Cuatro preguntas y respuestas de Tim Stevenson sobre renta variable europea de cara a 2016

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Foto cedida

Es hora de hacer balance, y cada vez se percibe con más claridad que uno de los activos clave para posicionarse de cara a 2016 va a ser la renta variable europea. Tim Stevenson, director de renta variable europea de Henderson, es uno de los que opinan en este sentido. Stevenson, también a cargo del fondo Henderson Horizon Pan European Equity Fund, da su punto de vista a cuatro cuestiones clave: grado de optimismo sobre su clase de activo, riesgos principales, cómo pueden influir las políticas monetarias y cómo podrían comportarse las acciones europeas. 

Grado de optimismo

Stevenson se muestra muy claro al responder si se siente más o menos optimista que en 2014 por estas fechas: “En muchos sentidos, 2016 será un año muy bueno para Europa”. ¿Por qué? “Siguiendo el camino tan trillado de la flexibilización cuantitativa que ya mostraron Estados Unidos, Reino Unido y Japón, el estímulo derivado de unos tipos de interés bajos (y ahora negativos en muchas áreas), una divisa más débil y el resurgir del consumo, debería poder lograrse un crecimiento del PIB europeo del 1,5%”, responde el gestor. Éste señala como drivers adicionales el repunte del M&A (fusiones y adquisiciones por sus siglas en inglés), la mejora de los beneficios corporativos y el hecho de que gracias a la demanda insaciable de bonos ahora la renta variable ofrece una rentabilidad muy superior a la de la renta fija. “Por todo ello, el entorno es muy favorable”, concluye.

¿Cuáles son los riesgos?

A la hora de hablar de riesgos, el experto de Henderson se refiere a factores que “están reprimiendo el optimismo”. Entre ellas, destaca en primer lugar que “el euro pudiera volver a pasarlo mal por causas políticas (es un hecho bien sabido que las protestas políticas se disparan cuando mejora la economía) y que la crisis migratoria someta el statu quo a grandes presiones”. 

Stevenson también muestra su preocupación por la recuperación de beneficios, que considera que “ha sido bastante exigua, lastrada por la intensa presión competitiva y la caída del petróleo y el gas, la minería y la inversión general en capital”. El gestor opina que la conjunción de todos estos sectores ha hecho que el mercado parezca un gráfico de “abundancia o escasez”, en el sentido de que la rentabilidad se ha limitado en sectores concretos “que, como consecuencia, han empezado a parecernos bastante caros en relación con su historial”. 

“En un mundo marcado por el bajo crecimiento (punto en el que nos encontramos), con la economía china ralentizándose, al igual que los mercados emergentes, y Europa que seguramente se estanque en un tipo relativamente modesto de en torno al 1,5%, se tendrán que revalorizar las compañías que presenten un tipo constante de crecimiento”, reflexiona Stevenson a modo de colofón.

¿Qué podrían hacer los bancos centrales? ¿Cómo afectaría a las bolsas europeas?

Stevenson hace notar que el BCE parece totalmente comprometido con su misión de lograr que la inflación regrese al 2% a finales de 2016 o en 2017, algo que cree que puede tener más probabilidades “porque durante los próximos trimestres empezarán a subir los precios del petróleo, las materias primas y la alimentación”. Por tanto, el gestor considera que es necesario estudiar dónde podrían estar los tipos de interés de aquí en un año, e indica lo siguiente: “Con este panorama, no creo que el mercado monetario alemán a 2 años siga cotizando con un interés del -0,4%. Tampoco veo que vaya a producirse un rápido crecimiento del PIB. En todo caso, pudiera darse una modesta estanflación, en la que Europa experimente un bajo crecimiento de entre el 1% y el 1,5% y la inflación se acerque cada vez más al 2%”. 

En este contexto, Stevenson piensa que “una subida salarial del 2% al 3% debería servir para que los consumidores se sientan mejor, y también debería ayudar a que vayan desvaneciéndose los efectos de la austeridad”. De vuelta a su clase de activo, y teniendo en cuenta este escenario macro, el experto de Henderson advierte de que “probablemente nos acostumbremos a considerar que un PER de 15 a 20 veces sea una base justa para las empresas europeas”.

¿Qué deben esperar los inversores?

Stevenson aclara que sigue encontrando atractiva la renta variable europea pero con condiciones, pues el atractivo es “en términos comparativos globales y en vista de la escasa mejora de los beneficios, aunque durante los 12 próximos meses la cosa podría complicarse”. Teniendo en cuenta el entorno actual, el equipo de renta variable europea de Henderson se sigue centrando en la identificación de compañías que presenten un sesgo de crecimiento de calidad. A saber: las caracterizadas como líderes del sector, con sólidos balances generales, una deuda limitada, flujos de efectivo sostenibles y buenos equipos directivos.