Cuatro gráficos para entender lo que ha pasado en 2019

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Pineapple Supply Co. on Unsplash

Con el cambio radical de ánimos, pareciera que el mercado de hace 12 meses no tiene nada que ver con el que tenemos hoy. Los inversores pasaron del pesimismo al optimismo con las primeras campanadas de 2019. Así, la foto final de año deja a pocos en mal lugar. Todas las grandes clases de activos han batido a la inflación, lo que da una imagen de que el ejercicio ha sido un viaje fácil, con apenas disrupción en la economía o política.

Captura_de_pantalla_2019-12-18_a_las_15Con esta imagen final se entiende que el consenso actual apunte a que es el momento de volver a comprar riesgo. ¿Pero realmente está todo despejado? Nicolo Carpaneda, director de inversión del área de renta fija de M&G, prefiere posicionarse un poco contrarian. Como bien señala, para ver un año tan bueno como este hay que remontarse a 2010. Cuando tan solo el año anterior los mercados vaticinaban una recesión. Un punto que preocupa al experto de cara a construir las carteras para el año que viene se entiende con el gráfico siguiente:

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Las correlaciones de los bonos y las acciones han aumentado. Lo ha hecho bien tanto la renta variable norteamericana y europea como la renta fija. “Parte del mercado está diciendo que hay crecimiento. La otra parte ve recesión”, explica. Por eso él tendría cuidado al hacer apuestas muy grandes. O comprando mucho riesgo o mucha protección en ambos campos ya que se comportarán a la par, lo que amplificará para bien o para mal.

El miedo a estar fuera del mercado podría ser la peor trampa de cara al año que viene”, sentencia Carpaneda. El rendimiento tan bueno puede dar una falsa sensación de que todo el riesgo se ha despejado. Pero el experto insiste en entender qué hay detrás del rally generalizado. Y se resume en dos claves:

1. El apoyo masivo de los bancos centrales

Esto se refleja claramente en el siguiente gráfico. En los últimos 12 meses los bancos centrales han vuelto a instaurar un contexto acomodaticio. Han propuesto estímulos monetarios casi como si estuviéramos en época de crisis. Eso ha llevado a que un cuarto de la deuda de gobierno ofrezca tipos negativos. “El problema es que 2018 fue una muestra de lo que pasa cuando se retira el apoyo”, recuerda.

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2. El rebote de los PMI

Este es un impacto más reciente. El PMI manufacturero ha sido el foco de la preocupación a lo largo de este año, sobre todo si su debilidad se extendía al sector servicios. Desde octubre ha dado señales de que ha tocado fondo, por lo que los mercados ven el camino más despejado. Pero Carpaneda invita a hacer un análisis más profundo. Como se aprecia en el gráfico siguiente, los nuevos pedidos en los PMI manufactureros han rebotado a nivel global, pero en Estados Unidos la caída del momentum ha sido más fuerte y se prolonga aún.

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