública desarrollados, las tasas BEI permanecen en su mediana a largo plazo, o ligeramente por debajo de ella. “Aunque el riesgo de inflación a corto sea limitado, la deuda indexada ofrece al inversor la capacidad de proteger sus carteras del impacto de subidas inesperadas de la inflación de medio a largo plazo”. A raíz de la reciente actividad de los bancos centrales en gran parte del mundo desarrollado, en la firma creen que los riesgos de inflación a largo plazo han aumentado.

Invertir en sectores de renta fija no gubernamental

Otra área que considerar al invertir en deuda es la de los emisores no gubernamentales. Entre los distintos tipos de riesgo que pueden asumirse en esta categoría están el riesgo de crédito (que se devuelva el capital prestado, riesgo de rescate anticipado (convexidad, volatilidad o, lo que es lo mismo, en qué momento se devolverá el capital prestado) y el riesgo de iliquidez (es decir, con qué facilidad pueden negociarse los títulos y cuál es su volatilidad hasta entonces).

Según Standish, los sectores de renta fija no gubernamental ofrecen al inversor la posibilidad de beneficiarse de la prima asociada con el hecho de asumir uno o más de estos riesgos. Los clientes abarcan desde aquellos dispuestos a asumir muy poco o ningún riesgo sectorial hasta aquellos con un enfoque mucho menos limitado a la hora de invertir en estos sectores.

Decisiones sobre divisas

Existen varias formas de emplear estrategias de divisas en una cartera de renta fija. En un extremo, los bonos denominados en moneda extranjera pueden cubrirse en una divisa base para eliminar cualquier exposición cambiaria. Alternativamente, en Standish han visto clientes que solamente permiten exposiciones largas a una divisa no doméstica, prohibiendo el uso de exposiciones cortas. “En general, creemos que la flexibilidad en el uso de divisas es una herramienta extremadamente efectiva a la hora de mejorar el rendimiento ajustado al riesgo de una cartera de deuda: además de permitir la generación de rentabilidad excedente, también brinda al gestor una clase de activo líquida mediante la cual poder cubrir riesgos a nivel tanto micro como macro”.