Durante los últimos tres meses, siguiendo la tendencia de los principales mercados, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) muestra un panorama poco alentador, esto en contraposición a lo ocurrido en el primer trimestre del 2012. Una prueba de lo dicho es qu
De una rápida mirada al histórico reciente de la BVL tenemos que, en los meses de enero, febrero y marzo de 2012 el Índice General (IGBVL) se elevó hasta en 21.6% de la mano de instrumentos de renta variable y renta mixta, principalmente, para luego contraerse hasta 13%, en promedio. A pesar de todo, el saldo sigue siendo positivo, y en el caso particular de los Fondos Mutuos las ganancias existen aunque no superan el 10%. Es en las últimas dos semanas de mayo que la BVL parece querer recuperarse, pero sin claridad hasta el momento.
Sumado a este escenario, un dato macroeconómico que no podemos dejar de lado asoma en estas latitudes. Después de 30 meses se ha registrado en el Perú un “déficit comercial” –aunque de esto muchos prefieren no hablar por el momento-, derivado de i) la realidad por la que atraviesa la zona euro; ii) la lenta recuperación de los Estados Unidos, casi estancado; y iii) la desaceleración de China.
Para algunos esto ya es un contagio de la crisis. La turbulencia se está sintiendo en la economía peruana y prevén que “el impacto será mayor en los próximos meses”, como es el caso de Julio Lira, director del “Diario Gestión”, principal medio económico del país. Pero también hay otras opiniones, -como la de Miguel Pancorvo, gerente de Inversiones de Sura, grupo que controla AFP Integra, una de las cuatro administradoras privada de fondos previsionales que hay en el Perú- para quien una explicación lógica del contexto podría lograrse bajo la hipótesis de que los interesantes niveles de inversión en la BVL de enero a marzo del presente año, principalmente, se debieron a un “apetito de riesgo” desatado como consecuencia del “bajo precio de los instrumentos”. Podríamos agregar: y a la marcada tendencia al alza de finales de 2011, y desde esta óptica, el repunte de 21% logrado y su posterior caída entre el 15% y 12.6% en los últimos meses, no es más que una normalización de los números, es decir una corrección de la plaza bursátil.
Por nuestra parte, creemos que efectivamente hay una afectación de la crisis europea, que si bien por el momento no es suficiente para generar alarma, dada la fortaleza de la economía peruana, de ninguna manera se puede ignorar algunos de sus síntomas inmediatos, como la falta de crecimiento de la manufactura primaria en los últimos 7 meses (según reporta Macroconsult), hecho relevante teniendo en cuenta que se trata del 12% del PBI. Asimismo, la última encuesta del Banco Central de Reserva (BCR) sobre expectativas macroeconómicas, correspondiente al mes de mayo de 2012, muestra que ha disminuido sensiblemente el optimismo empresarial. Todo ello sumado al centenar de conflictos sociales no resueltos a lo largo de territorio nacional, la mayoría de estos desatados por protestas anti mineras, impidiendo, sólo en el último año, la ejecución de proyectos de alrededor de 12.000 millones de dólares, de un total de 53.000 millones de dólares que se tienen previstos para los próximos 10 años.
El IGBVL y, específicamente, el comportamiento de los Fondos Mutuos, es un indicador que da cuenta de la realidad mundial, que se debe leer con bastante prudencia. En tal virtud, creemos que lo ocurrido en la BVL en el último trimestre, es definitivamente el reflejo de Europa, USA y China, en su conjunto y el panorama que se observa es muy claro: inestable. Por ello, las cosas en el Perú seguirán necesariamente el rumbo de lo que ocurra en dichos mercados. Ahora bien, sobre la pregunta cuánto puede esto afectar objetivamente a la economía nacional y a los instrumentos bursátiles es algo que no se puede decir por ahora. Sin embargo, aún para los más pesimistas, la nación inca no dejará de crecer.