Cuándo los inversores deberían empezar a preocuparse por el high yield

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Ashitakka, Flickr, Creative Commons

El high yield es un segmento de mercado en el que muchos inversores de renta fija han entrado atraídos por el reclamo de un mayor cupón. De momento, la deuda de alto rendimiento ha mostrado una gran resistencia a pesar de las salidas de dinero, que han llegado a ser elevadas las últimas semanas. “Encontramos poco inspiradoras las perspectivas para el crédito de estos emisores. De hecho, estamos preocupados por el impacto del aumento de tipos de interés en Estados Unidos para las empresas que pidieron prestado abundantemente en la era del dinero fácil”, reconoce Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM. Históricamente, los bonos high yield han sido la clase de activo más vulnerable ante una intensificación de las restricciones monetarias. Pero… ¿cuándo los inversores deberían empezar a preocuparse por el comportamiento de la deuda de alto rendimiento?

Existen señales a las que resulta importante estar atentos. Una de ellas es la propia evolución económica por la estrecha relación que guarda con la ratio de defaults, principal riesgo cuando se invierte en high yield. “Tiene que producirse una fuerte caída de la actividad económica para que se disparen los impagos. Históricamente eso ha sido así. Cuando la economía se ha contraído, los defaults han aumentado con fuerza. La evolución económica suele ser el canario en la mina. También la inversión de la curva, pero por ahora los tramos largos siguen pagando más que los cortos”, explica Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM para Iberia y Latinoamérica. Actualmente, el nivel de impagos está en mínimos y la cuestión es que ninguno de estos factores hace presagiar que la ratio se vaya a disparar a corto-medio plazo.

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En estos momentos, los defaults no solamente están bajos, sino que se encuentran en zona de mínimos históricos. Para el próximo año, en J.P.Morgan AM esperan que en Europa sigan por debajo del 1% y que en Estados Unidos se muevan en el rango del 1-2%. De acuerdo con Moody's, en Estados Unidos, el sector de bienes de consumo es el que presenta un mayor riesgo de default (ver gráfico 2), pero en términos generales el riesgo de default se mantiene en niveles muy contenidos.

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No obstante, esto no debe hacer bajar la guardia al inversor. En la firma americana recomiendan estar atentos a varios escenarios. “A nivel fundamental, es importante prestar atención a si se produce un deterioro significativo de la calidad del crédito o fijarse en si las empresas están mostrando un comportamiento propio de ciclos maduros, como por ejemplo aumentando sus niveles de deuda en lugar de reducirlos, o utilizando sus ingresos para realizar operaciones de fusiones y adquisiciones o pagar dividendos”, subrayan.

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El mercado de high yield también podría afrontar problemas por razones puramente técnicas. En este sentido, en J.P.Morgan AM consideran que podría producirse una avalancha de ángeles caídos (emisores BBB cuya calificación crediticia es degradada de investment grade a high yield) o un aumento de los flujos de salida que en Estados Unidos podrían deberse a la preocupación sobre las valoraciones y en Europa por el riesgo político. Por último, estaría el efecto que podrían tener sobre el mercado de high yield la política de los bancos centrales. “Las preocupaciones con respecto a la retirada de los estímulos cuantitativos podrían incrementarse impulsando los diferenciales de crédito y los rendimientos a medida que las autoridades monetarias se vuelven menos acomodaticias”, afirman desde J.P.Morgan AM. En Estados Unidos, históricamente el crédito es la clase de activos más vulnerable, especialmente los emisores de alta rentabilidad, a que la Reserva Federal intensifique las restricciones monetarias.

Según el estratega jefe de Pictet AM, “hay que tener en cuenta que en 2019 la Reserva Federal puede subir tipos dos o tres veces antes de realizar una pausa a mitad de año y que los diferenciales de crédito tienden a aumentar antes de un giro importante del mercado, siendo de los primeros signos de estrés cuando las condiciones financieras y márgenes se ajustan”. A juicio de Paolini, otros riesgos incluyen la muy baja liquidez del mercado (la deuda empresarial en Estados Unidos se han duplicado hasta 5,5 billones de dólares durante la crisis pero el inventario de intermediarios es de solo 30.000 millones), elevada emisión y proporción mucho mayor de inversores minoristas. Son, en todos los casos, aspectos a los que los actuales inversores de high yield tienen que estar muy atentos para no pillarse los dedos.

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