Cuatro tendencias que afectarán a la distribución de fondos en el futuro

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Foto cedida

Es evidente que la industria de gestión de activos ha cambiado. También que estos cambios todavía no han llegado a su final, y que las gestoras deben identificar con premura los más importantes para adaptarse a las exigencias del futuro. Jonathan Willcocks, responsable global de ventas minoristas de M&G Investments, ha identificado cuatro factores que van a condicionar la forma de ahorrar de las generaciones futuras. 

1. Las secuelas de la crisis

“El impacto de la crisis financiera global ha marcado a los inversores, que vivieron experiencias muy dolorosas y años después siguen teniéndolo en cuenta”, indica el experto a modo de introducción. Bajo su punto de vista, las dos grandes consecuencias de la crisis fueron el movimiento hacia depósitos y la preferencia por la renta fija antes que por la variable. Sin embargo, “hay una nueva generación de inversores que están accediendo a los fondos por primera vez y no sabe suficiente sobre mercados financieros. Prefieren confiar su dinero a profesionales que sí los entiendan, porque la gente quiere tener más certeza sobre sus retornos”, continúa el responsable. Para Willcocks, la confluencia de ambos tipos de inversores (los novatos y los escarmentados por la crisis) ha contribuido a  “la explosión de flujos hacia multiactivos en 2015”.

¿Cómo afectan estas tendencias a la distribución de fondos? “En 2007- 2008 podías tener un buen modelo de distribución en Europa con dos o tres personas en cada país. Bastaba con entrar en la lista de la compra de algún banco y que luego se hicieran recomendaciones. Pero los bancos han cambiado su modelo de distribución y ya no basta con ser una boutique. Ahora, buscan socios que deben reunir una serie de características: disponer de varios fondos que cubran distintas clases de activos, una marca reconocible, predisposición a la arquitectura guiada y que sus fondos estén registrados en varios países”, detalla Willcocks. “El incremento de la escala en la red de distribución ha cambiado las normas del juego”, concluye. 

2.  Cambios regulatorios

Después de los bancos, ahora las autoridades se están centrando en las gestoras “para asegurarse de que no se produce una réplica del escándalo bancario en la gestión de activos”, indica el responsable. Éste aprovecha para posicionarse en contra de la propuesta de IOSCO y el FSB para que se clasifique a las grandes gestoras como de riesgo sistémico: “No gestionamos el dinero para nosotros, somos albaceas de nuestros clientes y tenemos en cuenta esa responsabilidad en todas las decisiones. No es apropiada la etiqueta de riesgo sistémico porque los fondos no se comportan como un banco”. Así, se suma a título personal a otras entidades que se han posicionado en contra, como BlackRock. 

Las dos principales preocupaciones de Willcocks son Mifid II y RDR. Denuncia una serie de consecuencias inesperadas derivadas de la segunda, como el incremento de los costes totales de las plataformas por la exigencia de clases limpias. “Los asesores ya no aceptan comisiones de hasta 75 puntos básicos, ahora piden entre 75 y 100 puntos porque tienen que pagar el IVA. Al final, el aumento de los costes se traslada al cliente final”, indica.

Otra consecuencia imprevista es que “muchos asesores se están dando cuenta de que sus clientes pequeños ya no les son rentables, no se pueden permitir el pago a un asesor porque les cargan más costes”. El experto cree que esta situación está contribuyendo a un incremento de la demanda de productos de gestión pasiva por sus costes inferiores, por lo que asevera que “RDR ha creado una demanda por parte de los asesores por productos de gestión pasiva para poder reducir la estructura de costes”. No obstante, no ve esta tendencia con malos ojos: “La gestión pasiva es positiva porque obliga a los gestores activos a ser cada vez más activos para poder justificar sus comisiones”.

También está la cuestión del tamaño del negocio, algo que atañe directamente a MIFID II: “Las autoridades han decidido que van a determinar qué es independiente y qué no para cargarles distintas comisiones. Esto ha provocado que los grupos independientes estén cambiando su nombre para pagar menos, está causando confusión”. La conclusión de Willcocks en este punto es que “cada vez es más difícil llevar a cabo un negocio escalable si eres pequeño, vamos a ver una oleada de fusiones”. Paralelamente, predice “el colapso en el lanzamiento de fondos como consecuencia de la regulación, al mismo tiempo que cada vez surgen más clases nuevas”.  

3. Demografía

Willcocks destaca dos importantes cambios en este contexto. Por un lado, la transición de la responsabilidad del ahorro para la jubilación desde el Estado al propio individuo. Por otro, el incremento de las posibilidades de inversión. “La demografía va a cambiar lo que están comprando los inversores. El 75% del universo invertible en Reino Unido, EE.UU. y Europa occidental ahora está en manos de los baby boomers, que ahora están alcanzando la edad de jubilación en un mundo que es distinto al de sus padres por el incremento de la esperanza de vida. Esta gente tiene la necesidad de estirar su pensión una media de 25 años, por lo que deben tener en cuenta el impacto de la inflación”, indica el responsable. ¿Qué plantea este cambio? “Ya no basta con invertir sólo en renta fija durante la parte final del ciclo de vida. Por eso se ha incrementado la demanda por productos de renta fija flexible y multiactivos”, concluye. 

4. Tecnología

Willcocks admite que M&G está dedicando mucho tiempo a pensar en cómo afectan los avances tecnológicos a la industria de gestión de activos. “Todas las gestoras están enfocando sus técnicas de comunicación hacia los baby boomers, pero es un error ignorar a los millenials (nacidos entre 1980 y 2000)”, afirma. El experto indica que esta nueva generación de inversores, también conocida como generación Y, prefiere recurrir a su familia y amigos y a internet, antes que pedir consejo a un asesor. ¿Cómo se pueden cambiar estos hábitos? “Educación y simplificación de conceptos, uso de mensajes cortos y más imágenes visuales y permitir un acceso más fácil a la información a través de smartphones y tablets”, propone el experto. 

Conclusiones

Todos estos cambios llevan a Willcocks a realizar una serie de conclusiones. La primera, que “es necesario tener una gama adecuada de fondos pero ya no es suficiente”. La segunda, que “es necesario disponer de soluciones multiactivos para los clientes finales, pero también para los fondos de fondos, y es necesario vigilar la comunicación digital y la estrategia”. En tercer lugar, detecta una mayor demanda de “soluciones orientadas a resultados para invertir”, que empareja con el imperativo de que “los individuos deben empezar antes a ahorrar para su jubilación”. 

Finalmente, el responsable cree que las gestoras deben “aceptar el incremento de la regulación y demostrar su aportación a la sociedad”. “La sociedad no sabe ahora qué hacemos, no nos conocen. Debemos demostrar y comunicar al mercado cómo podemos ayudar a las personas a ahorrar en el largo plazo”, concluye.