¿Debería inquietar a los mercados el fin del Quantitative Easing?

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Wiserbailey, Flickr, Creative Commons

Los inversores manifestarán en los próximos meses una creciente preocupación ante la retirada de las medidas de relajación cuantitativa por parte de la Fed. Aunque es una inquietud legítima, en Fidelity Worldwide Investment no creen que los inversores bursátiles deban preocuparse en exceso por esta cuestión. En primer lugar, la relajación cuantitativa no va a terminar a corto plazo: la Fed ha reiterado que el paro tiene que bajar del 6,5% (está en el 7,6% actualmente) antes de proceder a subir su tipo de referencia. Probablemente esto no ocurra hasta dentro de 12 meses, quizá más. Además, la inflación es baja y está descendiendo. En segundo término, un endurecimiento monetario probablemente indique una ‘normalización’ de la política monetaria como consecuencia de que la recuperación económica de Estados Unidos ha entrado en una fase más firme, como se aprecia, por ejemplo, en la mejoría del mercado de la vivienda.

Cuando la Fed comience a reducir la compra de bonos probablemente aumente la presión alcista sobre los bonos del Tesoro de EE. UU, lo que repercutirá seguramente en otros mercados de bonos, como los bunds. ¿Qué podría significar eso para las bolsas? Según Fidelity, cabría esperar que el entorno de financiación menos favorable y la subida de los tipos ‘sin riesgo’ tuvieran un efecto negativo sobre las acciones estadounidenses y europeas. “Sin embargo, desde 1997/1998, ha ocurrido precisamente lo contrario; así, se han observado correlaciones positivas en lugar de negativas entre las rentabilidades del S&P 500 y los rendimientos de los ‘treasuries’ y entre las rentabilidades de la Bolsa europea y los rendimientos de los bunds”.

La visión de cuatro expertos de Fidelity

Para Trevor Greethman, gestor de fondos multiactivos en la gestora, a largo plazo es normal que los tipos de interés de los bonos suban durante una recuperación económica y generalmente eso no suele plantear dificultades en las Bolsas, siempre que esa subida sea ordenada. “En cualquier caso, el debate en torno a la retirada de la relajación cuantitativa es prematuro. Los datos estadounidenses han sido malos y los indicadores adelantados están girando a la baja. Entretanto, la inflación general de Estados Unidos se sitúa en el 1% y cayendo. Estos datos se corresponden más con una relajación monetaria que con un endurecimiento".

Según Paras Anand, director de renta variable europea de Fidelity, el objetivo declarado de la Fed de recortar sus medidas de relajación cuantitativa está provocando cierto nerviosismo en los mercados financieros. “No obstanbte, en el cómputo general creo que el riesgo de que se produzcan unas ventas masivas y desordenadas es bajo, por tres razones: en primer lugar, aunque la Fed tiene una visión optimista y considera que la economía se está recuperando a buen ritmo, los datos han sido relativamente dispares y si continúan en una tónica negativa se podría retrasar o reducir la magnitud de la retirada de los estímulos”, indica.

En segundo lugar, el experto considera importante señalar que la retirada de estímulos de la Fed será flexible y, en este sentido, si se redujeran los estímulos mientras cae el paro pero después no se producen nuevas mejoras del empleo, el importe de las medidas cuantitativas se volvería a incrementar. Y, en tercer lugar, la normalización de los tipos de interés se llevará a cabo como un proceso lento y progresivo, tal vez con una única subida de 25 puntos básicos en los próximos 12-18 meses. “Esto no debería hacer descarrillar a los mercados financieros, por lo que es improbable que se produzcan fuertes perturbaciones en los rendimientos en los mercados de bonos”.

De acuerdo con Steve Ellis, gestor de carteras de deuda emergente, "la reacción y el debate en el mercado sobre la retirada de estímulos cuantitativos por parte de la Fed parecen exagerados. Creemos que la Fed se centrará en mantener la estabilidad económica en los mercados de bonos del Tesoro de Estados Unidos". David Buckle, director de análisis cuantitativo de la entidad, no cree que vaya a haber una evolución desordenada de los rendimientos en el proceso de retirada de las medidas cuantitativas. “Si los rendimientos comenzaran a moverse demasiado rápido, la Fed gestionaría las expectativas, posiblemente pausando el proceso de normalización o incluso revirtiéndolo temporalmente”.

La visión de Henderson Global Investors

En opinión de Chris Bullock, gestor de renta fija en Henderson Global Investors, existe mucho ruido en el mercado debido a que tanto los analistas como los miembros de la Fed ofrecen sus puntos de vista personales en lugar de una guía sólida. “Lo que sí sabemos es que parece lógico pensar que un día la Reserva Federal tendrá que dejar de comprar activos. El problema es que los mercados se han vuelto adictos a la liquidez adicional que se les ha proporcionado y sería una negligencia por parte de la autoridad monetaria no reconocer este hecho”, afirma el experto.

“Pero, pese a las declaraciones, la Fed no ha hecho nada todavía y resulta improbable que lo haga si los mercados se van a bloquear”. Lo que es más importante, según Bullock, es que los mercados no pueden perder de vista el hecho de que una reducción en el ritmo de compras por parte de la Fed es una desaceleración en el incremento del balance del banco central. “Sin embargo, sigue siendo QE y la política monetaria acomodaticia. La Fed se ha comprometido a mantener los tipos de interés cerca del 0% mientras que la inflación no supere el 2,5% y el paro se mantenga por encima del 6,5%. Nada esto parece que se vaya a cumplir este año”.

El gestor reconoce que retirar los estímulos no será fácil, si bien los mercados no tienen que ser alarmistas. “Creemos que parte de la debilidad vista en renta fija a finales de mayo y principios de junio responde a una corrección tras el buen comportamiento de los meses anteriores. En todo caso, la volatilidad en los mercados podría presentar algunas oportunidades de compra, sobre todo si el inversor cree que la economía sigue siendo débil, el empleo frágil y la inflación no supone una amenaza inmediata”, explica el experto.