Descifrando incógnitas: recesión, pivot y endurecimiento crediticio

A nivel de política monetaria, desde BBVA AM, su portfolio Manager, Daniel Lázaro, opina que, en EE.UU., la Reserva Federal ya ha dado prácticamente por finalizadas las subidas de tipos de interés, mientras que en la zona euro “todavía se ve recorrido del tipo del depósito hasta el nivel del 3,75%” (en mayo se situó en el 3,25%).

En cuanto al crecimiento, en el escenario central Lázaro prevé un “aterrizaje suave” y no descarta una eventual recesión técnica en el segundo o tercer trimestre. Asimismo, estima que para este año y el próximo las tasas de crecimiento real se sitúen en Estados Unidos en media en el entorno del 1%, lo que es un crecimiento “débil, pero positivo” que, en Europa, serían “algo inferiores”.

Coincide el analista de Santander Private Banking, Juan Luis Luengo, que en materia de tipos “queda trabajo por hacer. No está corregido”, especialmente en Europa, aunque ya está “llegando a su tipo terminal”.

Señala que, según la teoría económica, es “ahora cuando deberíamos empezar a sentir los efectos de las subidas”. En este punto, no considera que se vaya a producir una recesión, si bien las condiciones de crédito están siendo “cada vez más complicadas” y, en el caso de EE.UU., va a tener implicaciones en el crecimiento, tras las quiebras bancarias. En consecuencia, la firma espera que no sea hasta finales de año cuando se produzca el “esperado” pivot de la Fed, lo cual “tiene consecuencias desde el punto de vista de inversiones”.

El gestor de Fondos Monetarios y Renta Fija de Bankinter Gestión de Activos, Ignacio Amodia, también considera que la bajada de tipos en EE.UU. no va a ser tan “inminente”. Para que ese escenario se produjese, “tendría que haber una desaceleración económica muy brusca, y ese no es nuestro escenario”. El término que utiliza para describir la situación macro es de “enfriamiento”.

Como ya ocurrió en la crisis financiera anterior, desde Bankinter se pone de manifiesto la “divergencia” en política monetaria a ambos lados del Atlántico, con una estrategia más “restrictiva” en Estados Unidos, frente a Europa, donde la inflación está remitiendo de forma más lenta. También fía el cambio de política monetaria en EE.UU. a finales de 2023 o principios del siguiente.

Por diferenciarse del resto, desde Amundi no prevén en EEUU cambio de tornas en la política monetaria este año: “Habrá que ver el año que viene”, en palabras de Blanca Comín, su directora de Wealth y Banca Privada. Por su parte, en Europa “estamos por detrás en el ciclo”.

Desde un punto de vista financiero, el impacto de las subidas se podrá ver reflejado en las tasas de default, donde Comín ve mayor riesgo en aquellas compañías que están más apalancadas. Menciona, en este sentido, el high yield, cuya valoración está “bastante cara” y añade que “somos más negativos, con una postura muy cauta”.

A nivel de crecimiento, la gestora francesa sí prevé que en el segundo semestre se pueda producir una recesión técnica en Estados Unidos.

Luis Quesada, director DPM España – Investment Solutions de CaixaBank AM, no prevé que el entorno macro “vaya a ir mejor”, de hecho, “la economía ya se está desacelerando”. Y cita datos como el empleo, que es un indicador cuyos efectos se producen con retraso y aún no se han producido despidos masivos, o las guidances de las compañías que acaban de presentar resultados, que, a su juicio, “han sido mejores de lo que se esperaba, pero no han sido buenos resultados”.

Advierte de que con la “brusca” subida de tipos puede mantenerse la incertidumbre financiera. Y recuerda que esos impactos ya se produjeron el año pasado, con la debacle de las criptomonedas y, ahora, con las quiebras de los bancos, pero también han sufrido fondos inmobiliarios, que han suspendido reembolsos, y alguna firma de private equity. “El entorno no va a mejor, hay que ser prudente”, recomienda sin mostrarse optimista de que no vaya a producirse una recesión.