¿Cuál es el futuro de la eurozona? Sólo hay tres escenarios posibles… (cada uno peor que el anterior)

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Carbon Arc, Flickr, Creative Commons

La evaluación de la situación económica y el entorno de mercado es una parte clave en el proceso de inversión para muchas gestoras. Una de las reconocen prestarle mucha atención a esto es UBS Global Asset Management, entidad que recientemente acaba de celebrar su Cyclical Market Forum, evento en el que todos los equipos gestores de la firma ha debatido sobre el potencial impacto que podría provocar en sus estrategias el discurrir de los acontecimientos en la eurozona. Aunque por ahora la incertidumbre es máxima, el hecho de que los líderes europeos den pasos en según qué dirección podría tener unos efectos u otros. Pero… ¿cuáles serían los escenarios que barajan desde la gestora?

Según señala UBS Global AM en su informe Global Asset Views: Economic and market developments in perspective, se contemplan tres. El primero –y que por ahora representa el escenario central de la entidad con una probabilidad del 50%- es que el Gobierno griego intente renegociar el plan de rescate enfrentándose con la UE, el FMI y el BCE, instituciones que amenazan con suspender las futuras ayudas al país. Inevitablemente, Grecia comienza a quedarse sin liquidez, lo que provoca una fuerte caída de los mercados de todo el mundo. Tras una duras negociaciones, Atenas se compromete a cumplir las exigencias que se le imponen, pero sólo si le sigue llegando la ayuda y se producen recortes sustanciales en el tipo de interés.

¿Qué implicaciones tendría este escenario? Según UBS Global AM, se evita la salida de Grecia del euro pero esto no sirve para restablecer la actividad y la confianza de los hogares europeos. A pesar de la depreciación del euro, la actividad comercial se mantiene débil dada la incertidumbre mundial sobre el futuro de la eurozona. De hecho, en EEUU se reduce la confianza y provoca una ralentización del crecimiento que en 2013 podría situarse sólo en el 2,5%. Asimismo, la economía china se ralentiza al volver a entrar Europa en recesión. El temor a un contagio mantiene a los inversores fuera de España e Italia, por lo que su banca se vuelve más dependiente de la liquidez inyectada por el BCE, institución que responde ofreciendo liquidez en abundancia y recortando los tipos de interés en el segundo semestre.

Escenario número dos: Grexit o, lo que es lo mismo, salida de Grecia del euro. De acuerdo con lo expuesto por UBS Global AM en el Cyclical Market Forum, la probabilidad de que se haga realidad se sitúa actualmente en torno al 30%. El dinero no llega a Atenas y, tras los choques con la UE, el FMI y el BCE, el Gobierno heleno nacionaliza el sector bancario. A la autoridad monetaria no le queda otra opción que expulsar a la fuerza a Grecia de la eurozona. El contagio se propaga rápidamente por Italia y España. Se establece un sistema de garantía de depósitos para reconstruir la confianza y se habilita al Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) para apoyar a Madrid y Roma, al menos hasta que el Fondo Europeo de Rescate entre en vigor.

¿Consecuencias? El precio de las commodities cae inicialmente en picado, para luego recuperarse. La salida de Grecia del euro extiende la incertidumbre sobre Italia y España. El contagio hace que la actividad económica se desplome, hundiéndose la eurozona en una severa recesión. Mientras la demanda doméstica europea se colapsa, el BCE baja las tasas en dos ocasiones e introduce dos rondas más de operaciones de refinanciación a largo plazo (LTRO). La inflación cae por debajo del 2% hacia finales de año para luego elevarse a algo menos del 3% después de que el euro se deprecie. La crisis de confianza se extiende rápidamente a EEUU, donde cae la actividad. El crecimiento de los emergentes se ralentiza en el segundo semestre obligando a las autoridades monetarias a flexibilizar su política monetaria para favorecer el crecimiento.

Tercer y último escenario: pánico. Es el que los expertos de UBS Global AM consideran menos probable (20% de probabilidad) y el que sería más grave para la economía mundial. Grecia es obligada a salir del euro y Europa no es capaz de dar una respuesta adecuada para evitar el contagio a Italia y España. La tensión se eleva hasta niveles sin precedentes, situando a ambos países en una difícil posición para financiarse. Los temores de un colapso bancario en España provocan una huida de capitales que obliga al BCE a inyectar una gran cantidad de liquidez en los bancos italianos y españoles, además de a financiar a los gobiernos de ambos países.

Consecuencias. Tan pronto como Grecia abandone el euro, la atención se vuelve hacia España e Italia. Los políticos no encuentran una solución y la huida de capitales se intensifica, situando a ambos países al borde del abismo. Se habla de un inminente colapso de la eurozona que provoca una fuerte caída del PIB europeo que obliga al BCE a intervenir directamente, tanto en apoyo del sistema financiero como en la ayuda a los gobiernos periféricos. El impacto sobre la economía estadounidense fuerza a la Fed a abrir líneas de créditos a los bancos y a poner en marcha una tercera ronda de QE. En los emergentes, la crisis europea provoca un colapso de las exportaciones. El crecimiento económico de estos países cae con fuerza, así como el precio de las commodities.