¿Deben los inversores proteger sus carteras de un repunte de la inflación en EE.UU.?

heat
Santiago Nicolau, Flickr, Creative Commons

La inflación subyacente en EE.UU. se acerca peligrosamente al objetivo del 2% de la Reserva Federal (el último dato fue del 1,7%). Sin embargo, la Fed aún planea cómo ejecutar la segunda subida de tipos de interés desde que empezara a normalizar su política monetaria. Así las cosas, ¿deberían los inversores preparar sus carteras para protegerse de un repunte de la inflación? 

“Pensamos que los inversores todavía no están preparados para anticipar un incremento de la inflación”, afirma Isabelle Vic-Phillippe, gestora del Amundi Funds Bond Global Inflation (calificado como Consistentes). La experta indica que desde 2013 se había visto una fuerte correlación entre expectativas de inflación e inflación efectiva, pero esta relación podría haberse roto: “Ya no hay ningún elemento predictivo sobre el breakeven de inflación”. Como la subida del precio del crudo ha impulsado la tasa de inflación, aconseja a los inversores “al menos actualizar sus expectativas de inflación, junto con el incremento de la inflación general”.

La previsión de Amundi es que el IPC anual de EE.UU. cierre 2016 en el 1,3% y en el 2,2% en 2017. Tristan Perrier, del equipo de Estrategia, afirma que la economía estadounidense “debería estar cercana a su pleno potencial en 2016, con el mercado laboral ligeramente por debajo del pleno empleo y una presión moderadamente alcista sobre los costes laborales unitarios (incremento moderado de los salarios, productividad todavía decepcionante)”. Perrier indica que “las expectativas de inflación podrían incrementarse sustancialmente a finales de 2016 y comienzos de 2017 debido a los efectos de base del petróleo, pero esta tendencia no debería continuar en el segundo semestre de 2017”. Por tanto, la previsión de la gestora es que la inflación general se acelere abruptamente en el primer semestre de 2017 y después se modere, mientras que sólo esperan un incremento moderado de la inflación subyacente.

Dados estos niveles, Isabelle Vic-Phillippe afirma que “todavía es barato comprar protección a través de bonos ligados a la inflación”, pues los de EE.UU. presentan una prima de 40 puntos básicos. “La historia actual se trata más de una recuperación hacia fair value en la inflación subyacente más que por la gestación de un repunte de la inflación”, aclara.

Thomas Sartain, gestor del Schroder ISF Global Inflation Linked Bond (calificado como Blockbuster), espera que el rally del petróleo se siga reflejando sobre la inflación en el primer trimestre de 2017, acercando todavía más la tasa al objetivo del 2%. “Creemos que va a ser una tendencia muy poderosa para los inversores que buscan invertir en bonos ligados a la inflación”, afirma el gestor.

El experto de Schroders coincide en que “el mercado no está poniendo correctamente en precio este repunte”, dado que “el punto de equilibrio de la inflación a dos años se encuentra en el 1,5% y los bonos del Tesoro estadounidense ligados a la inflación (TIPS) se negocian a alrededor de 1,68 puntos porcentuales. Estos números son demasiado bajos”. Sartain aclara que no prevé “una explosión de inflación, pero sí que alcance niveles más altos de forma sostenida”. Al igual que la experta de Amundi, el gestor opina que “en este entorno los inversores todavía encuentran una buena compensación por comprar protección contra la inflación, porque cuando ésta repunte forzará a una reevaluación de los bonos ligados a ella”.

En coherencia con esta previsión, el experto advierte que “probablemente la Fed suba los tipos de interés más rápido de lo que espera el mercado, pero esto no significa que vaya a ser agresiva”. De hecho, considera que la Fed “podría dejar que se “calentase” un poco la economía estadounidense antes de actuar, pues en sus últimos discursos Janet Yellen ha sugerido que podría tolerar un poco más de inflación antes de subir más los tipos”. El segmento de la curva donde perciben más valor en Schroders es el de los bonos vinculados a la inflación con vencimiento entre 2020 y 2025, atendiendo a los breakeven.

Cómo calcular la tendencia de la tasa de inflación

Jonathan Baltora, gestor del AXA WF Global Inflation Bond (calificado como Blockbuster), detalla el método de AXA IM para pronosticar los niveles de la inflación. Primero se analizan las expectativas del consenso de economistas y se comparan con las de instituciones oficiales y las del propio equipo de análisis interno. Este proceso se complementa con la comparación de qué está poniendo en precio el mercado y la cotización de los swaps y los bonos ligados a la inflación. “Pensamos que es más importante que pronosticar el nivel correcto de inflación el comprender qué está poniendo en precio o no el mercado. Vemos que todos los pronosticadores y participantes del mercado esperan que la inflación repunte debido al repunte del precio del petróleo desde principios de año”, explica el gestor.

Donde ve mayor divergencia entre ambos pronósticos es en Reino Unido, al observar que los economistas no están de acuerdo con la importación de inflación a la economía local por la depreciación de la divisa. Baltora observa en cambio que “los salarios están efectivamente subiendo, especialmente en EE.UU. Esto es alentador para la inflación de 2017, pero no es el principal motor del próximo repunte de la inflación, que es esencialmente una historia energética”.

El gestor puntualiza que la experiencia del equipo ha sido que “el mercado de inflación tiende a adaptarse a la inflación, más que a pronosticarla”, por la divergencia entre la incertidumbre en torno a la evolución de la tasa y los objetivos de inversión cortoplacistas de los inversores, pero también porque “una inflación al alza significaría una renta más elevada, y atraería a más compradores marginales que eleven las expectativas de inflación”.

La conclusión a la que llega Baltora es que “la inflación core es un buen indicador de dónde deberían cotizar las expectativas de largo plazo, y la recuperación de la inflación debería continuar atrayendo flujos hacia la clase de activo”. La segunda derivada es que “el mercado ha empezado a incorporar a los precios una tasa de inflación más elevada, pero las expectativas todavía son bajas en los vencimientos de mayor duración, lo que deja algunas oportunidades bajo nuestro punto de vista”.