Grabado tengo en la memoria los viajes que siendo un chaval realizaba junto a mi familia por España. En el asiento trasero de un Seat 1430 veía pasar, lo que antaño parecía rápido, pueblos y postes de la luz. Especialmente me marcaron esos camionazos atiborrados de cerdos u ovejas que se espachurraban contra las rejas en busca del escaso oxigeno. Afortunadamente, los esfuerzos de algunas organizaciones y en general una mayor concienciación social, han mejorado sustancialmente las condiciones de viaje de estos y otros animales.
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