De nicho a moda y ahora de nuevo alejado de los focos, en los últimos cuatro años la temática de la transición energética ha pasado por las fases más dispares en cuanto a interés del inversor. El estallido de la pandemia generó un boom en este tipo de productos, pero la fuerte corrección al año siguiente en los valores relacionados templó los ánimos. Sin embargo, pese al sentimiento negativo entre los inversores, Daniel Lurch sigue defendiendo el potencial. “La transición energética es una de las temáticas clave de nuestro tiempo”, sentencia el gestor principal del JSS Sustainable Equity Green Planet.
La euforia de 2020 disparó las cotizaciones de muchos de los valores relacionados con la temática, pero eso no significa que la tesis de entonces no fuera la correcta. Como bien recuerda Lurch, sigue habiendo un fuerte compromiso para la transición energética de los dos grandes agentes de la sociedad, de la esfera pública y la privada. “Estamos aún a los inicios de lo que va a ser una tendencia a muy largo plazo. Una tendencia que aún está muy presente en la mente de los gobiernos y las compañías. Y estoy convencido de que hay oportunidades presentes en muchos sectores”, insiste.
Más que tecnología verde
Además, los menores costes asociados a las energías verdes siguen siendo un viento de cola. “Hace cinco años pocos pensarían en comprarse un coche eléctrico. Hoy entras en un concesionario y al menos la mitad de su escaparate es eléctrico. Y encima a precios asequibles”, apunta Lurch.
Y esos motores estructurales es lo que hacen al gestor confiar en las oportunidades de inversión que detecta en la temática. En el caso del JSS Sustainable Equity Green Planet su foco está en cuatro categorías: protección del ecosistema, eficiencia de los recursos, movilidad inteligente y energías renovables.
“La inversión en transición energética es mucho más que tecnología verde. Sí, el potencial de la movilidad eléctrica es grande, pero también encontramos ideas innovadoras en sectores tan diversos como industriales, con compañías enfocadas en eficiencia manufacturera”, cuenta Lurch.
Es uno de sus grandes retos, reconoce el gestor, encontrar compañías cuyo modelo de negocio son lo suficientemente competitivos como para justificar sus valoraciones. Esa cautela con las cotizaciones excesivas fue precisamente lo que les permite este año batir al índice S&P Global Clean Energy, que se deja un 30% en lo que va de año.