Crisis post vacacional en los mercados de renta fija

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Las tires de los bonos han aumentado. Desde el pasado miércoles, la rentabilidad de los bonos británicos a 10 años ha subido 13 puntos básicos, la de los bonos estadounidenses 10 puntos básicos y la de los bunds alemanes han pasado de estar en negativo (-0,06%) a positivo (0,03%). “No ha sido mucho, pero suficiente como para hacer alertar a los inversores de los riesgos que suponen unas primas de riesgo deprimidas y los peligros de la dominancia de los bancos centrales”, afirma Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija de AXA IM. El mayor daño ha tenido lugar en Reino Unido –mercado que había registrado un comportamiento excepcional tras el Brexit- y concretamente en la parte larga de la curva, la cual se ha empinado. Por ejemplo, los gilts británicos a 30 años han subido 30 puntos básicos frente a los niveles de principios de mes, mientras que los bonos de la mayoría de los sectores han registrado evoluciones negativas en los precios. “Son movimientos que no nos deberían sorprender dadas las actuales valoraciones y la dependencia de esas valoraciones a las políticas extraordinarias que están siguiendo los bancos centrales”.

En general, el aumento de la incertidumbre en torno al programa de relajación cuantitativa del BCE tras la rueda de prensa de la semana pasada, la supuesta intención del Banco de Japón de incidir en la forma de la curva de rendimientos y una nueva avalancha de papel tras el parón veraniego han tirado al alza de los rendimientos y elevado las curvas. ¿Estamos ante el big one, esa gran oleada de ventas generalizadas de bonos de la que algunos inversores llevan hablando varios años, o ante una mera corrección técnica que no debería preocupar a los inversores que sigan apostando por esta clase de activo? Según Andrea Ianelli, director de inversiones en renta fija de Fidelity, la respuesta es no. “Los movimientos que se han observado en los mercados de renta fija durante los últimos días responden más a factores técnicos que a fundamentales. Las valoraciones están ahora en mayor sintonía con los fundamentales, después de dejar atrás unos niveles que cabía calificar de caros”, afirma el experto.

Volviendo a los fundamentales, Ianelli recuerda que seguimos estando en un entorno de crecimiento e inflación bajos. En su opinión, esto significa que los bancos centrales se mantendrán activos, lo que dejará poco margen para subidas significativas de los rendimientos desde los niveles actuales. “En Europa, el BCE pronto tendrá que lidiar con problemas de escasez de bonos y ya está replanteándose su marco de relajación cuantitativa. Eso no quiere decir que esté arrojando la toalla, como la reacción del mercado parece sugerir, sino lo contrario, que está estudiando formas de aplicar más estímulos, no menos. Mientras, en Estados Unidos, los últimos datos publicados apuntan a que la economía se mantiene en una senda de recuperación gradual, por lo que la Reserva Federal será reacia a poner palos en las ruedas. Por lo tanto, cabe pensar que el ritmo de subidas de tipos será lento y cauteloso”, señala.

Sin embargo, todo parece indicar que detrás de la agitación de los mercados se esconde el temor a que Janet Yellen aplique una subida de los tipos en septiembre. La incertidumbre sobre esta cuestión es total. Según indican desde Aberdeen, el último informe del ISM sobre la actividad en el sector no-manufacturero salió con datos más débiles de lo esperado. “Esto, unido al decepcionante informe de fabricación publicado anteriormente, hacía que la probabilidad que daba el mercado a una subida de tipos en septiembre cayese desde el 30% al 20%. Este movimiento se invirtió otra vez al 30% tras los comentarios de un miembro de la Fed que sugerían una subida de tipos en el caso de que la economía experimentase un calentamiento excesivo”, relatan desde la entidad. El escenario más probable es que la autoridad monetaria no suba tipos este mes pero, con la mejora de los datos económicos de Estados Unidos, se está quedando sin motivos para no hacerlo.

De acuerdo con Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors, “con la inflación subyacente contenida por debajo del nivel objetivo del 2%, la Fed no tiene urgencia en subir los tipos de interés. No obstante, en un contexto de pleno empleo en Estados Unidos será cada vez más difícil mantener este statu quo en el futuro. Al recuperarse el apetito por el riesgo por parte de los inversores durante el verano, ya no son válidos los posibles riesgos externos para el crecimiento y la estabilidad económica derivada del Brexit que fueron utilizados como argumentos para no hacer nada en junio y julio, y es mucho más probable que la Fed se centre en la futura evolución de la economía doméstica”, asevera. A su juicio, esta normalización del ciclo de la política monetaria será probablemente muy diferente de las que hemos visto en el pasado y nos hace esperar únicamente alzas muy graduales y moderadas.

“La Fed tendrá que evitar cualquier impacto negativo sobre el crecimiento económico de Estados Unidos y la estabilidad financiera. Dado este contexto, esperamos que la reacción inicial del mercado ante la próxima subida de tipos pondrá bajo presión a los activos de riesgo -renta variable y crédito- pero también esperamos que estas clases de activos podrían recuperarse pronto y tener un buen comportamiento. Hasta ahora, la curva de rendimiento de Estados Unidos no refleja todo el potencial de subidas de los tipos de interés de los fondos federales en 2017; una inversión a corto en el Tesoro de EE.UU. combinada con una exposición a largo en bonos del gobierno alemán permitiría a los inversores beneficiarse de este potencial aumento del diferencial que surgiría de la creciente divergencia entre la política monetaria de la Fed y el BCE”, apunta el experto de la firma alemana.