Cuatro consejos para posicionar las carteras de cara al próximo año

Pascal Blanqué
Foto: cedida por Amundi.

En términos de construcción de carteras, el próximo año supondrá mayores retos en comparación con 2021. Según Pascal Blanqué, director de Inversiones de Amundi, los principales elementos a considerar en la construcción de carteras serán: rendimiento, riesgo de liquidez y exposición al crecimiento y riesgo de inflación. En este contexto, la casa francesa da cuatro consejos sobre lo que, en su opinión, deberían hacer a la hora de construir sus carteras.

1. Empezar ligeros en términos de exposición al riesgo y recalibrarlo a lo largo del año, con un enfoque en la resiliencia de la cartera a subidas de yields

“Los inversores deberían comenzar el año con una asignación cauta y neutral (considerando también las ajustadas valoraciones del mercado) y tratar de aprovechar las oportunidades de valor relativo en todas las regiones y segmentos. En una secuencia de desaceleración del crecimiento seguida de más estímulos, es probable que los inversores tengan una ventana para aumentar la asignación de riesgo nuevamente y aprovechar las oportunidades que brinda la extensión del ciclo”, subrayan.

En este sentido, recomiendan ser precavidos con la ilusión nominal apuntando a rendimientos reales, ya que, a juicio de los expertos de la gestora, se desafiará el modelo de cartera 60/40. “La correlación positiva entre acciones y bonos exige una asignación más dinámica. Serán clave las apuestas de valor relativo y las fuentes adicionales de diversificación que potencialmente pueden mitigar el riesgo de inflación”.

2. Utilizar enfoques sin restricciones en la búsqueda de ingresos reales, ampliando el espectro de clases de activos en un entorno de inflación estructuralmente más alta

Según explican, los inversores deben resistir la tentación de ir a duraciones largas después del primer tramo de suida de yields nominales. “Los movimientos de curva, las divisas y oportunidades entre regiones surgirán en un mundo de políticas monetarias divergentes. Un enfoque sin restricciones en renta fija seguirá siendo la regla del juego”, indican.

Para buscar rentas más altas, en la casa animan a los inversores a explorar áreas más allá del segmento tradicional de la renta fija. También a considerar los dividendos de la renta variable, activos reales, bonos de mercados emergentes con un enfoque en duración corta y, en general, áreas que ofrezcan yields más altos con riesgo de duración relativamente bajo, como el crédito subordinado y préstamos. “El crédito con mayor duración y donde los diferenciales sean demasiado ajustados se verán afectados”.

De acuerdo con sus expectativas, es probable que veamos surgir algunas grietas relacionadas con problemas de apalancamiento. “Esto desencadenará la primera ronda de gran discriminación entre crédito poco sólido y caro, en riesgo en un momento de condiciones de liquidez más estrictas y tasas de impago tocando fondo, frente a crédito sólido y caro”, apuntan.

3. Jugar la renta variable con un enfoque en las áreas menos ajustadas (value, mercados emergentes, Europa), menos sensibles a unos tipos más altos

“Los tipos reales determinarán el destino de las valoraciones excesivas en renta variable. Eventualmente repuntarán, desafiando las áreas caras en el segmento growth. La selección debe centrarse en los beneficios y el poder de fijación de precios, la calidad y el value, en medio de unos costes más altos y tipos al alza. Esperamos un entorno caracterizado por una elevada dispersión de rendimientos entre acciones, lo que proporciona un escenario atractivo para la selección de valores”.

Tal y como auguran, Europa también debería verse favorecida gracias a los fondos Next Generation de la UE, centrados en la transición verde, mientras que la renta variable de mercados emergentes debería recuperar el foco. “La exposición a bolsa ha aumentado a máximos en el ciclo, favoreciendo la renta variable de mercados desarrollados. El próximo aumento debería favorecer a los mercados emergentes, donde las asignaciones están muy por debajo del objetivo estratégico y las valoraciones parecen relativamente atractivas”.

4. Añadir exposición temática a factores ASG, que probablemente tendrán un impacto material en el binomio riesgo/rentabilidad

Según Amundi, las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) deben considerarse complementarias a las métricas clásicas de cartera de riesgo y rendimiento. En particular para las áreas que podrían tener un impacto material en los precios de los activos. “Los cambios en las regulaciones y la creciente demanda por parte de instituciones e inversores hacen que algunos factores sean cada vez más relevantes”.

En opinión de la casa francesa, la iniciativa de cero emisiones netas (net zero) tendrá un impacto significativo en el mercado. “Abordar las desigualdades probablemente será el próximo tema destacado, ya que este es un enfoque importante de los gobiernos durante la fase de recuperación actual. Podrían surgir algunos temas mixtos que combinen aspectos ambientales y sociales, como el impulso a una Transición Justa para abordar el cambio climático de manera equitativa, un foco de preocupación especialmente en el caso de las economías emergentes”, concluyen.